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domingo, 24 de noviembre de 2013

La luz en las tinieblas resplandece

ROSALÍA MOROS DE BORREGALES sábado 23 de noviembre de 2013

En la actualidad hay muchos temas sobre los cuales podríamos emitir nuestra opinión; hacer análisis expresando verdades con las que nos enfrentamos cada día y hacen de nuestra realidad un tiempo oscuro, difícil y muchas veces desesperanzador. Sin embargo, creo que además de conocer profundamente nuestra realidad es también de vital importancia exaltar en medio de nuestra sociedad los valores que pueden ser herramientas en nuestras manos para edificar sobre las ruinas. Sabemos que estamos viviendo en medio de las tinieblas, por esa razón es imperante que levantemos nuestras antorchas obligando a la oscuridad a disiparse frente a nuestros ojos.

Cada uno de nosotros ocupa un lugar en la historia de esta nación, cada uno tiene un número de personas sobre las cuales puede ejercer una influencia de bien, cada uno tiene una luz que poner en alto. Aunque muchas veces tendemos a pensar que si no estamos en una posición de fama o reconocimiento público es poco lo que podemos hacer. Pero esa es una vil mentira que nos han hecho creer; la labor que tenemos por delante va más allá de lo que aparentemente logran hacer los que acaparan los medios. Nuestra labor debe ser como la de las hormiguitas que incansablemente trabajan sin perder sus objetivos de vista, convirtiendo un pequeño camino que cualquiera despreciaría en toda una vía de abastecimiento para su comunidad.

Cada valor que inculcamos en nuestro hogar, en las escuelas, colegios, universidades y lugares de trabajo se convierte en una pequeña luz, que aunada a otra se va transformando en una antorcha cada vez más grande y más intensa. Esto no es idealismo, no es una utopía, es una verdad capaz de cambiar a nuestra sociedad. Lo que pasa es que por nuestra vanidad y la prisa con la que vivimos hemos subestimado todas esas pequeñas acciones que pueden iluminarle el día más oscuro a cualquier ser humano. Hemos olvidado el poder que yace en nuestras lenguas; la trascendencia que puede alcanzar la buena palabra en el momento oportuno. Hemos olvidado que somos avisos publicitarios andantes cuyo comportamiento está siendo copiado por cientos de niños y adolescentes. Hemos olvidado que una actitud se replica en la sociedad en la medida en que se repite.

Tenemos dos opciones, por una parte podemos dejarnos envolver por la oscuridad que nos rodea, entregarnos a ella permitiéndole que apague la luz que hay en nosotros. O por otra parte, podemos reconocer dónde se encuentra la fuente inagotable de luz e ir ante Dios para ser iluminados por Él. Esto no es religión, esto no es misticismo, esto es la verdad de una relación de amistad con el Creador. Cuando cualquier ser humano, en cualquier lugar del mundo, de cualquier raza, condición o religión reconoce en su interior ese llamado a hacer el bien y lo acepta, la luz de Dios llega a su vida. Y la luz de Dios en nosotros es capaz de transformar el lugar más oscuro en un arco iris.

Dejarnos subyugar por el mal, rendirnos ante él es una cobardía. Deprimirnos es una pérdida de tiempo; pretender ignorar la realidad y vivir como si no nos afectara es soberbia. Se necesita ser valiente para levantar una pequeña luz en medio de la oscuridad.
¡Es tiempo de ser valientes!
¡Es tiempo de volvernos a la fuente inagotable de luz!
¡Es tiempo de volvernos a Jesús!

"La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecerán contra ella."
Juan 1:5



ROSALÍA MOROS DE BORREGALES
rosymoros@gmail.com
http://familiaconformealcorazondedios.blogspot.com
@RosaliaMorosB

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