Por Rubén Contreras, 30/10/2016
En algunas regiones de Venezuela el
sentimiento, amor y querencia de los habitantes por su lar, su entorno más
cercano, su patria chica, su tierra, ha servido de contagio y de pasión para
crear una empatía, una emotividad consentido de pertenencia y en especial un apego por lo propio.
Hace algunos unos años, cuando Fernando Chumaceiro
fue Presidente de Corpozulia, acuñó el
slogans “Lo mejor del Zulia son los Zulianos”, y no hay zuliano que deje de
tenerle especial devoción al poeta Ubdón Pérez, a Ricardo Aguirre el Monumental
de la Gaita y a la Virgen de la Chiquinquirá, a Luis Aparicio y Vitico
Davalillo, así como a los huevos
chimbos, al relámpago del Catatumbo y a La Laguna de Sinamaica.
Los larenses expresan su devoción a la
virgen La Divina Pastora, por la orquesta Pequeña Mavares y también por Pablo
Canela, degustan el mondongo de chivo y la delicia culinaria conocida como el
Lomo Prensado de Sisiruca, y los productores de ganado han creado la raza
Carora. Los tachirenses manifiestan su
querencia por el maestro Luis Felipe Ramón y Rivera, creador del bambuco Brisas
del Torbes, de la Orquesta Típica Nacional y del Museo de Etnología y el
Folklore y disfrutan a más no poder de su miche gorro e tuza con la chicha
andina en La Feria de San Sebastián,
conocida como La Feria de América.
Los trujillanos admiran y se deleitan con
el Vals Conticinio, referencia nacional en ese género musical, según el mejor
de todo el país y veneran a su autor, Laudelino Mejías, se regodean con el
Santuario de Jose Gregorio Hernandez en Isnotu, y el Monumento a La Virgen de La Paz, que fue
construido en tiempos de Luis Herrera
por una petición de su esposa Betty. Hoy ese monumento es una referencia
nacional.
Los Carupaneros idolatran al hombre del
Canchunchu Florido, creador de Cerecita
y de Guacara me dan por nombre, Luis Mariano Rivera y los cumaneses a María
Rodríguez, la voz del joropo oriental y patrimonio cultural viviente del Estado
Sucre y al poeta del pueblo, Andrés Eloy Blanco, quien supo orientar con su
prosa y verbo al pueblo venezolano.Además de los poetas José Antonio Ramos
Sucre y Cruz Salmerón Acosta, además del
Mariscal de Ayacucho Antonio Jose de Sucre, a quienes recuerdan tomando Muco oel famoso paujil.
Los
Margariteños ensalzan y entonan las canciones de Francisco Mata, máxima
expresión del canto y folklore neoespartano,
disfrutan las fulías, malagueñas y demás
piezas musicales que le cantan a La Virgen del Valle comiéndose su piñonate
elaborado en Fuentidueño, y le rinden culto a Luisa Cáceres de Arismendi, a
Juan Bautista Arismendi su esposo, a Santiago de Mariño y Francisco Esteban Gómez,
el héroe local que derrotó a Pablo de Morillo en la batalla del Cerro de
Matasiete.
En cambio en el Estado Vargas,
a pesar de ser una región geográficamente definida, con un folklore específico
basado en los cantos de fulías y décimas para rendirle culto a la Cruz de mayoy
el tambor costeño, al cual se le agregó la guarura, la cual cuando se entona incita la lujuria, con una
historia prócera cargada de pasión libertaria que inundó en su momento al país
y a América, como fue la Conspiración de Gual y España y también parió a la
figura rutilante de la ciencia médica como fue el sabio JoséMaría Vargas y a
las primeras ONG de Venezuela y de América en La Sociedad Mutuo Auxilio de La
Guayra y las que le siguieron, no tiene
una identidad propia. Que
contradicción.
En una investigación realizada acerca de la
música popular en Venezuela, pudimos leer las opiniones de estudiosos y
autoridades del folklore venezolano, como Luis Felipe Ramón y Rivera, Eduardo
Serrano, el autor de la famosa pieza musical “Barlovento Tierra Ardiente y del
Tambor” y de Juan Liscano, quien fue el incitador del uso y la utilización de la cultura popular de
Venezuela, en los actos públicos y oficiales, quienes sostenían la tesis de que
la fulia de la costa varguense era la más cadenciosa, armónica y con mejor rima
que las de Barlovento la cual según era muy barroca, y las de la costa oriental
del lago de Maracaibo al igual que las orientales y margariteña eran muy
ligeras, con rimas y cadencia disparejas y por eso el Poeta Rosas Marcano se
iba a Tarmas, a conversar con sus lugareños para escribirle sus canciones al
grupo musical Un Solo Pueblo.
