POMPEYO MÁRQUEZ 15 de noviembre de 2013
La MUD y Capriles son,
quiérase o no, la más destacada referencia de la vida política nacional. Ellos
encarnan la unidad que es la clave para la victoria
Se están creando las condiciones
necesarias para una victoria electoral de trascendentes consecuencias. Son
evidentes las muestras del fracaso y la ineptitud del equipo que encabeza
Maduro, quien trata de prolongar una herencia cuyos resultados son desastrosos
para las grandes mayorías nacionales.
Las medidas económicas de Maduro las
calificó el creador del "socialismo de siglo XXI", Dietrich, en
Aporrea, como suicidas. Alguna incidencia tendrá en las filas oficialistas. Y
Dietrich concluye que el desenlace será un nuevo golpe militar (estamos de
militarismo hasta la coronilla, necesitaremos una reconstrucción de las FAN
para restañar las heridas sufridas durante estos quince años de autocracia
militarista con tendencias totalitarias al estilo cubano).
La otra alternativa prevista por
Dietrich es la de "elecciones adelantadas", que a nuestro modo de ver
podría ser una de las consecuencias más directas de una gran victoria
electoral.
Las victorias hay que prepararlas y
dotarlas de una política clara, adaptable a la situación. Si la conclusión es
el fracaso de un gobierno y la inviabilidad de un régimen que conduce al país
como se ha hecho reiteradas veces hacia un barranco, la perspectiva a trazar
tiene que estar en correspondencia con esa situación. Y esa política no puede
ser otra que una que esté dotada de contenido de poder. Se trataría de vencer
la abstención, unificar aún más el campo opositor, llamar a votar el 8D y a
crear ese día una gran incidencia política que conduzca a la formación de un
nuevo gobierno y de un nuevo régimen. Poner fin a los quince años de fracaso,
comenzar a darle institucionalidad a Venezuela, respeto a su Constitución,
normalizar la vida del país, de la República Civil. Deberá ser un gran esfuerzo
de todos los venezolanos, no sólo de los quehoy nos oponemos a esta satrapía.
Lo fundamental es tener clara una
política, el qué hacer con la victoria electoral. El mensaje de Capriles ante
el Papa Francisco fue determinante: queremos reconciliación, diálogo.
Estamos convencidos de que una minoría
no le puede imponer a una mayoría un nuevo modo de vida, como también que no se
puede gobernar a un país sin reglas claras de juego, sin Estado de Derecho y
respeto a las minorías.
Independientemente de que la comunidad
interamericana se ha comportado bajo la cínica frase de que los países no
tienen amigos, ni aliados, sino intereses y han abandonado a la democracia venezolana,
existen hoy corrientes importantes enAmérica Latina que ante una situación
determinada estarían proclives a colaborar con esa reconstrucción democrática
de Venezuela.
La MUD y Capriles son, quiérase o no,
la más destacada referencia de la vida política nacional. Ellos encarnan la
unidad que es la clave para la victoria.
En otros momentos de nuestra historia
ha sido la unidad, el consenso nacional, lo que ha permitido la superación de
situaciones críticas vividas en el pasado. Ahora, no podrá ser de otra manera.
Debemos obtener una gran victoria
electoral el 8D y abrirle a Venezuela una nueva etapa de su vida, y ésta no es
otra que la democracia, la libertad, la justicia social, el Estado de Derecho,
la Institucionalización del país, la reconstrucción de su aparato productivo
bajo los postulados de economía mixta que traza la Carta Magna, el respeto al
pluralismo. En fin, un país normal donde funcionen los servicios, las
Instituciones.
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