Pablo Pérez 31 de marzo de 2016
“11
millones de venezolanos viajaron en esta Semana Santa”, “Los venezolanos a
pesar de los problemas viven felices”, “Vamos a fabricar 500 mil carros y 10
millones de motos”, “Exportaremos medicamentos hechos en Venezuela”, “Seremos
potencia agroalimentaria”, “Estamos blindados ante la crisis mundial”, “El
imperio quiere acabar con la revolución” y por supuesto la infaltable “La
guerra económica bla, bla, bla y bla”.
Muchas
otras frases quedaron excluidas de ese breve compendio. Todas son frases que
demuestran la terrible fantasía revolucionaria en la que vive el Gobierno y con
la cual quieren engañar al pueblo para disfrazar la peor crisis económica,
social y política que ha vivido Venezuela en toda su historia.
El
Gobierno persiste en su estrategia de negación de la crisis. Es tan grave la
falta de atención y dedicación a los problemas que afectan la calidad de vida
de los venezolanos, que hasta Oscar Schemel, a pesar de su condición de
encuestador ligado al Gobierno, debió criticar a Maduro argumentando que está
preso en una trampa ideológica.
Pocas
veces he coincidido con Schemel en alguna de sus opiniones, pero debo reconocer
que tiene razón cuando esgrime que el Gobierno vive imbuido en una fantasiosa
épica revolucionaria, en vez de trabajar para resolver los graves problemas que
afectan a los venezolanos.
Este
es un Gobierno que no trabaja, sino que sólo se dedica a inventar excusas para
achacar a otros los errores que ha cometido en más de 18 años en el poder. La
crisis es responsabilidad de ellos y de nadie más. Ellos acabaron con los
cuantiosos ingresos que el país recibió durante la época de la bonanza
petrolera.
Es
inaudito e inaceptable que Venezuela sea el único país petrolero que está
padeciendo por la caída de los precios del crudo, porque no fue capaz el
Gobierno de ahorrar. Se dedicaron al derroche y al festín. Inventarion alianzas
para tratar de construir un liderazgo que se esfumó rápidamente.
Gracias
a Dios y a La Chinita que la mayoría del pueblo venezolano maduró y no se cree
los cuentos que se inventan en el marco de la fantasía revolucionaria. Es tan
significativa esa madurez, que a pesar de las penurias que pasa el ciudadano,
no pisa el peine de la violencia política y sabe que el cambio se logrará a
través del voto y las vías constitucionales. El bravo pueblo de Venezuela
triunfará de nuevo. De eso no tengan dudas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico