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jueves, 17 de octubre de 2013

18 de octubre de 1945: causas, desarrollo y significado (I)

Escrito por Javier Escala

El alzamiento armado del día jueves 18 de octubre de 1945 contra el gobierno constitucional de Isaías Medina Angarita sigue hoy generando debate y polémica en los círculos académicos. Todavía se discute entre sus últimos sobrevivientes  y una nueva generación de historiadores las razones políticas de ese evento, el cual, sin duda alguna, cortó de raíz la transición postgomecista. El golpe además encumbró la nación a una política de partido populista con cambios sustanciales dentro del sistema socio-político de entonces. Puede afirmase con seguridad que el golpe del 18 de octubre de 1945 dividió la historia contemporánea de Venezuela en un antes y un después.

El suceso, de poca duración y con un saldo mortal de 84 muertos y 221 heridos , desmanteló la última huella del gomecismo, entiéndase por esto, la salida forzosa de la clase política hereda del mismo: "Ese día concluye para no levantarse jamás, la hegemonía regional del Táchira" . La política dirigida por el jefe militar de turno y su camarilla regional-andina, impuesta desde 1899, fue desplazada por la del jefe civil y su camarilla de partido. Manuel Caballero refirió que tras el derrocamiento de la transición postgomecista: "Acción Democrática habría introducido en la vida venezolana un elemento de división hasta entonces inexistente o cuán poco: los hombres no valían por sus capacidades sino por el carnet del partido" . La nueva dirigencia política proveniente fundamentalmente de las clases medias y bajas de la sociedad, opuesta abiertamente al régimen de Gómez desde 1928, navegando por los avatares del exilio, la cárcel y la clandestinidad, logró el mando de los destinos nacionales para, según por su líder Rómulo Betancourt: "... el pueblo venezolano, vaya al poder y nosotros con ese pueblo a gobernar" . Todo ello con apoyo de una generación de jóvenes militares descontentos con el gobierno medinista por no dar aquel materialización a sus aspiraciones personales dentro de la institución. Los dos sectores involucrados en el golpe (Acción Democrática y la Unión Patriótica Militar) entablaron entonces una alianza circunstancial para derrocar a un gobierno, que consideraban, no satisfacía sus intereses.


Las causas conocidas y esgrimidas por sus autores que desencadenaron la asonada del 18 de octubre fueron las siguientes:

Por parte de AD.
a)    La negativa del gobierno de realizar una reforma electoral que permitiera el ejercicio del voto universal, directo y secreto para elecciones presidenciales, dando con ello al pueblo la oportunidad de escoger libre y voluntariamente a sus gobernantes, revocando la elección en tercer grado con la que hasta entonces se realizaba el nombramiento del presidente de la República, según la Constitución vigente de 1936  en su artículo 96.
b)    La poca lucha del gobierno contra el peculado y la evidente complacencia del presidente con sus allegados.
c)    La postulación de Ángel Biaggini como candidato presidencial tras el retiro por demencia de Diógenes Escalante, sin aceptar, el PDV, la oferta que hacia AD de postular a Oscar Augusto Machado, un candidato independiente que reformara el estatuto electoral presidencial en un plazo mucho menor que el propuesto por Biaggini y llamara a elecciones un año después de su investidura.

Por parte de la UPM.
a)    Capacitación de la oficialidad dentro de las FAN.
b)    Mejoras tecnológicas, entiéndase compra de equipos bélicos nuevos.
c)    Mejoras salariales y promover el ascenso de los militares capacitados y formados en el exterior, removiendo a los viejos generales del gomecismo.

Lo primero a resaltar es que AD quería obtener el poder, pero no en forma subordinada al PDV sino el control total en los destinos de Venezuela, desmontando a la elite nacida del rancio gomecismo para sentar, dentro de su visión redentora, un nuevo Estado de bienestar social, el mismo Betancourt, horas previas a la insurrección en un mitin de AD en el Nuevo Circo, expresó lo siguiente:

"...gobernaremos cuando tengamos en las manos las posiciones-clave del Estado, ésas donde se decide la vida política, económica y social del país. Porque a nosotros no nos interesa el gobierno para que dos o tres miembros del partido tengan carteras ministeriales. Nos interesa para implantar un programa de salvación nacional" .

