MARGARITA LÓPEZ MAYA 19 de noviembre de 2013
@mlopezmaya
Estas venideras
elecciones ocurren en un contexto complejo que obliga al ciudadano a ser
particularmente responsable.
¿Voto? Ir o no ir a votar es opción de
cada quien, pero si uno no va, decisiones que nos afectan las toman otros. Las
dudas sobre el secreto del voto han sido disminuidas y no deben detenernos. Si
uno siente que sus derechos ciudadanos han sido reducidos, debe participar para
mantener abiertos los espacios democráticos que quedan, esperando ensancharlos.
¿Qué está en juego? Primero, los
gobiernos locales. Cada ciudad, municipio, comunidad, está sufriendo la crisis
económica, la ineficiencia y la arbitrariedad gubernamental. El oficialismo
intenta ocultarlo atribuyéndoselos a otros, pero es principalmente fruto de sus
errores. Poner como candidatos antes y ahora a personas que ni saben ni les
interesa lo local es equivocado. Participar escogiendo a candidatos idóneos
iniciará la recuperación de calidad de Estado y de vida.
Segundo, también está en juego la
continuidad de autoridades electas por nosotros, en oposición a autoridades
designadas a dedo por el Presidente. Las leyes que orientan el diseño del
Estado comunal así lo establecen para los altos cargos de esa estructura.
Participando daremos fuerte legitimidad a alcaldes y concejales cuya autoridad
emana de abajo y no de arriba. Si valoramos la descentralización y el sufragio,
debemos salir a votar.
Tercero, estas elecciones expresarán
una evaluación del Gobierno nacional y su “socialismo”. La lógica plebiscitaria
establecida por Chávez para toda elección también juega este 8-D. Un voto a los
oficialistas avalará un modelo, que si bien puede no ser todo él negativo, está
repleto de ineficiencia, corrupción, nepotismo, militarismo, arbitrariedad, con
una elite que viola sus propias leyes y acentúa su talante autoritario. Si
ejercemos un voto castigo, le expresaremos una vez más nuestro descontento
exigiendo que se ponga a derecho, modere su estrategia polarizante, corrija su
arrogancia y le devuelva pluralismo al Estado convocando a sectores
sociopolíticos diversos a participar en las necesarias soluciones. Mientras
Maduro y su cúpula cívico-militar se sientan fuertes, no rectificarán. Nuestra
participación el 8-D puede hacer la diferencia. Vota por un futuro mejor.
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