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lunes, 8 de julio de 2013

La Venezuela dialogante


Por Mario Villegas, 07/07/2013
Columna de Puño Y Letra

Tenemos un gobierno absolutamente contrario al diálogo respetuoso y constructivo con los actores políticos, económicos y sociales que no le son afines u obedientes.

Pese a que el presidente Nicolás Maduro y varios de sus ministros han sostenido con determinados empresarios unas pocas reuniones, fundamentalmente dirigidas a resolver tal o cual emergencia en la producción y distribución de alimentos, lo cierto es que la política oficial predominante es la de la amenaza, la imposición vertical de decisiones unilaterales y la negativa sistemática a reconocer, interactuar y consensuar líneas de acción con actores claves de la sociedad.

En esta materia y salvo por tímidas excepciones, Maduro ha copiado el modelo autoritario implantado por el fallecido presidente Hugo Chávez Frías.

Luego de tantos años de irracional, virulenta, corrosiva, improductiva y agotadora confrontadera, no es difícil descubrir que la inmensa mayoría de nuestra sociedad sueña y apuesta por una Venezuela dialogante, en la que las diferencias políticas, sociales, filosóficas, culturales, generacionales, religiosas, étnicas, de género o de cualquier otra naturaleza, no impidan la civilizada coexistencia en la diversidad, el debate respetuoso y la resolución pacífica de las controversias, así como la posibilidad de acometer soluciones compartidas a problemas comunes.

Si se lee desapasionadamente los resultados del 14 de abril dados a conocer por el Consejo Nacional Electoral e impugnados por Henrique Capriles, habría que extraer dos conclusiones fundamentales. La primera, el país quiere que los cambios políticos se produzcan por la vía constitucional, democrática y electoral. La segunda, el país quiere un equilibrio de fuerzas entre el gobierno y la oposición, de modo que ambos, lejos de aplastarse el uno al otro, se vean forzados a dialogar y a llegar a acuerdos que garanticen la gobernabilidad y el ejercicio de la corresponsabilidad en la función pública y en la solución de los graves problemas de la nación. Mucho ganarían Venezuela y los venezolanos si el sectarismo y la pequeñez fuesen puestos de lado en beneficio del supremo interés nacional.

Mientras el oficialismo ha optado preferentemente por seguir desconociendo y descalificando no sólo al adversario sino a quienes no le son sumisos, en la oposición resurgen algunos factores que pretenden posicionar su tesis “no dialogante” y “no electoral”. Tesis que, por cierto, sus postulantes deben explicar muy bien, pues no parecen ancladas en la vocación pacifista expresada por el pueblo el 14-A ni en el espíritu y la letra de nuestra Constitución. Por suerte, hasta ahora han sido y son claramente minoritarias dentro y fuera de la Unidad esas corrientes que Teodoro Petkoff no ha vacilado en calificar de “no exactamente democráticas” y que siempre han servido de excusa al gobierno en su afán de atribuirle propósitos golpistas a una oposición que viene creciendo arrolladoramente en el terreno democrático y electoral.

La Venezuela democrática no se resigna ni al madurismo autoritario ni al madurismo al revés, igualmente enemigo del diálogo y del consenso.

BREVES

- Abrumador el cúmulo de mensajes que he recibido a propósito de mi artículo “En aceras diferentes”, en el que doy respuesta a la invitación que a mi hermano Vladimir y a mí nos hizo el presidente Nicolás Maduro a ocupar un puesto en la revolución”. Tantos han sido que no he tenido el tiempo necesario para responderlos uno a uno. Así que muchas gracias y paciencia.

- La única manera de acallar los rumores sobre el origen de Maduro es publicando los documentos probatorios de su condición de venezolano por nacimiento. Quien no la debe no debería temerla.

- Algunos me critican por decirle “presidente” a Nicolás Maduro, pero a la vez llaman “ministros” a los miembros del gabinete ejecutivo de éste, con lo cual reconocen tácitamente que Maduro es el presidente legal de Venezuela aun cuando su legitimidad está siendo controvertida ante el Tribunal Supremo de Justicia. Si Maduro no es presidente tampoco sus colaboradores son ministros.

