Veintitrés de marzo de 2016
El día de las grandes controversias
La
noche del lunes fue como la del domingo: enseñanzas a los discípulos y mucha
oración. Jesús está en máxima tensión. El ambiente de paz de Betania ayuda a
relajar los espíritus, pero Jesús no cede en su lucha y necesita rezar.
El
martes acude al Templo por el camino tantas veces recorrido. Los rostros de los
que le acompañan están serios; ya no hay vítores de los acampados alrededor de
Jerusalén, ni en la misma ciudad. Pero muchos quieren oír y ver al Maestro, al
Hijo de David, al que resucitó a Lázaro, al que se ha proclamado Hijo del Padre
eterno. Este día todos los grupos que se oponen a Jesús se van a unir y emplear
sus armas dialécticas para destruirle. “Siguieron observando y le enviaron
espías que simulaban ser justos para cogerle en alguna palabra y entregarlo al
poder y jurisdicción del gobernador" (Lc). Muchas cosas van a quedar
claras en este día y mucha va a ser la luz para los de mente y corazón
abiertos.
Lectura del santo evangelio según san Juan
(13,21-33.36-38):
En aquel tiempo, estando Jesús
a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio
diciendo:
- «En verdad, en verdad os
digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos
a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús
amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo
señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el
pecho de Jesús, le preguntó:
- «Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
- «Aquel a quien yo le dé este
trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a
Judas, hijo de Simón el Iscariote.
Detrás del pan, entró en él
Satanás. Entonces Jesús le dijo:
- «Lo que vas hacer, hazlo
pronto».
Ninguno de los comensales
entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que
Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
- «Ahora es glorificado el
Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él,
también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me
queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos
os lo digo ahora a vosotros:
"Donde yo voy, vosotros
no podéis ir"»
Simón Pedro le dijo:
- «Señor, ¿a dónde vas?».
Jesús le respondió:
- «Adonde yo voy no me puedes
seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
- «Señor, ¿por qué no puedo
seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
- « ¿Con que darás tu vida por
mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas
negado tres veces».
Palabra del Señor
Las
procesiones más destacadas son las que conmemoran el pasaje de Jesús: Humildad
y Paciencia
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