Por Carmen
Beatriz Fernández, 02/04/2012
La Ciberpolítica tiene dos dimensiones
fundamentales: la primera como fuente de información y la segunda como fuente
de activismo político. Ambas dimensiones deben trabajarse por igual. Sin
embargo, la vertiente más importante en campañas, y a la vez la que más cuesta
entender a los políticos tradicionales (los “inmigrantes digitales”) es la del
Ciberactivismo.
El CIBERACTIVISMO implica el uso de los nuevos
medios en actividades similares al activismo político. Es decir, más allá de la
información, el aprovechamiento de las redes, y el impulso del boca a boca, así
como el establecer compromisos que trasciendan lo 2.0 para llegar al mundo
real, son los activos más positivos que puede lograr una campaña 2.0 que sea
exitosa.
Cada sociedad afronta los retos de su momento
histórico con los instrumentos que los tiempos dictan. Los ejércitos son
importantes para ganar batallas. Y sin ejércitos de ciberactivistas no se ganan
las batallas electorales del siglo 21. La ciberpolítica es una disciplina que
ocupa su propio espacio en las campañas, y, cuando se usa bien, actúa de forma
integrada a todo el proceso estratégico y comunicacional de la política.
La masiva penetración de la tecnología abre
potencial para la generación de nuevos espacios de encuentro y discusión, así
como facilita el considerar las nuevas herramientas para la construcción y
articulación de redes públicas. De manera que los ejércitos de ciberactivistas
son imprescindibles si se quieren ganar las batallas electorales del siglo 21.
Captarles, articularles, motivarles y sobre todo… disciplinarles, es
fundamental para contar con un ejército de ciberactivismo.
En la esfera de la política 2.0 debemos dejar
evidencias permanentes de nuestra fuerza numérica. Tener más seguidores en
Twitter y FaceBook que nuestros adversarios, obtener ventajas en una encuesta
de un diario digital, tener buenos argumentos a nuestro favor en un foro o
lograr que nuestra causa de campaña se convierta en un “trending topic” en
twitter, son todos indicadores de una fuerza cuantitativa que predice la
victoria electoral. Nuestros ciberactivistas deben hacerse sentir y evidenciar
que son mayoría.
Hay distintos indicadores de éxito 2.0 para una
campaña, el número de seguidores en FaceBook y Twitter es uno de ellos, sin
duda. Si quieres ir un poco más allá debes medir qué tanta influencia tienes
entre unos y otros, y que tanto circula la información que tu generas (con
instrumentos como Klout, por ejemplo. Pero a mi juicio el elemento singular que
verdaderamente agrega valor es que el comando construya sus propias bases de
datos de contacto y activismo y las sepa usar. Es eso lo que permitirá, en
definitiva, convertir a un simple “follower” en un votante real. Puede verse un
ejemplo de lo que esto significa en nuestra plataforma Politired (http://politired.datastrategia.com)
La ciberpolítica es muy poderosa, pero si solamente usamos las
nuevas herramientas para difundir información, sin usar las redes en su
capacidad de articulación política se está subutilizando enormemente la
herramienta. Ese es un error frecuente: el creer que por tener una página web,
una cuenta en twitter y en Facebook se está haciendo ciberpolítica. El
verdadero trabajo empieza luego, con la conformación depuración de bases de
datos y poner a trabajar esos contactos y esas redes a beneficio de la campaña.
Venezuela es el país de Latinoamérica con más
penetración proporcional en redes sociales. Un 95% de los usuarios de Internet
en Venezuela están en FaceBook con más de 7 millones de usuarios locales.
Muchos menos en Twitter, pero somos es el tercer país a nivel mundial con mayor
penetración de Twitter, en números relativos, (luego de Indonesia y Brasil). Son estas dos redes
las más importantes.
Hay en la ciberpolítica dos segmentos fundamentales:
los jóvenes y los habitantes urbanos. La ciberpolitica no es más el futuro de
la política, es ya su presente. Venezuela no escapa de esta tendencia. Se
estima en cerca de 45% la tasa de penetración de internet en general, pero es
mucho mayor en jóvenes (para el 2010 un 70% de los jóvenes entre 15 y 17 años
tenían acceso a Internet, a nivel nacional) y en áreas urbanas, precisamente en
las áreas donde la oposición tiene sus audiencias fundamentales. Al añadir
la telefonía inteligente esta penetración crece exponencialmente.
Ninguna campaña electoral puede hablar de futuro
sin incorporar a en ella a los segmentos más jóvenes de la población, y para
ellos no hay mejor instrumento de comunicación política que los nuevos medios.
Por Carmen Beatriz Fernández ([i])
Directora de DataStrategia
[i] La autora es Urbanista (USB) con
maestría en Administración de Empresas (IESA) y maestría en Campañas
Electorales (University of Florida). Desde 1997 dirige DataStrategia y coordina
el portal político iberoamericano e-lecciones.net. Con experticia profesional
concentrada en actividades vinculadas a mediciones de opinión pública, campañas
políticas y nuevas tecnologías, ha sido sido jefe de campaña a niveles local y
regional, así como consultora en nuevas tecnologías y estrategia general a
nivel presidencial en más de treinta campañas exitosas en diferentes países.
Recientemente sus trabajos en ciberpolítica la hicieron merecedora del
Aristotle Excellence Award 2010, siendo parte del “Global Dream Team” que
reconoce a los mejores consultores políticos del mundo.
http://www.doralnewsonline.com/doralfinal/2012/04/ciberpol%C3%ADtica-eficaz/
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