Luis Manuel Esculpí 31 de marzo de 2016
El
largo asueto decretado por el gobierno está por finalizar. Sin ser conocedor de
la liturgia católica, sé que la costumbre denomina así al sábado de la Semana
Santa. La ciudad sigue cubierta de calima, dando al paisaje tonalidades grisáceas
y mustias.
Interrumpo
la caminata matutina porque un amigo me detiene para comentar los sucesos de El
Playón, lugar donde los pobladores reclamaron a varias personas que circulaban
a alta velocidad, entre los integrantes del grupo infractor habían algunos
escoltas, uno de ellos con el arma que portaba amenazo a vecinos, incluyendo a
un niño que se encontraba jugando.
La
comunidad inició la protesta contra los abusos trancando la vía principal,
resultando fuertemente reprimidos por la Guardia Nacional, el propietario de la
posada donde se alojaba el grupo de abusadores fue detenido porque
presuntamente informó a los vecinos que eran escoltas de una sobrina de Cilia
Flores. Permaneció en el SEBIN durante un tiempo a pesar que un juez había
ordenado libertad plena.
Como
era de suponer ese era apenas el inicio de un diálogo que requería más tiempo
que una breve interrupción, optamos entonces por continuar juntos el recorrido.
Recordamos por asociación que la audiencia de los otros sobrinos fue aplazada
para el seis de abril y sobre ese diferimiento se tejen diversas conjeturas.
Le
comento al amigo que quienes están gobernando pareciera no percibir los cambios
que se están produciendo, actúan como si desconocieran la realidad, creen que
pueden seguir cometiendo impunemente sus tropelías. La ministra Gladys Requena
declaró desde Río Chico: "Este pueblo está disfrutando plenamente de una
vida feliz, en uno de los países que garantiza la felicidad". Insolente
afirmación que constituye una burla a todas las personas que pasaron en penuria
por la búsqueda de alimentos y medicinas. Esta semana las únicas colas que
disminuyen son las del tránsito de vehículos. A la ministra solo le faltó
añadir que la felicidad era suprema, gracias a la gestión pasada de un Viceministerio
que no sabemos si aún existe.
Seguimos
pasando revista a la actualidad e intercambiando opiniones hasta despedirnos al
culminar nuestra rutina. Me retiro a cumplir con una cita prevista en un café
-aunque pareciera que la actividad política también estuviera de reposo- al
incorporarme a la reunión la conversación gira en torno a la detención de tres
sargentos de la GN en el aeropuerto de Barquisimeto, de donde partió el avión
que fue capturado con de varios centenares de paquetes con drogas en República
Dominicana. Los participantes expresan su preocupación - o más bien su alarma-
por la cantidad de efectivos militares recientemente implicado en estos
delitos.
Los
periodistas de sucesos no tienen descanso la tarde les aguarda con algunos
hechos noticiosos; para variar se reportarían desde las redes sociales un
intenso tiroteo en la cota 905. Ese mismo día, en Guarenas intentaron quemar un
Mercal, mientras en El Valle aproximadamente veinte hombres con armas largas
asaltaron y saquearon otro.
A eso
de las 7:45 pm aproximadamente vengo transitando por la avenida intercomunal,
de El Valle observo una aglomeración de personas y dos camionetas de la PN, en
la estación que lleva el nombre de la parroquia, luego me entero de la causa;
se perpetró un robo masivo en vagón del metro.
Este
sábado no fue excepcional, vivimos la cotidianidad ya acostumbrada. Apenas
narramos algunos hechos, la violencia dominante, la irresponsabilidad de los
gobernantes, en definitiva un sábado con más penas que gloria. Los venezolanos
merecemos vivir de otra manera. La sociedad ha venido tomando conciencia de
ello, la aspiración de cambio recorre todo su cuerpo, se respira por sus poros.
En buena medida ese anhelo se expresó en diciembre. El rescate de la esperanza
y del futuro para los más jóvenes es una necesidad como país. El cambio
político es imprescindible para lograr esos propósitos. Las vivencias
cotidianas nos señalan con urgencia esa necesidad. Hacerlo posible depende de
la conducción unitaria, de perseverar con denuedo y emplear todo nuestra
creatividad en los días por venir. Ese es nuestro desafío, pese a las
dificultades del presente saldremos nuevamente airosos. Ese reto no es para
nada sencillo, pero le da pleno sentido y justificación a la lucha que hoy
libramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico