RAMÓN GUILLERMO AVELEDO 23 octubre de 2013
El Cesppa es una amenaza
a la libertad de expresión y al derecho a la información. Se trata del libreto
cubano: La guerra indefinida contra amenazas indefinidas. El país perpetuamente
amenazado como excusa para la represión interna.
El decreto, que ya está en Gaceta,
expresa la doctrina de la seguridad nacional de las viejas dictaduras
militares. Es más que un grave peligro de censura a la comunicación, que ya
sería muy grave, es una intromisión en la vida de todos. ¿Acaso somos “enemigos
internos”? ¿Por qué, si no, el Gobierno trata a todos los ciudadanos como
sospechosos, como enemigos?
¿Dónde estamos? A mediados de año
presentó su estudio un destacado investigador y amigo, el profesor Andrés
Cañizales. Sus conclusiones no dejan margen a la indiferencia. Hoy hay menos
espacios informativos independientes. Hoy existen menos espacios de opinión.
Hoy, a los medios otrora críticos se les exige ser “equilibrados”, pero los
medios del Estado no han variado un ápice. Al contrario, son cada vez más
“armas de guerra”, lo cual agrego basado en otra parte del mismo estudio. La
posesión de un medio representa un problema político, lo cual es consecuencia
directa de una idea de la sociedad y el poder según la cual si los medios de
producción no pueden ser de propiedad privada, cómo puede permitirse que lo
sean los medios de comunicación, cuando el objetivo es alcanzar la hegemonía
comunicacional. Hoy hay menos información y más propaganda oficial. Hoy es más
difícil hablar de espacio público.
Hoy, en Venezuela, hay más cadenas y
más tiempo al aire del Gobierno vs Menos exposición de los problemas. Del 4 de
abril al 30 de junio, Maduro ha estado un promedio de 34 minutos diarios de
cadena y 1 hora 46 minutos diarios en VTV y la red pública. Pero Capriles sale
en vivo y en directo sólo excepcionalmente, y la Unidad todavía menos. Pero la
realidad no puede ocultarse. Todas las encuestas lo dicen. La escasez, los
precios, la inseguridad, son las grandes preocupaciones venezolanas y son
responsabilidad del Gobierno.
Esta idea, patrimonial, abusiva, del
poder, debe ser derrotada y superada. En la importancia crucial que tiene
nuestro voto en las elecciones municipales del 8 de diciembre destaca que se
escuche la voz del pueblo. Que se escuche clara, poderosa, la voz del ciudadano
venezolano. Sólo así podremos abrir la puerta al cambio democrático, pacífico,
constitucional y electoral que todo el mundo quiere.
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