Luego, en esa misma arenga y sin ningún disimulo, anunció la vía a seguir tras negársele AD la posibilidad de conquistar el poder en una elección abierta:

"Nosotros admitimos que aspiramos a un golpe de Estado pacifico, es decir, que procuramos encontrarle una salida evolutiva a la compleja situación política del país. Pero esta aspiración evolutiva se frustrará si quienes gobiernan continúan en su actitud de insólito desdén a la opinión" .

El partido Acción Democrática, fundado en septiembre de 1941, vino realizando, durante el gobierno de Medina, una política de aglutinamiento poli-clasistas en toda la geografía nacional bajo un mensaje de verbo populista y nacionalista. La conocida consigna trazada por la dirigencia de AD que demandaba: "Ni un solo distrito, ni un solo municipio, sin su organismo de Partido", fue cabalmente seguida, teniendo, rápidamente, AD participación activa en los sindicatos y municipios del país, al punto de rivalizar con el entonces gran concentrador del movimiento obrero venezolano: el PCV .

El partido, además de sumar obreros a su ideario, atacó despiadadamente  ̶ si es que en la arena política esa palabra tiene algún significado  ̶  los puntos débiles de una transición que iba progresivamente abriendo las puertas cerradas al pueblo por la dictadura personalista de Juan Vicente Gómez. Rómulo Betancourt designó con el mote "autocracia con atuendo liberal" al gobierno medinista, una clasificación totalmente temeraria que ningún historiador ponderado reafirmaría, además en Venezuela política y petróleo, el líder civil de la asonada del 18 de octubre escribió para justificar su acción "revolucionaria" que: "Había descontento popular, por la ineptitud y corrupción administrativas; por la generalizada pobreza; por la insinceridad institucional del régimen" . La afirmación de Betancourt presenta elementos de exageración y a la vez de contradicción, pues si el gobierno de Isaías Medina Angarita padecía de una gran animadversión pública cómo se explica entonces el apoyo efusivo de una porción nutrida de la población a las reformas y proyectos políticos impulsados por el gobierno. Si algo intentó promover el general Medina, fue la imagen de mandatario accesible y cercano a las masas a través de mítines y giras por el interior del país. Manuel Caballero mencionó: "...el general Isaías Medina Angarita no se conformaría con ser Presidente ungido por la voluntad del Gran Elector y de sus pares, sino que buscará la confirmación en la calle" . El mérito de Medina Angarita fue el de quitarse el ropaje de militar servil a la dictadura gomecista para proyectarse en la historia como hombre cordial, popular y reformista comprometido con la evolución política de la nación .

La crítica más acérrima de la dirigencia de AD al gobierno medinista fue la negativa de éste a establecer el voto universal, directo y secreto en elecciones presidenciales. Esto fue uno de los desaciertos del medinismo, cuyo causante fue la mentalidad positivista arrastrada desde el gobierno de Gómez que recelaba de abrir el sufragio universal y directo, al no estar, según los ideólogos del gomecismo, el pueblo preparado para ejercer ese derecho, por ello los cambios  orientados hacia el ejercicio democrático debían realizarse de manera gradual. Medina Angarita al no prescindir de estas elites extendió tal creencia, aún, derrocado y en el exilio, continuó convencido de tal parecer:

"En el ánimo de todos estaba, como aspiración justa y máxima, la de llegar a la elección del Presidente de la República por el voto directo. Más veníamos de una dictadura que pudo dejar bienes materiales al país, pero que nos mantuvo en la más absoluta ignorancia de prácticas democráticas a cuya plena efectividad no podríamos llegar de un salto sin exponernos a graves consecuencias. Debíamos avanzar sin pausas pero sin precipitaciones, como alguna vez lo dije, y buscar la ampliación de algunos derechos, la modificación de ciertos métodos que, fijando avances, nos dieran con su ejercicio la práctica y la experiencia necesarias para llegar a la plenitud de nuestras aspiraciones. Era lo prudente" .

