Escrito por
Javier Escala
El alzamiento armado del día jueves 18
de octubre de 1945 contra el gobierno constitucional de Isaías Medina Angarita
sigue hoy generando debate y polémica en los círculos académicos. Todavía se
discute entre sus últimos sobrevivientes
y una nueva generación de historiadores las razones políticas de ese
evento, el cual, sin duda alguna, cortó de raíz la transición postgomecista. El
golpe además encumbró la nación a una política de partido populista con cambios
sustanciales dentro del sistema socio-político de entonces. Puede afirmase con
seguridad que el golpe del 18 de octubre de 1945 dividió la historia contemporánea
de Venezuela en un antes y un después.
El suceso, de poca duración y con un
saldo mortal de 84 muertos y 221 heridos , desmanteló la última huella del
gomecismo, entiéndase por esto, la salida forzosa de la clase política hereda
del mismo: "Ese día concluye para no levantarse jamás, la hegemonía
regional del Táchira" . La política dirigida por el jefe militar de turno
y su camarilla regional-andina, impuesta desde 1899, fue desplazada por la del
jefe civil y su camarilla de partido. Manuel Caballero refirió que tras el
derrocamiento de la transición postgomecista: "Acción Democrática habría
introducido en la vida venezolana un elemento de división hasta entonces
inexistente o cuán poco: los hombres no valían por sus capacidades sino por el
carnet del partido" . La nueva dirigencia política proveniente
fundamentalmente de las clases medias y bajas de la sociedad, opuesta
abiertamente al régimen de Gómez desde 1928, navegando por los avatares del
exilio, la cárcel y la clandestinidad, logró el mando de los destinos
nacionales para, según por su líder Rómulo Betancourt: "... el pueblo
venezolano, vaya al poder y nosotros con ese pueblo a gobernar" . Todo
ello con apoyo de una generación de jóvenes militares descontentos con el
gobierno medinista por no dar aquel materialización a sus aspiraciones
personales dentro de la institución. Los dos sectores involucrados en el golpe
(Acción Democrática y la Unión Patriótica Militar) entablaron entonces una
alianza circunstancial para derrocar a un gobierno, que consideraban, no
satisfacía sus intereses.
Las causas conocidas y esgrimidas por
sus autores que desencadenaron la asonada del 18 de octubre fueron las
siguientes:
Por parte de AD.
a)
La negativa del gobierno de realizar una reforma electoral que
permitiera el ejercicio del voto universal, directo y secreto para elecciones
presidenciales, dando con ello al pueblo la oportunidad de escoger libre y
voluntariamente a sus gobernantes, revocando la elección en tercer grado con la
que hasta entonces se realizaba el nombramiento del presidente de la República,
según la Constitución vigente de 1936 en
su artículo 96.
b)
La poca lucha del gobierno contra el peculado y la evidente complacencia
del presidente con sus allegados.
c)
La postulación de Ángel Biaggini como candidato presidencial tras el
retiro por demencia de Diógenes Escalante, sin aceptar, el PDV, la oferta que
hacia AD de postular a Oscar Augusto Machado, un candidato independiente que reformara
el estatuto electoral presidencial en un plazo mucho menor que el propuesto por
Biaggini y llamara a elecciones un año después de su investidura.
Por parte de la UPM.
a)
Capacitación de la oficialidad dentro de las FAN.
b)
Mejoras tecnológicas, entiéndase compra de equipos bélicos nuevos.
c)
Mejoras salariales y promover el ascenso de los militares capacitados y
formados en el exterior, removiendo a los viejos generales del gomecismo.
Lo primero a resaltar es que AD quería
obtener el poder, pero no en forma subordinada al PDV sino el control total en
los destinos de Venezuela, desmontando a la elite nacida del rancio gomecismo
para sentar, dentro de su visión redentora, un nuevo Estado de bienestar
social, el mismo Betancourt, horas previas a la insurrección en un mitin de AD
en el Nuevo Circo, expresó lo siguiente:
"...gobernaremos cuando tengamos
en las manos las posiciones-clave del Estado, ésas donde se decide la vida
política, económica y social del país. Porque a nosotros no nos interesa el
gobierno para que dos o tres miembros del partido tengan carteras
ministeriales. Nos interesa para implantar un programa de salvación
nacional" .
Luego, en esa misma arenga y sin
ningún disimulo, anunció la vía a seguir tras negársele AD la posibilidad de
conquistar el poder en una elección abierta:
"Nosotros admitimos que aspiramos
a un golpe de Estado pacifico, es decir, que procuramos encontrarle una salida
evolutiva a la compleja situación política del país. Pero esta aspiración
evolutiva se frustrará si quienes gobiernan continúan en su actitud de insólito
desdén a la opinión" .
El partido Acción Democrática, fundado
en septiembre de 1941, vino realizando, durante el gobierno de Medina, una
política de aglutinamiento poli-clasistas en toda la geografía nacional bajo un
mensaje de verbo populista y nacionalista. La conocida consigna trazada por la
dirigencia de AD que demandaba: "Ni un solo distrito, ni un solo
municipio, sin su organismo de Partido", fue cabalmente seguida, teniendo,
rápidamente, AD participación activa en los sindicatos y municipios del país,
al punto de rivalizar con el entonces gran concentrador del movimiento obrero
venezolano: el PCV .
El partido, además de sumar obreros a
su ideario, atacó despiadadamente ̶ si
es que en la arena política esa palabra tiene algún significado ̶ los
puntos débiles de una transición que iba progresivamente abriendo las puertas
cerradas al pueblo por la dictadura personalista de Juan Vicente Gómez. Rómulo
Betancourt designó con el mote "autocracia con atuendo liberal" al
gobierno medinista, una clasificación totalmente temeraria que ningún
historiador ponderado reafirmaría, además en Venezuela política y petróleo, el
líder civil de la asonada del 18 de octubre escribió para justificar su acción
"revolucionaria" que: "Había descontento popular, por la
ineptitud y corrupción administrativas; por la generalizada pobreza; por la
insinceridad institucional del régimen" . La afirmación de Betancourt
presenta elementos de exageración y a la vez de contradicción, pues si el
gobierno de Isaías Medina Angarita padecía de una gran animadversión pública
cómo se explica entonces el apoyo efusivo de una porción nutrida de la
población a las reformas y proyectos políticos impulsados por el gobierno. Si
algo intentó promover el general Medina, fue la imagen de mandatario accesible
y cercano a las masas a través de mítines y giras por el interior del país.
Manuel Caballero mencionó: "...el general Isaías Medina Angarita no se
conformaría con ser Presidente ungido por la voluntad del Gran Elector y de sus
pares, sino que buscará la confirmación en la calle" . El mérito de Medina
Angarita fue el de quitarse el ropaje de militar servil a la dictadura
gomecista para proyectarse en la historia como hombre cordial, popular y
reformista comprometido con la evolución política de la nación .
La crítica más acérrima de la
dirigencia de AD al gobierno medinista fue la negativa de éste a establecer el
voto universal, directo y secreto en elecciones presidenciales. Esto fue uno de
los desaciertos del medinismo, cuyo causante fue la mentalidad positivista
arrastrada desde el gobierno de Gómez que recelaba de abrir el sufragio
universal y directo, al no estar, según los ideólogos del gomecismo, el pueblo
preparado para ejercer ese derecho, por ello los cambios orientados hacia el ejercicio democrático
debían realizarse de manera gradual. Medina Angarita al no prescindir de estas
elites extendió tal creencia, aún, derrocado y en el exilio, continuó
convencido de tal parecer:
"En el ánimo de todos estaba,
como aspiración justa y máxima, la de llegar a la elección del Presidente de la
República por el voto directo. Más veníamos de una dictadura que pudo dejar
bienes materiales al país, pero que nos mantuvo en la más absoluta ignorancia
de prácticas democráticas a cuya plena efectividad no podríamos llegar de un
salto sin exponernos a graves consecuencias. Debíamos avanzar sin pausas pero
sin precipitaciones, como alguna vez lo dije, y buscar la ampliación de algunos
derechos, la modificación de ciertos métodos que, fijando avances, nos dieran
con su ejercicio la práctica y la experiencia necesarias para llegar a la
plenitud de nuestras aspiraciones. Era lo prudente" .