Y aunque Vargas y La Guayra, tengan como
referencia al maestro Cruz Felipe Iriarte, autor de más de trescientas
canciones y fue un símbolo musical y patrimonio cultural viviente y también a
figuras como Carlos Soublette, el prócer
civilista de nuestra independencia, Casto Fulgencio Lopez, Rafael Martínez Salas,
Luis Oscar Martínez, Nieves Elena de Rivero, al maestro Alexi Rojas, a Don
Carlos González, Carmen Díaz Almeida, Gustavo Carvallo, entre otros, como
portaestandartes de la guayreñidad, entre otras personalidades, a la Escuela de
Música Pablo Castellanos, forjadora del talento varguense en los distintos
géneros de la música popular venezolana, a políticos que supieron conjugar su
rol protagónico con el servicio hacia los demás, como fueron JoséRubín de Armas y Céfora
Contreras, quienes lideraron sus organizaciones políticas para que se diese ese procesoen la
búsqueda y elevación autonómica de la
región, tal como ansiábamos muchos de
quienes vivimos aquí, y también tengamos a uno de los iconos más importantes de
la cristiandad venezolana, de los más antiguos de todo el país, como el Santo
Cristo de la Salud de la Guayra, con apenas 416 años, La Virgen de Lourdes y al Cristo de Maiquetia
con 103 años de estar colocado en su
plaza, los varguenses y guayreños en sí, no hacemos valer estas fortalezas para
demostrar nuestra querencia, apego y pasión por esta región, y posicionarnos en
el ámbito geográfico y social en la Venezuela del presente, como lo han logrado
los ciudadanos de las regiones señaladas.
Cuando el Concejo Municipal de Vargas, el
27 de mayo de 1997, resolvió asumir como símbolo histórico municipal La Bandera
de Gual y España, cometió como en tiempos pretéritos una irreverencia, ya que
la mayoría de las banderas de los distintos estados del país han sido producto
de concursosoficiales con la participación de ciudadanos y estudiantes; la de
Gual y España, al igual que la bandera nacional es producto de un hecho
histórico, ya que la nacional la diseñó Francisco de Miranda por petición del
congreso de 1811 y la nuestra fue la expresión patriótica de una aspiración
republicana, y cuando la Asociación de los Heráldicos, estudiaron la nuestra no
pudieron darle empatía con la geografía y hechos históricos de la región.
Tuvieron que ir a las fuentes de la conspiración para conocer su significado y lograr
la explicación de la misma.
A esto podemos sumarle que Vargas y La
Guayra como región ha servido de asiento y aposento a muchos ciudadanos,
nacionales y extranjeros, emigrados a esta franja costera, buscando una
oportunidad para trabajar, crear ciudadanía,
guayrenidad, venezolanidad y vivir, y
desde algunos años en especial, desde el 2000, Vargas también ha sido mal
gobernada por unos integrantes de la peste militar, que ven a Vargas y a La
Guayra como la tierra de sus oportunidades.Hay una variable que es menester
tomar en consideración y es que, por el hecho de tener gobernantes no nacidos,
ni criados, ni formados aquí, no han logrado enraizarse con esta tierra y no se
ha dado una empatía y manifestación por parte de ellos para inducir y motivar a
los organismos y quienes los dirigen a mantener una campaña o cruzada por la
querencia y amor para rescatar, mantener y trabajar por la identidad y sentido
de pertenencia por esta franja costera, en la búsqueda del desarrollo de sus
potencialidades.
Tiene que llegar el momento en que los
Varguenses y guayreños hablemos de guayreñidad, de su historia, de sus
tradiciones y debemos empezar ahora con esa querencia, debemos posicionarnos en los cargos de elección
popular para dirigir el estado y al municipio, debemos tener la vista bien
clara para ver la brizna de paja en el viento, como lo expresó el maestro
Rómulo Gallegos y tomemos una decisión que no afecte a los guayreños.
Si en el Zulia, lo mejor son los zulianos, los varguenses
podemos copiar ese slogans para Vargas y crear ese sentimiento afectivo,
gallardo, diáfano, para exaltar a los varguenses y a sus actores como figuras y
ejemplo, a fin de construir esa conciencia colectiva que enaltezca su
gentilicio, y entender que aunque podamos cometer errores, es mejor que los
errores los cometamos los guayreños que vivimos aquí y podamos reclamarle de
frente a quien este ejerciendo el poder, porque no es justo que tengamos como
gobernantes a dos militares en la gobernación y alcaldía, que actúan como Ali
Baba y ven y sienten a Vargas como la
cueva que guarda sus tesoros y que no se muestran sanos y cuerdos ante la ciudadanía, sino que
aparecen después de la libazón..
Empecemos
a construir la guayreñidad, demostrando
nuestro interés en ello, presentando propuestas con sentido de
justicia y equidad, en la búsqueda de
motivar a los varguenses y hacerles comprender que esta es una tierra de
gracia, en la que todos debemos un
cumplir un rol que se basa en la educación, el trabajo y la justicia, solo así
nos podremos hacernos respetar en el
contexto nacional.
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