Por Héctor Antolínez Malavé
El que en su momento fuese
dirigente estudiantil de la UCAB ahora se postula para la alcaldía de El
Hatillo. Asegura que su presencia en las elecciones fue producto de la
mediación que se hizo para lograr su liberación de manos del Sebin
Yon Goicoechea era uno de los
nombres que más sonaban en 2007, época en la que el movimiento estudiantil
venezolano retomó cierto protagonismo en la política nacional a raíz de las
protestas. Desde entonces Goicoechea salió del foco de la política para
regresar este 2017 como candidato a la alcaldía del municipio de El Hatillo,
candidatura marcada por la posible presión del gobierno para que él se
postulara.
En agosto de 2016, a pocos
días de haber vuelto a la vida política venezolana de la mano de Voluntad
Popular, el
Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) lo detuvo y lo acusó de
portar material que podría ser usado para ataques terroristas.
Desde ese momento Goicoechea
pasó a formar parte de la lista de los denominados presos políticos hasta que
salió el pasado 4 de noviembre. Las circunstancias precisas de su liberación
aún no se han dado a conocer y él mismo ha mostrado cierto secretismo al
respecto, aunque explicó que en su momento tuvo solo dos opciones para salir de
prisión: irse a Madrid o quedarse en Venezuela y participar en las municipales.
Asegura que siempre apostó por
postularse a alguna alcaldía y cree que puede aportar, como alcalde, muchas
soluciones para una población que, como él mismo señala, "sufre de los
mismos males que el resto del país".
Todos estos temas, y muchos
más fueron tratados en una entrevista que Contrapunto le hizo a
Goicoechea en la calle e inclusive en su vehículo mientras cumplía compromisos
de la campaña.
–Primero que nada, ¿cómo
observa la situación del país?
–Es un desastre, quizás más
una tragedia que un desastre. Tenemos más de 6 de cada 10 venezolanos pasando
hambre hoy, comiendo menos de tres veces al día, tenemos cifras de mortalidad
infantil de hace 50 años, una emigración que nunca antes se había visto en
Venezuela, con familias enteras y millones de venezolanos fuera del país,
buscándose la vida como si fuesen gitanos.
"Es triste la situación
de Venezuela, da impotencia y da rabia, siento que la violencia política ha
crecido a un nivel nunca antes visto, incluso considerando dictaduras
anteriores. Lo lamento y me duele y creo que estamos todos en la obligación de
superarlo".
–Hablando de la violencia
política, ¿cuál es su postura sobre las protestas que se dieron? ¿Cómo las ve
ahora que concluyeron y que se conoce el saldo que dejaron?
–Yo siempre he creído en la
protesta pacífica, creo que está consagrado en la Constitución. La protesta
pacífica ha sido satanizada. En la protesta violenta, en el campo de la
violencia, no creo no solo por temas éticos, sino también por temas tácticos y
estratégicos: vamos a perder siempre, porque el ejército lo tienen ellos, el
ejército está comprometido ideológica y políticamente con el gobierno. Si
caemos en ese campo, ellos (el gobierno) tienen todas las de ganar, pero la
protesta ciudadana es un derecho constitucional y creo que siempre hay que
defenderlo y ejercerlo.
–Al ver lo que ha ocurrido
recientemente, ¿apoya el diálogo entre la oposición y el gobierno?
–Apoyo la negociación
internacional en Venezuela bajo un esquema de transparencia, bajo un esquema en
el que haya incorporación de actores relevantes como México y como Paraguay,
aunque la verdad es que veo con escepticismo este diálogo, porque es ya el
tercer intento que se hace, ya además lo viví con mucha intensidad desde la
cárcel porque del diálogo dependía la liberación de los presos. Es un tema en
el que he pensado muchísimo y que me ha dolido particularmente.
"Veo con mucho cuidado el
diálogo, pero no tengo duda de que Venezuela tiene dos caminos: o el país
encuentra un camino negociado hacia la democracia o se tranca en un conflicto
que va a potenciar la tragedia que estamos viviendo. En el mundo hay ejemplos
de sociedades que no pudieron negociar su transición hacia la democracia en los
últimos 20 años, han sido intervenciones militares y bloqueos económicos.
Siria, Afganistán, Irak, Irán con el bloqueo económico, Crimea, Corea del Norte
y Libia. Ninguno de esos países está mejor que hace 20 años y yo no quiero eso
para Venezuela".
–Pero con el accionar anterior
de la oposición, ¿no cree que se envía un mensaje contradictorio? En seis meses
pasaron de llamar a Maduro "el ilegítimo" para terminar sentándose
con él en República Dominicana.
–Yo lo que creo es que hemos
sido (la oposición) profundamente incoherentes, no por el diálogo, no por las
promesas, sino porque no hemos tenido cohesión y unidad suficiente para
enviarle un mensaje apropiado al país. Si nosotros de verdad estuviésemos
unidos en torno al diálogo o en torno al rechazo al diálogo, en torno a las
elecciones o al rechazo a las elecciones, y tuviésemos un fundamento, el país
estaría menos confundido.
"Hay más de dos caminos
que tomar, pero lo que no podemos hacer es tomar cada uno el suyo. Si hacemos
eso, estamos perdidos todos sin importar cuál camino tomemos. Yo quiero ser un
factor de unidad y quiero llamar a la unidad en Venezuela de inmediato. Quiero
que se detengan los insultos, que se detenga ya la desconfianza y que se
detenga la incoherencia en la que cada uno hace lo que le da la gana por
separado. Somos un bloque político, queremos lo mismo para Venezuela, creemos
que tiene que haber una transición y que debe haber una manera madura de
resolver las diferencias.
–Menciona la incoherencia,
pero también se han cometido otros errores. ¿Cree que la dirigencia de la MUD
los ha asumido y los ha reconocido?
–No creo que se trate de
reconocer, sino de proponer una salida distinta a la que se ha propuesto hasta
ahora. Yo no creo que la solución a la MUD sea hacer una MUD más pequeña o
hacer nuevas MUD más pequeñas. Sería un gran avance –dijo con ironía–, que
antes éramos 15 partidos y ahora somos tres, eso no tiene ningún sentido. La
MUD necesita replantearse en términos de su apertura. En lugar de dividirse,
deberíamos estar sumando otros factores, factores de la sociedad civil, no solo
más partidos. Universidades, sindicatos, gremios profesionales, sociedad
organizada, consejos comunales, etc.
"Me imagino y quiero para
Venezuela una Unidad muy grande en donde estén todos los factores de la
sociedad representada, donde todos tengan voto y donde los partidos nos
dediquemos a lo que nos tengamos que dedicar, que es tratar de orientar a la
sociedad hacia el bien común".
–¿Qué cualidades le gustaría
que tuviera una nueva MUD y una nueva dirigencia opositora? Ya habló de que
fuera una organización que fuera amplia, ¿cuál otra?
–No creo en el lapidamiento
público de las personas que han ejercido el liderazgo. Creo que tiene que haber
gente nueva y gente vieja, tiene que tener gente joven y gente con experiencia,
como es el país. Me imagino una MUD como es el país, con todos sus elementos.
"Los venezolanos hemos
sido muy inmaduros a la hora de juzgar a la oposición. Freddy Guevara era un
héroe hace tres meses y ahora lo critican porque como consecuencia de lo que
hizo, el gobierno lo persigue. Ramos Allup era el tipo más odiado del país
hasta que asumió la presidencia de la Asamblea Nacional y entonces fue un héroe
y después de la juramentación de los gobernadores ahora es otra vez un villano.
Yon Goicoechea era un héroe, pero como salió de la cárcel ahora es un villano
porque negoció con el gobierno".
"Los venezolanos estamos
en un estado de esquizofrenia colectiva y tenemos una desconfianza muy
profunda. Tenemos que aprender que la gente no es héroe ni villano, hay que oír
a las personas, escuchar las ideas, no solamente quién lo dice, sino lo que
dice, el mensaje. Hasta que no aprendamos eso, es muy difícil que podamos tener
una oposición coherente que nos lleve hacia la democracia".
–¿Por qué asume la candidatura
para la alcaldía de El Hatillo? ¿Por qué salir inmediatamente de la cárcel a
buscar un cargo de elección popular?
