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jueves, 31 de octubre de 2013

Podrida corrupción



MARÍA DENISSE FANIANOS DE CAPRILES miércoles 30 de octubre de 2013
@VzlaEntrelineas



Los niveles de mentalidad y actuación corrupta a los que se está llegando en un sector del país son tan grandes y hediondos que el olor a podrido ha empegostado a muchos, y lo que más dolor da es que está empegostando también a niños y jóvenes. Sé que mi artículo de hoy comienza con palabras muy duras pero es que no hay nada más ¡asqueroso! que ver a una persona embarrándose las manos, la conciencia, el alma... con dinero mal habido. Y es que el problema es que la corrupción en la sociedad actúa como la fruta podrida en el guacal, esa fruta que va pudriendo a las otras que tiene a su alrededor.


Cada día vemos más ejemplos de corrupción, a todos los niveles, y lo peor es que a esas personas no les da vergüenza hablar de "sus negocios" ni vivir ostentosamente mostrando a los demás su dinero obtenido fácilmente. Yo pienso que es preferible pasar hambre antes que ensuciarte las manos con corrupción; antes que ensuciarte el nombre sabiendo que el rabo de paja luego es muy difícil de quitar; antes que ensuciarte la conciencia sabiendo que el dinero "mal habido" ha destruido ¡hasta vidas! Y si no que lo digan los enfermos en nuestro país que se están muriendo por falta de medicinas o equipos médicos, o las madres a las que les han matado un hijo. Todo eso producto de la corrupción.

La semana pasada el papa Francisco dijo: "cuando una persona se apega al dinero, se destruye a sí misma, destruye su familia... El dinero sirve para sacar adelante tantas cosas buenas, muchos trabajos para desarrollar la humanidad... Lo que hace daño es la codicia en mi relación con el dinero. Tener más, tener más, tener más... Te lleva a la idolatría, destruye tu relación con los demás. No el dinero, sino la actitud, que se llama codicia. Y luego, esta codicia también te enferma, porque te hace pensar todo en función del dinero. Te destruye, te enferma...". Esto que el Papa describe lo estamos viendo en nuestro amado país en personas que por tener más y más son capaces de hacer lo que sea.

Pero para que este artículo no quede con mal sabor voy a decirles también que conozco muchos casos de personas honestas ¡de una sola pieza!, que no se dejan corromper, así estén atravesando graves problemas en sus familias o en sus empresas. Algunas de estas personas han tenido la oportunidad de hacer los "negocios de su vida" y no lo han hecho.

Un amigo empresario me contaba que hace días se presentó en su empresa una persona para despacharle materia prima que él necesitaba con urgencia para realizar unos trabajos. Cuando pidió la factura el hombre le dijo que no podía dársela y que tenía que darle el dinero en efectivo. Este empresario me dijo: "Yo sentí que tenía al diablo en frente, yo estaba entre la espada y la pared, la materia prima me la estaba regalando comparándola con otros precios y yo tenía que sacar unos trabajos con urgencia. Pero sin pensarlo dos veces le dije que por favor se fuera con su mercancía porque ¿quién me podía garantizar que eso no era robado?". Para algunos este empresario habrá quedado como un tonto porque no hizo un gran negocio, pero para quienes creemos que la honestidad es parte vital en la construcción de una sociedad justa y plena, este empresario ha dado un gran ejemplo a seguir.

Otro mundo donde se está transmitiendo la pudrición de la corrupción es el estudiantil. Por eso es tan importante que los padres le enseñemos bien claro los valores a nuestros hijos y no permitamos ¡nunca! que ellos relativicen con los temas de la mediocridad, de la deshonestidad... Hace días conversaba con un bachiller quien me decía que un compañero del salón le dijo que no importaba raspar o repetir porque uno puede hacer mucho dinero sin estudiar. Yo sentí en ese momento que me retrocedía en el tiempo y veía a mi abuelo sentado en la butaca de su estudio cuando me decía que la excelencia y la honestidad son dos valores que hacen a un hombre verdaderamente Grande, valores que son los que pueden dar la estabilidad a una nación.

Creo que ha llegado el momento en nuestra amada Venezuela que quienes tenemos esa conciencia clara sobre la corrupción, hagamos como una especie de campaña para rescatar el valor de la honestidad. El mejor lugar para empezar es en el propio hogar. No permitamos que nuestros hijos, sobrinos, nietos, amigos, etc., se pudran en la corrupción. Eduquemos exigiendo, que los hijos sepan lo que cuesta ganarse el dinero, que aprendan a vivir desprendidos de lo material para que la codicia no llegue a convertirlos en seres insaciables.

Hablen claro ¡sin pelos en la lengua! Díganles ¡y sobre todo den ejemplo! que el dinero se gana trabajando honestamente; y que el trabajo de ellos (de los niños y de los jóvenes) es estudiar, y que deben estudiar intensamente para ser ¡excelentes! ¡No criemos hijos mediocres ni corruptos por favor! Esta es la mejor manera de contribuir a que nuestra amada Venezuela no siga pudriéndose con la corrupción.

Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/131030/podrida-corrupcion

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