Veinticuatro de
marzo de 2016
El día en
que Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, también conocida como la
Última Cena.
El
Jueves Santo se celebra:
· La Última Cena.
· El Lavatorio de los pies,
· La institución de la Eucaristía y del
Sacerdocio
· La oración de Jesús en el Huerto de
Getsemaní.
En la
mañana de este día, en todas las catedrales de cada diócesis, el obispo reúne a
los sacerdotes en torno al altar y, en una Misa solemne, se consagran los
Santos Óleos que se usan en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden
Sacerdotal y Unción de los Enfermos.
En la
Misa vespertina, antes del ofertorio, el sacerdote celebrante toma una toalla y
una bandeja con agua y lava los pies de doce varones, recordando el mismo gesto
de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena.
a)
Evangelio del día:
Los
amó hasta el extremo
La
liturgia de la Iglesia Católica dedica la lectura evangélica al Santo Evangelio
según San Juan 13, 1-15:
Antes
de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de
este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los
amó hasta el extremo.
Estaban
cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de
Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en
sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita
el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se
pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se
había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo:
-«Señor,
¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús
le replicó:
-«Lo
que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.» Pedro le
dijo:
-«No
me lavarás los pies jamás.»
Jesús
le contestó:
-«Si
no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón
Pedro le dijo:
-«Señor,
no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús
le dijo:
-«Uno
que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está
limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque
sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.»
Cuando
acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
-«
¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el
Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo,
el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros
los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con
vosotros, vosotros también lo hagáis.»
Palabra
de Dios
b) La
Eucaristía
Este
es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la
Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena
con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la
Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.
Todos
estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Esta noche santa,
Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre. Revivamos este gran don y
comprometámonos a servir a nuestros hermanos.
c) El
lavatorio de los pies
Jesús
en este pasaje del Evangelio nos enseña a servir con humildad y de corazón a
los demás. Este es el mejor camino para seguir a Jesús y para demostrarle
nuestra fe en Él. Recordar que esta no es la única vez que Jesús nos habla
acerca del servicio. Debemos procurar esta virtud para nuestra vida de todos
los días. Vivir como servidores unos de otros.
d) La
noche en el huerto de los Olivos
Reflexionemos
con Jesús en lo que sentía en estos momentos: su miedo, la angustia ante la
muerte, la tristeza por ser traicionado, su soledad, su compromiso por cumplir
la voluntad de Dios, su obediencia a Dios Padre y su confianza en Él. Las
virtudes que nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, la
generosidad y la humildad.
Los
monumentos y la visita de las siete iglesias
Se
acostumbra, después de la Misa vespertina, hacer un monumento para resaltar la
Eucaristía y exponerla de una manera solemne para la adoración de los fieles.
La
Iglesia pide dedicar un momento de adoración y de agradecimiento a Jesús, un
acompañar a Jesús en la oración del huerto. Es por esta razón que las Iglesias
preparan sus monumentos. Este es un día solemne.
En la
visita de las siete iglesias o siete templos, se acostumbra llevar a cabo una
breve oración en la que se dan gracias al Señor por todo su amor al quedarse
con nosotros. Esto se hace en siete templos diferentes y simboliza el ir y
venir de Jesús en la noche de la traición. Es a lo que refieren cuando dicen
“traerte de Herodes a Pilatos”.
La
cena de pascua en tiempos de Jesús
Hace
miles de años, los judíos vivían en la tierra de Canaán, pero sobrevino una
gran carestía y tuvieron que mudarse a vivir a Egipto, donde el faraón les
regaló unas tierras fértiles donde pudieran vivir, gracias a la influencia de
un judío llamado José, conocido como El soñador.
Después
de muchos años, los israelitas se multiplicaron muchísimo en Egipto y el faraón
tuvo miedo de que se rebelaran contra su reino. Ordenó matar a todos los niños
varones israelitas, ahogándolos en el río Nilo. Moisés logró sobrevivir a esa
matanza, pues su madre lo puso en una canasta en el río y fue recogido por la
hija del faraón.
El
faraón convirtió en esclavos a los israelitas, encomendándoles los trabajos más
pesados.
Dios
eligió a Moisés para que liberara a su pueblo de la esclavitud. Como el faraón
no accedía a liberarlos, Dios mandó caer diez plagas sobre Egipto.
La
última de esas plagas fue la muerte de todos los primogénitos del reino.
Para
que la plaga no cayera sobre los israelitas, Dios ordenó a Moisés que cada uno
de ellos marcara la puerta de su casa con la sangre de un cordero y le dio
instrucciones específicas para ello: En la cena, cada familia debía comerse
entero a un cordero asado sin romperle los huesos. No debían dejar nada porque
al día siguiente ya no estarían ahí. Para acompañar al cordero debían comerlo
con pan ázimo y hierbas amargas. Las hierbas amargas ayudarían a que tuvieran
menos sed, ya que tendrían que caminar mucho en el desierto. El pan al no tener
levadura no se haría duro y lo podían llevar para comer en el camino. Les mandó
comer de pie y vestidos de viaje, con todas sus cosas listas, ya que tenían que
estar preparados para salir cuando les avisaran.
Al día
siguiente, el primogénito del faraón y de cada uno de los egipcios amaneció
muerto. Esto hizo que el faraón accediera a dejar a los israelitas en libertad
y éstos salieron a toda prisa de Egipto. El faraón pronto se arrepintió de
haberlos dejado ir y envió a todo su ejército para traerlos de nuevo. Dios
ayudó a su pueblo abriendo las aguas del mar Rojo para que pasaran y las cerró
en el momento en que el ejército del faraón intentó pasar.
Desde
ese día los judíos empezaron a celebrar la pascua en la primera luna llena de
primavera, que fue cuando Dios los ayudó a liberarse de la esclavitud en
Egipto.
Pascua
quiere decir “paso”, es decir, el paso de la esclavitud a la libertad. El paso
de Dios por sus vidas.
Los
judíos celebran la pascua con una cena muy parecida a la que tuvieron sus
antepasados en la última noche que pasaron en Egipto.
La
fiesta de la pascua se llamaba “Pesaj” y se celebraba en recuerdo de la
liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto. Esto lo hacían al
llegar la primavera, del 15 al 21 del mes hebreo de Nisán, en la luna llena.
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