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lunes, 27 de noviembre de 2017

Ataque a la cultura, por @stalin_gonzalez



Stalin González 26 de noviembre de 2017

Detrás del cierre de la sede del Grupo Actoral 80, por parte de Corpocapital, se oculta algo más grave que un simple desalojo. El Gobierno está empeñado en derribar los cimientos de la cultura en Venezuela. Estos objetivos persiguen la construcción de una nueva hegemonía, y quitarnos nuestra identidad.

La propuesta de este gobierno de crear una supuesta“identidad nacional” alejada de la alienación del capitalismo solo esconde el adoctrinamiento. A pesar de que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra la naturaleza pluricultural del Estado venezolano, los que hoy han estado en el poder por 18 años, no buscan con sus políticas combatir la desigualdad, sino erradicar la diversidad.

Los principios constitucionales como la libertad de expresión y pensamiento, la libertad de creación y el pluralismo cultural se quedan solo en tinta frente al artista, cultor o gestor cultural que no apoye explícitamente al oficialismo y así los expulsa del sistema usando como mecanismo de represión los cierres, la auto-censura, el silencio o la adhesión obligada.

El objetivo es muy claro desde hace tiempo, el pensamiento único. La cultura es lo que yo diga, identidad la que yo diga y expresas lo que yo te permita. Todo lo que no entre en este pervertido sistema autoritario es un enemigo de la revolución. Por la construcción de su hegemonía empezaron eliminando los subsidios del Estado a las agrupaciones de teatro y danza, luego secuestraron las instalaciones más grandes, como el Ateneo, el complejo Cultural Teresa Carreño, el CELARG. En sus librerías del Sur y Ferias de Libro, solo se consiguen manuales propagandísticos del pasado, añoranzas culturales de la trova cubana o el muralismo mexicano. Las editoriales del país solo publica a autores fieles a los ideales revolucionarios o, lo que es mucho peor, apersonajes que ya fallecieron y que no pueden fijar su posición.

No solo fue cerrado un espacio cultural, sino una tribuna de diversidad. Pero en este país, los que hacen teatro, los que pintan y escriben, los que organizan ferias de lectura, dueños de editoriales independientes, galerías, y todo hacedor cultural está en el frente de un acto de resistencia frente a un autoritarismo que cada vez le tiene más miedo a la diversidad por su debilidad frente al cambio que desea la mayoría del pueblo venezolano.

Stalin González

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