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lunes, 8 de julio de 2013

Ultimadas a manos de la Guardia Nacional Bolivariana

Isa Dobles domingo, 7 de julio de 2013

La más pequeña murió......la madre también. De las gemelas, una está grave. ¡Es el saldo trágico! 

Diez efectivos de la Guardia Nacional están implicados en este terrible hecho en el que resultaron muertas Luiminer Pacheco, de 40 años, y su hijita de 12 años de edad.

Yo los invito a leer esta información sobre esos 10 efectivos que deja saber su edad:

Regulo Valero, 21 - Dionis Escalona, 20 - Joseth Reyes, 19 - Wilfredo Martinez, 23 - Luis Vilchen, 21 - Ronald Mujica, 22 - Jesús Alvarez, 26 - Carlos Muñoz, 31 - Adrián Torres, 31 y José Carrasquero, de 37

La Gobernadora del Estado pide que no se “politice” el caso porque podría empañar el buen trabajo que ha hecho la Guardia Nacional”. Tal vez porque Jesús Pacheco, hermano de Luimina, es miembro de Voluntad Popular y su esposo de Un Nuevo Tiempo.

Lo terrible de esto es que llevan dentro el odio, inculcado con fiereza, como incentivo. Los que están bajo la influencia de este gobierno, armados hasta los dientes, TIENEN QUE ODIAR.

Eso es lo primero que se les enseña. Odiar al que no sea chavista. Tienen armas que hay que usar y odio para hacerlo. Las únicas armas de Luimina eran, según sus vecinos, la humildad y su rosario. Cayó muerta sobre el volante, su hija Gabriela, morocha de Bertha, quedó muerta fuera del carro y en la calle.

Los vecinos son testigos aterrorizados, vigilantes para qué no se sembraran “cosas extrañas”. ¿Por qué no dispararon a los cauchos? ¿Por qué no lo interceptaron? Se preguntaban. El carro no se parecía en absoluto al que andaban, según ellos, buscando.

Este es el resultado tristísimo de la incompetencia, la improvisación y el odio. Lo destilan todos, Nicolás, Diosdado, Rodriguez Torres, la Varela, Jaua, Jorge Rodriguez, Molero, la Morales, la Ortega, todos! Y los muchachitos sin entrenamiento, en sus cabecitas vacías de principios y conocimiento, enloquecen con el arma en sus manos.

Y muchachitas y madre en un carro adquirido con esfuerzo, con la felicidad en los rostros por el amor del hogar compartido, hijitas de papá y mamá, unidas frente a la vida promisoria, llenas de ilusiones y sueños, resultan el objetivo enloquecido de una venganza que tampoco era de ellos....sino de quienes no saben sino eso, odiar.

¡Ellos son los culpables!


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