Papa Francisco 10 de diciembre de 2016
Santo
Evangelio según San Mateo 17,10-13
Elías,
la figura de Juan el Bautista: Cuando bajaban de la
montaña, los discípulos preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que
primero tiene que venir Elías?” Él les contestó: “Elías vendrá y lo renovará
todo. Pero les digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo
trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de
ellos”. Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
Palabra del Señor.
Reflexión
del Papa Francisco
Sólo
en privado, a los Doce, Jesús comienza a hacer la catequesis sobre su verdadera
identidad
El
Hijo del hombre, es decir el Mesías, el Ungido, debe sufrir mucho, ser
rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los escribas,
ser asesinado y resucitar. Éste es el camino de su liberación. Éste es el
camino del Mesías, del Justo: la Pasión, la Cruz. Y a sus discípulos, Jesús les
explica su identidad...
Es
ésta la pedagogía que Jesús utiliza para preparar los corazones de los
discípulos, los corazones de la gente, para comprender este Misterio de Dios.
Es
tanto el amor de Dios, es tan feo el pecado, que Él nos salva así: con esta
identidad en la Cruz. No se puede comprender a Jesucristo Redentor sin la Cruz:
¡no se lo puede comprender! Podemos llegar a pensar que es un gran profeta,
hace cosas buenas, que es un santo. Pero a Cristo Redentor sin la Cruz no se lo
puede comprender.
Y los
corazones de los discípulos, los corazones de las personas no estaban
preparados para entenderlo. No habían entendido las Profecías, no habían
entendido que, precisamente era Él, el Cordero para el sacrificio. La gente no
estaba preparada.
[...] Poco
a poco, Jesús nos prepara para entenderlo bien. Nos prepara para que lo
acompañemos con nuestras cruces en su camino hacia la redención. (Homilía en
santa Marta, 26 de septiembre de 2014)
Oración
de Sanación
Mi
Dios, mi Señor, que sea el amor y nada más que el amor el que mueva en mí el
deseo de buscarte y seguir tus pasos. Gracias por la vida, la salud y todas las
bendiciones con las que has hecho presencia en mi vida. Quiero desde hoy buscar
siempre tu rostro y tu verdad, identificarte en el mendigo, en el que sufre, en
aquel enfermo que no sana. Que mi estandarte sea el reflejo de tu Amor y tu
Justicia.
Para
seguirte con fidelidad debo tener firme el corazón y caminar por los senderos
que Tú y tus profetas me han señalado: el camino de la compasión y de la
misericordia, del perdón y la reconciliación, de la bondad y la paz. Ayúdame a
construir una paz bajo tus preceptos de amor, una paz avivada por la fe y la
esperanza de tus Palabras, porque solo esa paz podrá mantener vivo el fuego de
mi corazón
Confío
en tu Palabra, en tu fidelidad, confío en la fuerza y el poder de la asistencia
divina del Espíritu Santo que me guía y me empuja a ser luz y bendición para
otros y para toda mi familia.
Ven
Señor no tardes, aparta de mi toda inclinación al mal, sé mi luz y mi roca
fuerte, dame la creatividad de transformar mis ideas en acciones positivas
sobre mi vida y mantenerme firme en cada paso que doy.
Tú
eres mi escudo, Contigo a mi lado nada puede llenarme de temor y las dudas de
mi corazón son disipadas con la fuerza de tu amor. Me abro a tu voluntad y a
tus gracias que acrecientan mi fe y me hacen superar mis propias capacidades
para entregarte lo mejor de mí. Amén
Propósito
para hoy
Limitar
hoy el tiempo que dedico a mi esparcimiento en la televisión, o en el internet,
para dedicar más tiempo a mi oración personal.
Frase
de reflexión:
"¡Qué
importante es aprender a escuchar! El diálogo entre esposos es esencial para
que una familia viva en paz". Papa Francisco
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