Sin embargo, no abandonando el
consenso democrático, postuló, con el apoyo de AD, la candidatura de Diógenes
Escalante, tachirense y embajador por entonces de Venezuela en los Estados
Unidos, para el período 1946-1951.
La candidatura de Escalante,
calificada injustamente de servil a los intereses de Acción Democrática y a los
del Departamento de Estado norteamericano por Oscar Battaglini , significó el
rechazó de Medina y del partido de gobierno PDV a los deseos reeleccionistas de
López Contreras, pretendiente nada atractivo para el PDV y no querido por
Acción Democrática y, por otro lado, el aplazamiento momentáneo a las críticas
de AD sobre una candidatura arrodillada a la persona de Medina, cuando, la
dirigencia de ese grupo político, aceptó a Escalante tras haber negociado,
Rómulo Betancourt y Raúl Leoni en Washington con el candidato civil, la
implantación del sufragio universal durante su gobierno . Los líderes de Acción
Democrática estaban convencidos de tomar el gobierno si se abría ese camino
electoral: "En nuestro caso privaba, por sobre cualquier otra
consideración, la lúcida idea que teníamos de que nuestro ascenso al Gobierno
era inevitable, por gravitación natural, si al pueblo se le daba oportunidad de
votar" . Eso eran lo que esperaban de Escalante, el establecimiento de los
mecanismo electorales necesarios para conseguir el poder más temprano que
tarde. No obstante, el clima de concertación entre las fuerzas políticas se
rompe al salir Escalante por demencia, siendo substituido por Ángel Biaggini,
Ministro de Agricultura y Cría del gobierno.
La candidatura de Biaggini ,
presentada el 2 de octubre de 1945 sin el consenso de la dirigencia de Acción
Democrática, representó la incertidumbre para los lideres de AD de materializar
un proyecto político a futuro. Aunque el PDV mantuviera el proyecto de reforma
electoral aplicable para las votaciones presidenciales de 1951, el sector de AD
se negó a aceptar a Biaggini como, a su vez, el PDV se negó a aceptar la
propuesta de Acción Democrática de un candidato independiente que llamara a
elecciones abiertas en 1947, por considerar que aquello era abrirle las puertas
inmediatas del poder a AD.
Ángel Biaggini, a diferencia de
Escalante, era mucho más cercano al presidente Medina y, por ende, menos
conciliador con los proyectos de Acción Democrática. El nuevo candidato afirmó:
"... si el Congreso Nacional me
eligiere Presidente de Venezuela, mi acción se desarrollaría sobre las bases
políticas de mi partido, al que desde luego formulo la promesa de ser
consecuente con las ideas de avance social que constituyen el espíritu que lo
anima. En síntesis, pues, si llego al poder, habrá continuidad en la labor
administrativa del gobierno" .
Los líderes de AD activan entonces el
golpe en unión con los jefes del sector descontento de las Fuerzas Armadas,
quienes fundaron un círculo clandestino que se hacía llamar Unión Patriótica
Militar (UPM) .
El descuido de las exigencias
militares fue otro error del gobierno medinista, además, los servicios de
inteligencia se enfocaban en seguirle, casi exclusivamente, los pasos a López
Contreras y los suyos, prestando poca atención a los militares insatisfechos
que conspiraban contra la presidencia,
Carlos Alarico Gómez es muy concluyente sobre esto:
"El Presidente de la República no
se percató de su pérdida de prestigio en las Fuerzas Armadas, las cuales
reclamaban mayores sueldos, mejor alimentación en los cuarteles, buen trato
para el personal de reclutas, equipos modernos, justicia en los nombramientos y
en los ascensos, consideración de los méritos de la nueva generación de
oficiales, eliminación de la política de preferencia por los "Chopos de
Piedra" (llamaban así a los oficiales montoneros con altas posiciones de
mando, que carecían de formación académica) y revisión del Tratado con Colombia
de 1941. Los ministros de Guerra, Manuel Morán y Delfín Becerra, tampoco
ayudaron en esta situación y no manejaron bien los servicios de
inteligencia" .
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico