Luis Manuel Esculpi 04 de octubre de 2016
Es una
constante en los regímenes autoritarios interpretar la historia de acuerdo a
sus propias conveniencias, exaltar sentimientos muy sensibles como el
patriotismo, ellos constituyen aspectos privilegiados de su prédica, los
mensajes y terminología son impregnados permanentemente de tales contenidos. La
denominación de patriotas es empleada tanto para calificar a sus partidarios,
como para descalificar al adversario; el que no esté de acuerdo con sus
políticas fácilmente es calificado de anti-patriota o traidor. Llegando hasta
el extremo de pretender dignificar acciones no precisamente nobles, como las
delaciones, bautizando a sus autores, los soplones de "patriotas cooperantes".
Circulaba
el rumor insistentemente. Las piedras provocaban ruido en el río. Era en
realidad un secreto a voces, un conocido empresario vinculado al oficialismo
paga la costosa defensa de los famosos sobrinos, apresados en Haití y juzgados
en Estados Unidos acusados de narcotraficantes.
El
propio empresario despejo la supuesta incógnita en entrevista concedida al The
Wall Street Journal, se cuidó de señalar que lo hacía por razones "patrióticas”
y como una manera de aliviar la carga a Maduro.
El
empresario dueño de un canal de televisión que se ufana de haber sido factor
clave en el fracaso del paro petrolero, el mismo que compró una par de pistolas
que habían pertenecido al Libertador, y luego las donó al expresidente Chávez;
en la entrevista al diario norteamericano confirmó los rumores que circulaban
sobre el pagador de los prestigiosos y onerosos bufetes del norte.
Efectivamente,
Wilmer Ruperti -quien por cierto el pasado mes de septiembre recibió un
contrato de PDVSA por el monto de 138 millones de dólares- en la mencionada
entrevista declaró: " Esto perturba la tranquilidad de la familia
presidencial. Uno necesita que el Presidente este calmado"..."Estoy
ayudando a preservar el gobierno constitucional de Venezuela".
El
nerviosismo recorre el palacio, cada vez más difícil conciliar el sueño. Es
comentario rutinario entre sus allegados. Las ojeras evidencian la tranquilidad
perturbada. Es comprensible, las razones para tal intranquilidad son muy
disímiles. No tiene ni la disposición, ni la capacidad para enfrentar la
crisis. El sosiego no es requisito suficiente. Debiera facilitar la transición
este año para tranquilidad de la los venezolanos, por eso exigimos cambiar el
rumbo. La situación actual es cada vez más insoportable por la escasez de los
productos de primera necesidad, la vertiginosa y trepidante inflación y la
espantosa inseguridad en que vivimos; más en general por el terrible
desmejoramiento de la calidad de vida, esas son las causas esenciales que
perturban la tranquilidad de la inmensa mayoría.
Están
plenamente consciente que no tienen posibilidades de salir airosos de ningún
proceso electoral, el rechazo a sus políticas es abrumador, por ello se colocan
al margen de la Constitución, al no realizar las regionales este año e idean
todo tipo de tramoyas y trapisondas para intentar impedir la realización del
referéndum revocatorio.
Desde
Pedro Carreño afirmando que la situación económica impide la realización de
comicios, hasta Elias Jaua quien afirma que no existe garantías de
reconocimiento de los resultados, inventan cualquier pretexto para eludir la
medición electoral. Solo la casta gobernante y sus asociados más íntimos tienen
razones para la preservación del actual estado de cosas.
Insistimos
en la necesidad y la posibilidad de lograr la transformación política, la
Constitución contempla el referéndum como un mecanismo para el cambio,
concentrar los esfuerzos en la jornada de fines de mes, despeja la ruta para su
realización y abre cauces para superar la crisis que perturba - ¡ y de qué
manera i la tranquilidad de quienes vivimos en este país.
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