Por Jesús Alexis González, 05/07/2013
¡Sin duda alguna!; pero ello no debe asumirse como una conspiración. Analizar esta realidad económica implica conocer al
menos dos aspectos: (1) ¿qué se entiende por ataque especulativo? y (2) el
desastroso desequilibrio macroeconómico del caso venezolano que autoalimenta la crisis. Veamos: El
Sistema de Bretton Woods establecido el año 1944 garantizaba tipos de cambio
fijo-ajustables- respaldado por el USA dólar cuyo valor se basaba en el precio del oro, lo cual facilitaba que todas las monedas fueran convertibles en
dólares. Dicho sistema funcionó por cerca de 30 años, hasta que en 1971 el
Gobierno de EEUU anunció-ante la presión sobre su moneda- que el dólar ya no sería convertible en oro
(la existencia mundial no cubría la masa de dólares), propiciando que en 1973 se abandonara el sistema de tipos de
cambio fijos. A pesar de ello el dólar ha mantenido su posición como moneda de valor, razón que propicia que
muchos países mantengan su tipo de
cambio fijo en relación con el dólar-para combatir la incertidumbre- sin la
presencia de un ente coordinador que autorice modificaciones del tipo de
cambio-ante una sobrevaluación- y sin
respaldo en oro; situación que alimenta una inquietante percepción relativa
a la sobrevaluación de la moneda y de la
obligante devaluación para ajustar el tipo de cambio, siendo por tanto el “prestigio político-económico del país”
lo que confiere la percepción sobre la estabilidad de su moneda.
En el entendido que un tipo de cambio bajo-sobrevaluado- no puede
soportarse por largo tiempo ya que irreversiblemente
tendría que devaluarse; pero en ese lapso se va materializando el ataque especulativo. El especulador racional adquiere-aún endeudándose-
especialmente en el mercado paralelo-si lo hubiere- y en el ilegal dólares que
estima baratos pagando con bolívares-moneda que se encuentra en situación de
debilidad- induciendo una elevación del tipo de cambio, oportunidad cuando el
BCV recurre a la venta de dólares extraídos de las reservas internacionales-las
cuales tenderán a agotarse- en aras de intentar que se mantenga la cotización, actuación que inexorablemente
conducirá, tanto al aceleramiento de la especulación-para adquirir las reservas
remanentes-, como a la devaluación y
a la aparición de un tipo nominal de cambio más elevado, que en lo sucesivo
estimulará en el especulador racional su
deseo por vender, total o parcialmente, los dólares obtenidos para adquirir bolívares más baratos y
así generarse una ganancia anormal. Es de resaltar, que las personas
nacionales-naturales y jurídicas- conocedores de la gestión de fondos y a
quienes no resulta fácil convencer que la
razón de la crisis cambiaria es una conspiración para fomentar una guerra
contra la moneda, son quienes en primera instancia visualizan cualquier
delicada situación económica del país y sobre la condición de sostenibilidad
del tipo de cambio que pueda repercutir en una inmininente devaluación; y proceden en consecuencia a la compra de
dólares al cambio vigente para luego de finalizado
el ataque venderlos a un tipo de cambio más alto. Dentro de los factores
que estimulan un ataque especulativo
se destacan: (1): el tipo de cambio
real; (2): un aumento significativo
de la liquidez monetaria; (3): la
relación entre el pasivo del BCV y las reservas internacionales; y (4): la relación entre las reservas
internacionales y las importaciones mensuales; los cuales están anormalmente
presentes en nuestro país.
En fin, la ausencia de una economía
política en Venezuela que al propio tiempo condiciona la viabilidad para la
formulación e instrumentación de una
coherente política económica, impide el control de tres variables
explosivas: inflación, devaluación y
malestar social.
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