Por Vladimiro Mujica, 17/10/2013
El 5 de junio de 1873, Sir Francis Galton
FRS, el primo de Charles Darwin, un distinguido explorador de África, envió una
carta al editor del Times exponiendo un horrendo argumento para “domesticar” y
colonizar lo que era entonces conocido como el continente negro. Para más
señas, conviene precisar que Galton fue uno de los pioneros de la eugenesia,
esto es, la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al
perfeccionamiento de la especie humana que con todas sus controversiales
implicaciones fue usada por Hitler para avanzar sus delirios de la Raza Maestra
Germana.
La carta es muy larga, pero me voy a permitir
la licencia de traducir algunos trozos que son importantes para lo que sigue.
“(…) Mi propuesta estimula, como parte de
nuestra política nacional, los asentamientos chinos en uno de los lugares más
adecuados en la costa este de África en la creencia de que los inmigrantes
chinos no sólo mantendrán su posición, sino que se multiplicarán y sus
descendientes suplantarán a la inferior raza negra. Yo esperaría que la gran
parte de la costa de África, ahora escasamente ocupada por perezosos, y
parlanchines salvajes que viven bajo la soberanía nominal del Zanzíbar o
Portugal, podría en pocos años estar atendida por chinos industriosos y amantes
del orden, viviendo bien sea en una dependencia parcial de China o en perfecta
libertad bajo su propia ley. En este último caso su situación sería similar a
la de los habitantes de Liberia, en África occidental, el territorio que fue
comprado hace 50 años y apartado como un Estado independiente para la recepción
de los negros liberados de América”.
“La opinión del público sobre el valor real
de la raza negra se ha estancado entre los puntos de vista extremos que han
sido proclamados en voz alta durante mucho tiempo.
Por un lado, se niega a seguir la de los
primeros abolicionistas que sostenía que todas las barbaridades de África
habían de atribuirse a los efectos de la trata de esclavos extranjeros, porque
los viajeros continuamente hablan de barbaridades similares que existen en las
regiones a las que el comercio de esclavos no ha penetrado (…).
Por otro lado, la opinión actual rechaza la
creencia de que el negro es un ser muy inferior, ya que hay casos notorios de
negros que poseen una gran inteligencia y cultura, algunos de los cuales
adquieren grandes fortunas en el comercio, y otros se convierten en hombres de
consideración en otros ámbitos de la vida. La verdad parece ser que los
individuos del calibre mental que acabo de describir son mucho más
excepcionales entre los negros que en la raza anglo-sajona, y que los negros en
promedio poseen muy poca inteligencia, autonomía y auto-control para que sea
posible para ellos mantener la carga de cualquier forma respetable de
civilización sin un alto grado de orientación y apoyo externo. El chino es un
ser de otro tipo, que está dotado de una aptitud notable para una civilización
de alta factura (…)”.
“La historia del mundo, cuenta una historia
del continuo desplazamiento de las poblaciones, cada una por un sucesor más
digno, y las ganancias de la humanidad que resultan de esto (…) Los trópicos no
son para nosotros, para habitar de forma permanente, la mayor parte de África
es el patrimonio de los pueblos constituidos de modo diferente a nosotros
mismos.
En ese continente, como en todas partes, una
población impulsa continuamente a otra. Examine la historia, y su transcurso a
lo largo de siglos sucesivos. (…) Es en este vuelo libre entre todos los
presentes que me gustaría ver un nuevo competidor introducido, es decir, los
chinos.
La ganancia sería inmensa para todo el mundo
civilizado si finalmente creciéramos más rápido y desplazáramos a los negros,
tan completamente como éstos han desplazado a los aborígenes de las Antillas.
La magnitud de la ganancia puede estimarse en parte al hacer la suposición
inversa, a saber, la pérdida que se produciría si China en alguna manera
llegara a despoblarse y a ser repoblada por negros”.
“La presión de la población en China es
enorme, y su salida es grande y creciente. No hay falta de material para una
inmigración adecuada a África (…). Los chinos tienen hambres de tierras, así
como el amor por el pequeño tráfico y podrían encontrar un campo en el cual
satisfacer estos dos gustos en la costa de África oriental.
Hay muchos capitalistas chinos residentes en
el extranjero que podrían especular en dicho sistema y con gusto fomentarlo. Si
se iniciara correctamente, debería mantenerse por sí mismo (…).” Por supuesto
que el texto anterior produce náuseas. Lo grave es que existen fuertes indicios
de que la visión de Galton se está materializando de una manera que seguramente
él no previó y que requiere la complicidad y la miopía de Occidente, y no su
presunta sabiduría racista.
China avanza hacia convertir a África en una
inmensa colonia, sin la torpeza de embarcarse en guerras como las potencias
coloniales europeas, apoyando a algunos de los peores dictadores del planeta,
como Mugabe. Mientras tanto nuestros “corderitos” bolivarianos le entregan
Venezuela al feroz lobo capitalista asiático que rige el Partido Comunista
Chino.
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