VÍCTOR SALMERÓN martes 22 de octubre de 2013
En Venezuela ya no se discute si habrá
o no una devaluación, la duda es cuándo y todo apunta que a lo sumo el tipo de
cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar tendrá vida hasta enero del próximo
año.
El ministro de Planificación, Jorge
Giordani, se refirió a este tema claramente señalando que "la mercancía
más barata en este momento es el dólar. Se le puede aplicar el comprar barato y
vender caro" y agregó que "el pueblo entiende esas cosas" ante
la interrogante de si una devaluación no impactaría la popularidad del
Gobierno.
Giordani tiene razón cuando indica que
el dólar es muy barato. La inflación venezolana es muy superior a la de los
países donde compra una larga lista de productos, esenciales para satisfacer a
los consumidores. Si el tipo de cambio
permanece estático mientras todo lo demás aumenta de precio los productos
importados son más baratos que los nacionales, la demanda de divisas se dispara
hasta niveles insostenibles y el mejor negocio es obtener billetes verdes en
Cadivi.
Hay más. El Gobierno obtiene por cada
dólar que le ingresa por petróleo 6,30 bolívares, una cantidad que ante el
incremento de los precios le queda corta para cubrir sus gastos como pagos de
aumentos de salarios, pensiones y misiones. Entonces, la solución ha consistido
en pedirle al Banco Central que imprima bolívares para cubrir parte de la falta
de ingresos.
La consecuencia es que cuando estos
bolívares ingresan a la economía impulsan la demanda velozmente y aceleran la
inflación e impulsan al dólar en el mercado paralelo, dándole un envión
adicional a los precios, porque una porción importante de la economía utiliza al dólar innombrable para calcular
costos de reposición.
Entonces la necesidad de la
devaluación no se discute y seguramente será recibida con fanfarria por bancos
extranjeros como Barclays y Bank of America que la consideran impostergable,
pero el tema de fondo es si habrá medidas para que al poco tiempo no haya que
devaluar nuevamente y empobrecer a los venezolanos que pierden capacidad de
compra cuando el Gobierno aumenta el precio del dólar.
En el gabinete económico no hay
discusión seria sobre el tema de la inflación y no está planteado disminuir el
gasto hasta niveles manejables y suspender la impresión de bolívares en el
Banco Central. Tampoco está planteado reconocer el fracaso de los controles de
precios y acabar con las trabas a la producción.
¿De cuánto sería la devaluación en
esta oportunidad? Tome en cuenta que según Bank of America si el precio del
dólar se ubica en 14 bolívares aún así el Gobierno seguiría teniendo un
desequilibrio entre ingresos y gastos de 3% del PIB.
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