Editorial de
Le Monde marzo de 2014
Venezuela, gran productor de petróleo,
es potencialmente un país rico. Sin embargo, 15 años de chavismo le han dejado
fuera de combate en lo económico y social. Desde el mes de febrero los
venezolanos han tomado la calle para protestar diariamente contra un régimen
que ha logrado una triple corona: despilfarro, corrupción y autoritarismo político.
El "chavismo" es la doctrina
heredada del otrora presidente Hugo Chávez, quien ejerció el poder desde 1999
hasta el 2013, cuando murió. Es un cóctel socio-nacionalista inspirado del
ejemplo cubano, y de anti-imperialismo militante que saca sus fuerzas de un
viejo fondo revolucionario latinoamericano.
Los 14 años de reino de Hugo Chávez
ayudaron a una pequeña parte de la población: los más pobres entre los 30
millones de venezolanos se beneficiaron de cierta redistribución de la renta
petrolera. En lo que se refiere a todo lo demás, el "chavismo" arrasó
con el país: economía bajo control del Estado, inversionistas locales e
internacionales desmotivados y sin incentivos, control de precios, control de
cambios, control del comercio exterior...
Elegido en abril del 2013, el sucesor
de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, lo superó con creces. En un año, ha congelado
la actividad económica del país. Esta semana, anunció que se veía obligado a
implantar una cartilla de racionamiento parecida a la que Cuba instauró hace
medio siglo...
Aparte del petróleo, del cual posee
las reservas más grandes del mundo, Venezuela produce cada vez menos. Importa
casi todo. Antiguo país de ganadería y agricultura, hoy en día se ve obligado a
comprar más de un tercio de lo que consume.
Al país no le quedan casi divisas, ¡el
colmo para un país exportador de petróleo! A los hospitales les falta de todo.
Los cortes eléctricos son cada vez más frecuentes. La inflación anualizada
sobrepasa el 56%, condenando a los más pobres a aún más pobreza.
Los manifestantes se enfrentan a las
milicias paramilitares del régimen. Este acusa a los "burgueses" de
tomar la calle. Se equivoca. Detrás de los estudiantes, punta de lanza de la
manifestación, está todo el espectro completo de la sociedad venezolana que
expresa su inquietud por el futuro.
Bajo la personalización del poder a
ultranza que ejercía Hugo Chávez, el ejército no ha dejado de aumentar su
dominación de la vida política. El "modelo cubano" produce acá todos
sus efectos nocivos. Se ha creado una economía paralela, un mercado de tráfico
interno y externo que beneficia a una pequeña nomenclatura sin escrúpulos.
Al derrumbamiento de la economía se
agrega una inseguridad galopante: 25 mil homicidios por año, sin contar los
robos, agresiones de todo tipo y secuestros. Caracas es la capital más
peligrosa del planeta.
Se necesita toda la atracción del
"exotismo latino" para que ciertos intelectuales franceses le
encuentren algún encanto al "chavismo". Sobre todo porque este, ya
sea bajo Maduro o bajo Chávez, cercena las libertades públicas, silencia a una
parte de la prensa y maltrata a toda la oposición. En la realidad, el chavismo
se ha convertido en una pesadilla.
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