–La negociación por mi
libertad duró casi un año, desde diciembre del año pasado, que empezó con el
tema del diálogo hasta que finalmente salí hace dos semanas. En esa negociación
se hizo de todo, hablamos con unas 50 personas, siempre con el gobierno de
España muy pendiente a través de la embajada, de los tres expresidentes Aznar,
Felipe González y Zapatero, a través del embajador. También tuvimos varios
organismos internacionales muy pendientes y participando también de la
negociación como lo fue el grupo de detenciones arbitrarias de la ONU, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
"Durante esa negociación,
a mí se me llegaron a plantear dos alternativas para acceder a una salida de la
cárcel: la primera es que me fuera del país, que me fuera a Madrid y la segunda
es que participara en estas elecciones".
"Yo tenía previsto
participar en estas elecciones, pero no en El Hatillo porque aquí lo normal es
que David Smolansky hubiese sido el candidato a alcalde, pero bueno, las
circunstancias políticas no siempre las decide uno y la única opción que yo
tengo para quedarme en Venezuela es ser candidato a alcalde del municipio El
Hatillo".
"Siempre que yo tenga un
hueco para quedarme en Venezuela y pelear por la libertad de Venezuela, yo voy
a quedarme en ese hueco. Hoy la circunstancia política, Dios, el destino, como
usted lo quiera llamar, me ha puesto a mí en la necesidad de luchar por un
espacio que antes no lo tenía contemplado. Lo voy a hacer con todo el
corazón".
"En 2007 cuando estalló
el problema de RCTV, yo no lo planeé, pero tomé ese toro por los cachos y
no tengo la menor duda de que estoy haciendo lo correcto y estoy seguro de que
los venezolanos se darán cuenta de eso, porque nosotros no podemos ser una
oposición a la cubana: muy firmes pero en Miami. Mientras nos podamos quedar
aquí, tenemos que quedarnos. Los cubanos tienen 50 años hablando mal del
gobierno (cubano) y con mucha influencia en Washington, pero muy poca
influencia en La Habana".
–Mencionó que una de las
ofertas que tenía era postularse. ¿Quién se lo pidió?
–Yo eso no lo puedo mencionar
porque ahí están involucrados miembros de un gobierno extranjero y eso sería
una descortesía, además que perjudicaría mucho la posibilidad de que otros
hicieran lo mismo.
–Entendido, pero lo que
queremos saber es si fue una propuesta que hizo el gobierno o el Sebin...
–Fue una propuesta que vino de
la mediación. Para mí es importante que el país entienda que los presos
políticos no son mártires y que no hay manera de sacar presos políticos en
Venezuela sin hablar con el gobierno por una sencilla razón: los presos
políticos son presos del gobierno. El que tiene a los presos políticos es el
gobierno. Hablas con el gobierno o los tipos se quedan ahí como decimos en
argot penitenciario: achicharrados.
"Yo quiero que todos los
presos políticos salgan y no los veo como referencia para hacer banderas
políticas que digan que están sufriendo ahí, que quieren ver a su familia, que
quieren estar en sus casas y que no merecen estar tras las rejas. Los
venezolanos tenemos que aprender a ser solidarios para sacar a los presos
políticos. Pareciera que una vez que los presos políticos entran ahí en las
cárceles, pasan a ser símbolos de las resistencia y la gente se olvida y chao.
Tenemos que ser más solidarios entre nosotros, más justos, y entender que no
somos más grandes por tener más muertos o tener más presos, todo lo contrario,
nuestra sociedad se debilita mientras esas injusticias se cometan".
–Ahora que está en la calle y
se postula para una alcaldía, ¿cuál es su estatus legal en este momento?
–Es un estatus muy raro,
porque yo no tengo acusación fiscal, yo no estoy acusado de nada. Tengo un año
y cuatro meses con un proceso judicial sin ninguna acusación y, sin embargo, me
han puesto unas restricciones legales que no tienen ningún sentido como
prohibición de salida del país y presentación periódica en el tribunal. Todas
las semanas tengo que ir a presentarme.
"La verdad es que no
tengo nada distinto de lo que tienen otros miles de venezolanos que han sido
detenidos y que han quedado con procesos abiertos, pero es una situación muy
injusta, porque me restringe mi libertad y, sobre todo, siempre deja latente la
amenaza de que en algún momento puedan activar el proceso".
–¿Y precisamente esa
incertidumbre jurídica no significa que usted sería vulnerable en caso de
quedar electo como alcalde?
–Si yo te digo cuántos
políticos venezolanos tienen procedimientos abiertos, tú no me lo creerías. Yo
no creo que haya casi ningún gobernador y casi ningún alcalde en Venezuela que
no tenga procesos penales abiertos. Lamentablemente estamos todos amenazados.
Todos los venezolanos y en particular toda la oposición está amenazada.
"Procesos abiertos tienen
María Corina Machado, Leopoldo López, Henrique Capriles, Carlos Ocariz; es
decir, todos tenemos procesos abiertos porque la justicia venezolana se ha
utilizado para perseguir y se ha utilizado para amedrentar a las personas que
quieren ejercer cargos públicos".
–¿Cuáles han sido los
problemas más importantes que afectan El Hatillo en la actualidad?
–En primer lugar está el
problema económico, es un problema gravísimo en todo el país y esta no es la
excepción. En la zona rural se vive como en la mayoría de Venezuela: con
hambre, con falta de medicinas, con enfermedades que no son resueltas y con una
falta de servicios públicos como agua potable, electricidad. Nada distinto al
resto del país.
"En la zona de la clase
media ha habido una tentación de decir que no es un tema económico y el tema sí
es económico porque la clase media está sufriendo un empobrecimiento y aquí la
gente que vive en La Boyera, que vive en Los Naranjos, lo padece. Los que antes
tenían dos carros ahora tienen un carro, los que antes comían de una manera,
ahora no están pasando hambre pero comen de otra forma. Algunos han tenido que
cambiar a los hijos de colegios y tienen la angustia de no saber cuánto tiempo
más podrán mantenerse sin pasar hambre y sin pasar a ser uno de los muchos
venezolanos en esa situación. Hay un empobrecimiento colectivo de toda la clase
media de El Hatillo y hay una situación de verdadera crisis humanitaria en la
zona rural".
"Otro problema que sigue
existiendo es la inseguridad que sigue campante y, a medida que aumenta la
pobreza y la desesperación, aumenta la inseguridad".
"Encima de todo, el
situado constitucional que le corresponde no se lo dan, le dan uno mucho menor
por discriminación política simplemente. Es una alcaldía muy pobre. La ciudadanía
es de clase media, pero la alcaldía es muy pobre con muy pocos ingresos.
Tenemos el reto de que las zonas no se deterioren como se deterioraron por la
indolencia zonas como la Alta Florida, como La Campiña y como Las Palmas que en
algún momento tuvieron una riqueza arquitectónica muy importante y que están
deterioradas por falta de ojos gubernamentales.
–¿Y qué puede hacer una
alcaldía para solucionar ese tipo de problemas?
–Lamentablemente no todo eso
se puede solucionar desde una alcaldía, pero muchas cosas sí. Nosotros podemos
lograr que en El Hatillo no se muera ni un solo niño de desnutrición, podemos
lograr que haya escuelas decentes para los niños del municipio y que en las
nuestras se reparta una merienda para que por lo menos una comida completa al
día puedan tener los niños. Podemos lograr que nadie se muera por falta de
suero o por falta de un antibiótico. No tenemos espacios para hacer una
operación a corazón abierto, pero sí tenemos espacios para hacer medicina de
prevención para que la gente no llegue a ese nivel.
"Además podemos, con
respecto a la clase media, realizar una función de coordinación para que haya
autogestión y, si bien es cierto que la alcaldía no tiene todas las
posibilidades para hacer todo lo que tiene que hacer, también es cierto que si
ponemos personal y maquinaria de pronto los vecinos ponen la pintura o el
asfalto y podemos ir resolviendo los problemas. El resto es que las vidas no se
deterioren pese a la crisis y creo que eso, con mucha coordinación vecinal, con
mucha inclusión de la dirigencia organizada de la comunidad, podemos
lograrlo".
"Por supuesto la
situación es frustrante para cualquier persona que quiera ser alcalde, porque
quisiéramos hacer muchas cosas más, pero yo tengo la filosofía de que uno no puede
dejar de hacer lo que se puede, por pensar en lo que no se puede".
–Habla de muchos retos para
una alcaldía con muchas limitaciones, ¿considera que tiene la experiencia
gerencial suficiente para asumir ese cargo?
–Mira sí, yo ya no soy tan
muchacho, tengo 33 años. Soy graduado de la UCAB, tengo dos posgrados, hablo
cuatro idiomas, he vivido en diferentes partes del mundo, he tenido negocio
propio, he trabajado en política por 13 años, soy fundador de una ONG que sigue
en pie después de nueve años; es decir, yo creo que tengo las credenciales
suficientes para asumir este reto y por eso lo hago con toda responsabilidad.
–Regresa al país después de
años por uno de esos posgrados, pasa poco tiempo de vuelta en la política e
inmediatamente después lo meten preso. ¿Le preocupa que eso pueda jugar en su
contra?
–Por supuesto que esto es una
situación muy difícil porque la campaña es muy corta, pero yo espero que la
gente acompañe nuestra propuesta, y creo que además en El Hatillo hay miles de
personas que tienen sus hijos afuera, miles de familias que han tenido una
experiencia similar a la mía y que sueñan que sus hijos puedan volver y puedan
trabajar por el país. Quiero ser una avanzada de ese retorno a Venezuela,
quiero ser una vanguardia de miles de personas que van a regresar y que van a
seguir trabajando y apostándole al país después de experiencias en el
extranjero.
–Pareciera que Leopoldo López
y usted tienen diferencias con respecto a estas elecciones municipales. ¿Ha
llegado a hablar con él sobre este tema?
–Sí, he hablado muchísimo con
él, lamentablemente no se le puede visitar y no lo he visto en persona porque
no lo permite el gobierno, pero sí he hablado mucho por teléfono. Leopoldo y yo
compartimos un sueño de país, compartimos una lucha de muchos años, tenemos en
común que hemos estado presos por nuestros ideales. Imagínate, Leopoldo me casó
a mí hace más de 10 años. Yo creo en su liderazgo, creo que en un día no muy
lejano él va a ser presidente de la República, tengo esperanzas en eso y ganas
de trabajar por eso.
"En efecto tenemos una
diferencia de opinión con respecto a la participación en las municipales, pero
los partidos son un compromiso de vida. Pese a que hay una diferencia puntual
para algo que se va a terminar en tres semanas, hay un compromiso compartido y
una visión compartida que nos acompaña tanto a él como a mí".
–¿Cómo queda usted con
Voluntad Popular?
–A mí no me han expulsado de
VP, yo lo que no estoy es de acuerdo con la posición del partido con respecto a
las municipales, pero a mí no se me ha expulsado del partido, yo estoy
suspendido.
"He pedido la posibilidad
de exponer mis argumentos porque no tengo la misma situación de una persona que
estaba libre y de una persona que tenía pleno ejercicio de sus derechos. Mi
situación es distinta. Tampoco pude participar de esa decisión colectiva porque
estaba preso y para mí es difícil asumir una decisión colectiva en la que no
participé y en la que estoy en desventaja porque estoy en una situación
distinta de la que estaban algunos de mis compañeros".
"Espero poder argumentar
esto ante las instituciones correspondientes y así estoy seguro de que va a
ser, porque VP es un partido con institucionalidad".
–Todo parece indicar que luego
de las municipales iríamos a un proceso de elecciones presidenciales.
¿Participará en esa campaña?
–Absolutamente. Claro que voy
a participar de la campaña de las presidenciales. Ni remotamente será por mí
que Nicolás Maduro se reelija con toda impunidad. Siento que necesitamos
reconstruir la Unidad, ser muy respetuosos los unos de los otros, ser muy
tolerantes, entender que Venezuela está pidiendo un modelo distinto de política
que no es el modelo de los insultos, que no es el modelo del resentimiento. Yo
apuesto a que lo vamos a lograr, que vamos a ir, vamos a estar unidos y vamos a
ganar.
–Dice que le gustaría Leopoldo
López de presidente, pero para esta elección no estará habilitado...
–Eso no lo sabemos. Creo que
Leopoldo tiene muchas posibilidades porque el gobierno está forzado a ir a una
negociación en donde por lo menos se garanticen ciertas condiciones
electorales. Tenemos que pelear por eso, porque haya condiciones electorales
para ir a las eleciones presidenciales.
"Dentro de esas
elecciones está que todas las personas que están reprimidas o a las que se le
están violando sus derechos políticos, se les devuelvan. No solo a Leopoldo,
sino también a Henrique Capriles, María Corina Machado, Antonio Ledezma,
personas que quizá quieran ser candidatos o no, en su momento se sabrá, pero
tienen derecho a serlo".
27-11-17
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