Por Eddie Ramírez, 15/10/2016
El pollo bravo es conocido. También el pollo loco. En los corrillos empresariales,
en los familiares y últimamente en los políticos el pollo es muy mentado.
También en el exterior. Hay pollos buenos y otros que no lo son. El pollo tiene
sus adeptos, pero también quienes lo rechazan. Hay pollos de gratos recuerdos y
algunos no tanto.
Uno de esos pollos, admirados por todos, fue el pollo Malpica, quien
picaba muy bien. Fue jugador de beisbol, manager y médico. Como jugador lo
único malo es que fue magallanero. Como mánager logró la hazaña de que el
equipo venezolano ganara la Serie Mundial de Beisbol en 1941 en la Habana,
venciendo en el partido final a la selección cubana, en tiempos en que
Venezuela no se sometía a los dictámenes de los dirigentes de esa isla. Fue un
médico de gran sensibilidad social. Tenía su consultorio en Catia. En mis años
de estudiante trabajé de fiscal de espectáculos públicos y frecuentemente tenía
el honor de saludar al doctor Malpica y a su distinguida esposa, asiduos
asistentes al cine Artigas.
El pollo Sifontes es otro gran venezolano. Cantante y destacado
compositor. ¿Quién no se ha emocionado al escuchar o al cantar su Anhelante?
Hoy muchos compatriotas de la diáspora esperan anhelantes el poder regresar al
país para estrechar a sus seres queridos. Tanto los de adentro, como los de
afuera, esperan anhelantes que los rojos salgan del poder para que Venezuela
pueda recuperar sus hijos que tuvieron que emigrar y que el país emprenda la
senda del progreso y cesen los odios. Al pollo Sifontes lo conocí en un
gimnasio en Santa Paula, al cual acudía con Raquelita Castaño, su bella esposa
y excelente cantante.
El pollo Brito es otro venezolano distinguido. Cuatrista, cantante y
compositor, ha llevado nuestra música a muchos países y nos deleita con sus
intervenciones. No lo conozco, pero lo admiro como músico.
Hay otro pollo que es general retirado y diputado rojo. No es el pollo
loco de la cadena mexicana de comida. Tampoco es el pollo bravo de la
franquicia peruana, pero sin duda está bravo. El gobierno norteamericano lo ha
señalado de tener vínculos con la guerrilla terrorista de la FARC y con el
narcotráfico. Algunos periodistas se han hecho eco de esa información y en
respuesta el pollo Carvajal los está demandando por difamación. En la lista de
demandados están Miguel Henrique Otero, Gustavo Azócar, Patricia Poleo, Sofía
Nederr, Javier Mayorca, Hernán Lugo, Ibsen Martínez y los dueños de
Globovisión.
Desde luego que no tenemos ninguna simpatía por este pollo verde oliva,
pero por principio hay que considerarlo inocente mientras no se demuestre lo
contrario. Sin embargo, el pollo Carvajal escogió el peor camino para
defenderse. Demandar a periodistas cuando tiene toda la influencia de quienes
están en el poder no solo es un gran error, sino un intento de aprovechar las
ventajas que brinda pertenecer a un régimen totalitario. Debe entender que una
sentencia condenatoria en contra de los periodistas no limpiará su nombre y,
más bien, despertará apoyo moral hacia nuestros comunicadores sociales.
A pesar de lo que afirman los ñángaras, la justicia de Estados Unidos
no se somete a los dictámenes del Departamento de Estado, por lo que no debería
temer presentarse ante esos tribunales para mostrar pruebas en su defensa, si
las tiene, o para exigir que el fiscal aporte elementos que demuestren que es
culpable. Por su familia debería tomar esta acción.
Hay otros pollos que aparecen y desaparecen. No son aves voladoras,
pero para conseguirlas hay que subir hasta las nubes. En el pasado Venezuela
tuvo una industria avícola muy desarrollada. Es cierto que siempre ha sido una
industria de ¨ensamblaje¨, en la que casi todos los insumos para producir
vienen del exterior, pero nuestros avicultores y empresas avícolas son muy
eficientes manejando un negocio de márgenes estrechos. Empresas como Protinal
y La Caridad realizaron grandes aportes al consumidor en tiempos en que
nadie pensaba en gallineros verticales, sino en un sistema de producción
eficiente.
En el sector agropecuario la falta de transparencia oficial hace poco
confiables las estadísticas. Según información publicada en El Sitio Avícola
(5M Publishing, UK), durante los últimos meses del 2015 hubo una caída de la
producción avícola de aproximadamente un 45% y la escasez de divisas está
afectando la adquisición de vacunas, materias primas para alimentos balanceados,
repuestos para maquinaria industrial y transporte. En artículo del 8 de este
mes, el diario 2001 informa que ¨la crisis aviar pica y se extiende¨. Si se
consigue, el kilo de pollo está alrededor de 1.800 bolívares, es decir
1.800.000 de los de antes.
Como en botica:
Los demócratas estamos de pláceme con la próxima investidura de
monseñor Baltasar Porras como Cardenal. Felicitaciones al distinguido prelado.
El presidente de facto instruyó al presidente de Pdvsa a que demande a El Nuevo
País por mencionar el colapso de la empresa ¿Acaso es mentira que, según cifras
oficiales de Pdvsa a la OPEP, en el año 2000 nuestra producción de crudo era de
2.891.000 barriles por día y en agosto de este año fue de solo 2.328.000
barriles por día; que las refinerías están destartaladas; que en el 2001 Pdvsa
contaba con 69.284 trabajadores y que en el 2015 ese número ascendió a 166.337;
que no le paga a sus proveedores, tiene una gran deuda externa e interna, que
obliga a sus trabajadores a asistir a concentraciones oficiales en horas de
trabajo, que ha perdido todos los juicios en el exterior y que hay graves
denuncias de corrupción? Felicitamos a nuestro compañero ingeniero Javier
Larrañaga, recientemente designado Miembro de la Academia de la Ingeniería y el
Hábitat. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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