Ezequiel Vázquez-Ger JULY 10, 2013
@Ezequielvazquez
Días atrás publiqué un artículo
titulado “Ecuador
blanquea dinero sucio venezolano” en el cual describí cómo
Ecuador, a través de la moneda virtual “Sucre” (Sistema Único de Compensación
Regional), podría estar lavando dinero sucio venezolano, proveniente de
actividades como el narcotráfico o la corrupción.
Dicho artículo tuvo rápidamente una
serie de repercusiones. En primer lugar, el embajador de Ecuador en Venezuela,
Leonardo Arizaga, respondió
enviando una cartaa este diario diciendo que mi artículo constituía una
seria injuria contra una de las instituciones más serias del Ecuador, el Banco
Central. Mi
respuesta a él puede encontrarse en mi página Web.
Por otra parte, el artículo forzó al
fiscal general del Ecuador, Galo Chiriboga a salir agresivamente a decir que
en un esfuerzo conjunto entre su gobierno y el de Venezuela habían
“descubierto” una enorme operación de lavado de dinero entre ambos países a
través de empresas fantasmas y exportaciones ficticias. Más aún, Chiriboga
admitió que, en algunos casos, estas empresas fantasmas tenían relaciones con
personas vinculadas al narcotráfico.
Estas declaraciones del gobierno
ecuatoriano no fueron ni genuinas ni basadas en información nueva. Todo lo
contrario. El gobierno del Ecuador posee hace meses información sobre
exportaciones ficticias y lavado de dinero con Venezuela. Sin embargo, no fue
hasta que se vieron en aprietos que decidieron actuar. Sus declaraciones fueron
un manotazo de ahogado al sentirse contra las cuerdas luego de que el sistema
que ellos tanto promueven y defienden – el Sucre -, esté a punto de ser
expuesto por completo. Más aún, no hacen más que demostrar que las alegaciones
expuestas en mi artículo eran totalmente ciertas, y que en efecto, Ecuador se
encuentra lavando dinero sucio venezolano.
Pero la historia no termina acá. El
pasado domingo, el diario ecuatoriano El Comercio, publicó un
extenso trabajo de investigación titulado “Firmas
‘golondrina’ venden químicos a Venezuela que Ecuador no produce“, el
cual deja a la luz pública más ejemplos de lavado de dinero venezolano a través
del Sucre.
En dicha nota, se describe cómo
empresas fantasmas son creadas de la noche a la mañana en Ecuador, operan pocas
semanas o meses, y luego se extinguen, cambian de dirección y razón social, y
vuelven a funcionar durante algunos meses más. Todo esto con el único objetivo
de evadir el control de las autoridades.
El artículo dice también que el 90% de
los dólares que ingresan al sistema financiero ecuatoriano como pago de estas
exportaciones, vuelve a salir –ya blanqueado- a otros países como Estados
Unidos, Panamá, y Hong Kong.
El equipo de El Comercio demostró
esto a través de un muestreo de 45 empresas en Quito, Guayaquil y Manta. En
todos los casos, se registraron evidencias de que estas empresas son ficticias
y en efecto, desaparecieron después de realizar unas pocas exportaciones. La
investigación revela que en muchos casos los dueños de estas empresas eran
venezolanos.
Asimismo, estas empresas de papel no
solo sobrefacturan o exportan contenedores vacíos, sino que en muchos casos,
los productos que dicen exportar ni siquiera son producidos o existen en Ecuador,
como por ejemplo, químicos. En 2009, el Servicio de Aduanas de Ecuador registró
que 10 empresas exportaron químicos por US$ 6,5 millones, mientras que en 2012
las exportaciones de estos productos llegaron a 245 millones.
Probablemente durante los próximos
días el gobierno de Ecuador pretenda, a través de su conglomerado de medios
oficialistas, crear la noción de que en Ecuador se combate la corrupción usando
las declaraciones de Chiriboga como ejemplo. Pero tiene que quedar claro que
fue la prensa, gracias a un excelente trabajo de investigación, quien obligó al
Gobierno a hacer algo al respecto. Ese es el trabajo de la prensa en una
sociedad libre, y eso es lo que a Rafael Correa tanto le molesta, porque sabe
que mientras exista una prensa libre, las mentiras de su régimen quedarán a la
vista.
Tiene que quedar claro también que
existe una enorme brecha entre lo que funcionarios del Gobierno como Chiriboga
dicen, y lo que efectivamente hacen. Basta con preguntarse cuántas de las
personas involucradas en este esquema de lavado de dinero y corrupción han sido
efectivamente condenadas y se encuentran presas, para darse cuenta que Ecuador
no tiene en realidad ningún tipo de incentivo para transparentar esta
situación.
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