ENTREVISTA
Francisco Solórzano (Frasso), director de Comunicación y Relaciones del Ministerio de Asuntos Penitenciarios

“En el sistema carcelario estoy perdiendo el buen humor”

-¿Cómo se siente un fotógrafo amante de la poesía metido en el sistema carcelario?
-Ha sido una situación extraña y dura. Sobre todo porque, en medio de esa confusión de cosas, siento que he estado perdiendo el buen humor. Pero lo que sí me ha servido es para tratar algunas realidades supremamente desconocidas.

-¿Ha estado preso? ¿Cuándo y por qué?
-Sí, he estado preso, aunque mucho tiempo menos que Mandela. Jejeje… Lo estuve cuando era dirigente estudiantil del liceo de Santa Ana. Resulta que por quemar cauchos para pedir agua, nos apresaron a mi mamá, a mis hermanos y a mí. Pero como la policía quedaba al lado de nuestra casa, esperamos a que llegara  la noche, nos fugamos y nos fuimos a dormir en nuestro hogar. La segunda vez fue en Caracas, durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Durante una manifestación me hicieron preso con Luis Figueroa, presidente de la FCU de la UCV, y cuando nos dieron la libertad nos negamos a salir hasta que no liberaran al último de los manifestantes

-¿Cuánto tiene usted de Iris Varela y cuánto tiene ella de Frasso?
-Yo he aprendido a tener la capacidad de trabajo de Iris y ella ha adquirido de mí un humor muy especial.

-¿También en el Ministerio de Asuntos Penitenciarios caerán algunos corruptos?
- A quienes han cometido actos de corrupción en el Ministerio, tanto militares como civiles que se han dejado comprar para la fuga de privados de libertad o cometido otras irregularidades en las cárceles, ya les pusieron los ganchos. En este ministerio no hay impunidad.

-¿Desde cuándo no habla con el Rey de España, cuyo Premio de Periodismo ganó en 1989?
-Hablé con el Rey de España en 1999 en La Habana, cuando yo acompañé en un viaje al presidente Hugo Chávez y él andaba visitando la ciudad en medio de una cumbre iberoamericana de presidentes.

-¿Qué sintió en 2007 cuando su Rey mandó a callar a su máximo líder?
-Sentí arrechera. Yo no creo que el Rey esté facultado para callar a nadie. El es rey en España, pero ésta no es una colonia española y tenemos todo el derecho de hablar.

-¿Además del Premio de Periodismo que acaban de otorgarle, qué otro premio le daría al presidente Hugo Chávez?
-Yo le daría un premio eterno de amor y confianza por la vida.
-Cómo asesor comunicacional y de imagen ¿Le recomendaría a la ministra un cambio de look?
-Creo que es difícil alisarle el pelo. Ella es así como es, si cambiara se apagaría el fosforito.
-¿Qué extraña de sus tiempos de reportero gráfico pata en el suelo?
-Lo que extraño es el sabor del periodismo que viví y que me permitió trabajar por la objetividad y la verdad.

-¿Le ha favorecido o perjudicado que su hijo, el ahora alcalde de Anaco, también haya adoptado el seudónimo Frasso?
-Creo que le favoreció más a él que a mí. En definitiva los hijos son la extensión de nuestra vida. Lo único malo es que ahora yo tengo que llamarme Frasso “el original”. El es una copia en blanco y negro, más negro que blanco, porque es bastante más negro que yo.

-¿Protagonizaría un show humorístico con sus panas Kico y Roland?
-Con Kico todo, sin Kico nada. Jejeje… Con Roland no, porque no sé nada de modas, ni de cosméticos, ni de mises.

-¿Preferiría no estar cerca de la ministra cuando ésta se pone brava?
-Sí, preferiría no estar cerca, porque cuando la he visto brava generalmente tiene muchas razones para estar “caliente”. Por algo la ministra no usa minifaldas.

-¿Siente nostalgia de su pasado gremialista?
-Sí. Muchísimo. Y sobre todo por los criterios unitarios que existían en el gremio, donde vivíamos todos con diferencias que nos permitían lograr grandes coincidencias.
 
-¿Cuál es su secreto para entender los artículos de Juan Barreto?
-A veces no los entiendo. Por eso procuro leerlos en la biblioteca, así que ante cualquier interrogante pelo por algunos libros en busca de una interpretación.

-¿Entre un principio y un amigo con qué se queda?
-Con un amigo que tenga principios.


Mario Villegas
Twitter: @mario_villegas

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