Por Rafael Viloria
Nos encontramos en estos
momentos inmersos en una extraña y cierta “Paradoja”. “…Contrario a la
opinión común idea extraña, opuesta a lo que se considera verdadero o a la
opinión general. Expresión lógica en la que hay una incompatibilidad aparente,
coexistencia, ilógica de cosas…”
Los medios de comunicación del
país y más allá de nuestras fronteras, hablan según criterio de los
funcionarios públicos responsables de la “Gerencia Pública”; de la
existencia de una especie de octava maravilla del universo. Aseguran que somos
el país más rico del mundo. Lo respalda el hecho de que contamos con la reserva
petrolera más grande del planeta, minería tierras cultivables, hierro, pesca,
abundante producción pecuaria, agrícola, avícola, madera y paremos de contar.
Acompaña esta real existencia; la presencia de una materia prima, sin la cual
nada de lo relacionado tendría éxito. La gente sea rojo, blanco, verdes,
amarillo.
Paradójicamente: la realidad
es otra. El gobierno intenta convencernos de que somos ricos, muy ricos;
inmensamente ricos. Que todo lo que hay que hacer es tener paciencia tranquilidad,
paz. Que todo lo que hay que hacer es esperar la victoria social, económica y
política; que tengamos que lograr al vencer al Imperio Norteamericano,
causante de todas las penas que han impedido hacer uso de los medios para
emprender un sostenido desarrollo sustentable y autosustentable proceso social
y económico del país.
Pareciera poco justo y
prudente empeñarse en hacernos creer que el problema de la realidad existente,
es atribuible a una supuesta guerra económica, que lo que sí es cierto, es que todavía,
no sabemos quién es su autor. A quien podemos hacer responsable (si de eso es
lo que se trata) de una “Salvaje Inflación” “Desequilibrio, Economice que
origina un alza del nivel de precios. El efecto inmediato es que hace
disminuir, el precio adquisitivo del dinero y se suele medir a través del
índice de precios al consumo”.
Analizar las causas, efectos y
consecuencias de lo que “ya” un flagelo es el tema, que hay que abordar de
manera preeminente. Es urgente, indelegable, impostergable. La supuesta guerra
civil no nos interesa, no nos conviene. Aquí se impone la necesidad, no de
pedir, si exigir tanto de un lado, como del otro que nos dejen vivir
ciertamente en Paz. Las aspiraciones de corte social, político y económico, en
nada van a contribuir ni hoy ni mañana a que el país rescate lo que
legítimamente le pertenece.
Por estos días ya que el caso
de la inflación, ya fue superada por un flagelo económico financiero, más
grave “La Hiperinflación Galopante”. Termino (Eco) utilizado para referirse a
los procesos inflacionarios en los que se registra una acumulación acelerada
del alza de los precios la cual se mantiene y se alimenta por sí misma”.
Los expertos en materia
económica y financiera hablan de cómo la inflación cedió su espacio, para dar
curso a la Hiperinflación que va con rumbo irreversible, hacia un
desastre social, económico y político de magnitudes imponderables.
¿Cómo hacemos para encontrar
relación coherente, entre el cuento malo y mal echado, de que vivimos en el
país de la octava maravilla del mundo? ¿Somos el país más rico del mundo?. En
este orden alguien aquí está ciego, sordo, sin tacto y para colmo mudo; que no
se atreve a transitar el camino de la verdad y que una vez por todas le
comuniquen al pueblo a los 35mm de venezolanos, al margen de cómo piensa, dice
y hace; de que realmente el problema es definitivamente político.
Los venezolanos queremos
invocar a los cuatro puntos cardinales de que no se siga jugando con nuestra
modesta capacidad intelectual haciéndonos creer que los responsables de la
crisis del país, que se transformo en integral, los culpables son otros.
Señores del bando que sea:
déjenos vivir en paz. Hay quienes promueven y desarrollan procesos para la toma
del poder, estamos por creer que no saben para que sirve el poder. Erradicar la
“Paradoja” de la Venezuela del momento, dependerá de la voluntad y disposición
de los propios venezolanos, que sin mediación alguna deje de ser pasto fácil,
de mesías que bajo el axioma de verdades inexistentes manipulen a ultranza la
conciencia del pueblo venezolano.
Los venezolanos, estamos
cansados de tanta decidía, ignominia y retaliación sin sentido. Los venezolanos
no estamos ganados para pelear con nuestros propios hermanos para respaldar
“doctrinas” que ni necesitamos, ni queremos. Solo deseamos vivir en paz. Lo
contrario del bien, no es el mal es la indiferencia. Salgamos de ella.
Ex Presidente de Ceconave
24-11-17
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