Por Lissette González, 15/11/2013
Desde el fin de semana pasado los venezolanos
se debaten entre dos posibilidades: lanzarse a las largas colas que rodean los
comercios de electrodomésticos luego de la invitación del Presidente Maduro a “vaciar los
anaqueles”, o bien, a lamentarse a través de las redes sociales por
la falta de valores de los compatriotas o su ausencia de responsabilidades, ya
que pueden pasarse días y horas haciendo cola.
Independientemente de los resultados que esta
estrategia tenga sobre la intención de voto en las próximas elecciones
municipales el 8 de diciembre, ha logrado un importante objetivo: desviar el
foco de la opinión pública, que ya el centro no sean los problemas apremiantes
que nos han acompañado a lo largo del 2013: inflación y escasez, que han
llegado a máximos históricos, incluso para una economía en la que estos han
sido fenómenos omnipresentes.
Así, mientras los enfermos de cáncer tienen
sus tratamientos
suspendidos hasta nuevo aviso por falta de medicamentos en los
hospitales, y mientras en casa ya abrimos nuestra última lata de leche y solo
quedan dos dedos en la última botella de aceite, el presidente se ocupa de que
compremos TV y juguetes a precios “justos”.
El gobierno no nos quiere convertidos en
ciudadanos que defienden su derecho a la salud, la educación o al debido
proceso. Somos más dóciles como consumidores guiados por su interés, haciendo
muchas colas para llegar antes que los demás a donde están los mejores precios.
¡Vaya hombre nuevo el de este socialismo bolivariano!
Lissette González
@LissetteCGA
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