Sin embargo, no abandonando el consenso democrático, postuló, con el apoyo de AD, la candidatura de Diógenes Escalante, tachirense y embajador por entonces de Venezuela en los Estados Unidos, para el período 1946-1951.

La candidatura de Escalante, calificada injustamente de servil a los intereses de Acción Democrática y a los del Departamento de Estado norteamericano por Oscar Battaglini , significó el rechazó de Medina y del partido de gobierno PDV a los deseos reeleccionistas de López Contreras, pretendiente nada atractivo para el PDV y no querido por Acción Democrática y, por otro lado, el aplazamiento momentáneo a las críticas de AD sobre una candidatura arrodillada a la persona de Medina, cuando, la dirigencia de ese grupo político, aceptó a Escalante tras haber negociado, Rómulo Betancourt y Raúl Leoni en Washington con el candidato civil, la implantación del sufragio universal durante su gobierno . Los líderes de Acción Democrática estaban convencidos de tomar el gobierno si se abría ese camino electoral: "En nuestro caso privaba, por sobre cualquier otra consideración, la lúcida idea que teníamos de que nuestro ascenso al Gobierno era inevitable, por gravitación natural, si al pueblo se le daba oportunidad de votar" . Eso eran lo que esperaban de Escalante, el establecimiento de los mecanismo electorales necesarios para conseguir el poder más temprano que tarde. No obstante, el clima de concertación entre las fuerzas políticas se rompe al salir Escalante por demencia, siendo substituido por Ángel Biaggini, Ministro de Agricultura y Cría del gobierno.

La candidatura de Biaggini , presentada el 2 de octubre de 1945 sin el consenso de la dirigencia de Acción Democrática, representó la incertidumbre para los lideres de AD de materializar un proyecto político a futuro. Aunque el PDV mantuviera el proyecto de reforma electoral aplicable para las votaciones presidenciales de 1951, el sector de AD se negó a aceptar a Biaggini como, a su vez, el PDV se negó a aceptar la propuesta de Acción Democrática de un candidato independiente que llamara a elecciones abiertas en 1947, por considerar que aquello era abrirle las puertas inmediatas del poder a AD.

Ángel Biaggini, a diferencia de Escalante, era mucho más cercano al presidente Medina y, por ende, menos conciliador con los proyectos de Acción Democrática. El nuevo candidato afirmó:

"... si el Congreso Nacional me eligiere Presidente de Venezuela, mi acción se desarrollaría sobre las bases políticas de mi partido, al que desde luego formulo la promesa de ser consecuente con las ideas de avance social que constituyen el espíritu que lo anima. En síntesis, pues, si llego al poder, habrá continuidad en la labor administrativa del gobierno" .

Los líderes de AD activan entonces el golpe en unión con los jefes del sector descontento de las Fuerzas Armadas, quienes fundaron un círculo clandestino que se hacía llamar Unión Patriótica Militar (UPM) .

El descuido de las exigencias militares fue otro error del gobierno medinista, además, los servicios de inteligencia se enfocaban en seguirle, casi exclusivamente, los pasos a López Contreras y los suyos, prestando poca atención a los militares insatisfechos que conspiraban contra la presidencia,  Carlos Alarico Gómez es muy concluyente sobre esto:

"El Presidente de la República no se percató de su pérdida de prestigio en las Fuerzas Armadas, las cuales reclamaban mayores sueldos, mejor alimentación en los cuarteles, buen trato para el personal de reclutas, equipos modernos, justicia en los nombramientos y en los ascensos, consideración de los méritos de la nueva generación de oficiales, eliminación de la política de preferencia por los "Chopos de Piedra" (llamaban así a los oficiales montoneros con altas posiciones de mando, que carecían de formación académica) y revisión del Tratado con Colombia de 1941. Los ministros de Guerra, Manuel Morán y Delfín Becerra, tampoco ayudaron en esta situación y no manejaron bien los servicios de inteligencia" .


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