Por Henrique Capriles
Desde hace algunos años los
venezolanos venimos escuchando historias de enemigos y villanos que dicen son
los que se han dedicado a hacer cosas que al parecer generan los problemas en
el país. Estas historias son contadas por quienes hoy ocupan temporalmente el
palacio de Miraflores.
Cuenta la leyenda narrada
desde Miraflores, que un grupo de villanos planea constantemente sabotear sus
políticas y no los deja gobernar. Pero todo el que ha leído o visto cuentos de
villanos sabe que al final los malos siempre pierden. Así que, nadie se cree el
cuento que después de casi 20 años gobernando haya villanos que aún no los
dejan gobernar ¿y es que quién se puede creer ese cuento?
Si después de casi 20 años en
el gobierno y con todos los recursos de la bonanza petrolera, en vez de
resolver los problemas del país los han agravado, solo hay una razón: no
sirven. Venezuela les quedó demasiado grande.
Este es un gobierno de excusas
que sólo busca justificar su mediocridad. Las excusas son tan remotas que
incluso culpan a los conquistadores de los problemas que ocurren hoy, 519 años
después de que visitaron por primera vez nuestras costas.
De intercambiar espejitos por
morocotas, se le acusa a los conquistadores, pero ¿quién está cambiando
espejitos por morocotas?
Hace unos días, el gobierno
condonó la deuda que Dominica tiene con nuestro país por suministros de
Petrocaribe desde su creación hasta septiembre de 2017. La condonación de la
deuda supera los 100 millones de dólares y hablan de que con esto Dominica
podrá reconstruirse.
La camarilla enquistada en
Miraflores busca que otras naciones se reconstruyan mientras destruyen la
nuestra. Han destruido todo a su paso tal como lo hacen los huracanes por las
islas del caribe.
Además de todas las carencias
que tenemos en el país, ahora está en riesgo la única empresa que aún se
mantenía en pie y de la cual dependen las importaciones.
Regalan el petróleo a otra naciones mientras se lo quitan a los venezolanos. PDVSA, que alguna vez fue una empresa de prestigio hoy se encuentra en la mira da todos por su incapacidad de pago de los préstamos que han solicitado, pero también por su incapacidad para producir.
La OPEP pidió al gobierno que
dé la información verdadera sobre la caída de la producción de petróleo de
PDVSA. Nuestra empresa petrolera ha registrado los valores de producción más
bajos en casi 30 años.
PDVSA ha experimentado caídas
de 20.000 barriles de petróleo al mes desde el año pasado y se estima que al
final de 2017 la caída en la producción llegue a los 250.000 barriles. En la
OPEP piensan que esto podría acelerarse en 2018 y llegar rápidamente a 300.000
barriles.
Y esto se debe a que tenemos
un gobierno mediocre que no sabe gerenciar los recursos tan maravillosos que
tenemos en nuestro país. Por falta de gerencia, PVDSA tiene problemas para
financiar exploraciones, el mantenimiento de los pozos o, incluso, para
mantener los oleoductos y puertos funcionando.
La OPEP pide datos claros al
gobierno porque mientras PDVSA indica que su producción de octubre fue de
1.955.000 barriles, la organización de países petroleros calcula que fue de
1.863.000 barriles, una merma de 109.000 con respecto a lo requerido.
Y a la par que baja la
producción de petróleo, el gobierno busca reestructurar su deuda de 60.000
millones de dólares.
A los venezolanos nos han
cambiado toda nuestra riqueza, para desviarla y llenarse los bolsillos quienes
mantienen la nomenclatura del Estado, y mientras al pueblo le dan espejitos. El
gobierno actúa en función de construir un Estado con una nomenclatura donde
sólo se enriquecen ellos.
El país con las reservas de
petróleo más importantes del planeta presenta problemas en la producción de
petróleo. Una empresa controlada totalmente por el Estado. Allí no hay villanos
ni enemigos, tampoco hay conquistadores. La ambición del gobierno, las ganas de
enriquecerse unos pocos a costillas de todo un país, la mediocridad y la mala
gerencia nos han llevado a esta crisis.
La cúpula corrupta busca
excusas para justificar sus errores, pero son los venezolanos los que padecen
las consecuencias, sobre todo aquellos de menos recursos. En Venezuela vivimos
la peor crisis de la historia, con los niveles de pobreza más elevados, que
superan el 82% de los hogares, y por primera vez con hiperinflación ya que se
estima cerrará el año por encima de 1.200%.
Este gobierno se ha encargado
también de destruir la producción nacional, haciéndonos totalmente dependientes
de las importaciones. Por lo que la situación de la producción de petróleo
ocasiona más problemas, pues no habrá recursos para importar los alimentos y
las medicinas que necesitamos los venezolanos, por ende, la escasez seguirá
agudizándose junto con el hambre que está padeciendo nuestro pueblo.
El empobrecimiento ha llevado
a los venezolanos a comprar los productos de consumo diario como el café, el
azúcar o la harina en bolsitas y por gramo, y los consumos de higiene personal
como el champú, en pequeños envases por mililitros. E incluso los precios de
esta nueva forma de venta varían a diario.
Cuando escuchen los cuentos de
villanos que desde Miraflores narran, recuerden siempre quienes son los que
toman las decisiones en el país, ellos son los responsables de que nuestra
Venezuela esté atravesando esta crisis, ellos son los verdaderos villanos, los
enemigos de todos los venezolanos. Ellos son los que tienen que irse.
Por eso, no debemos
detenernos, los buenos siempre triunfan, pero para lograrlo es importante
mantenernos unidos y con fuerzas. Sabemos que a veces podemos sentir que hemos
caminado mucho y no vemos el final de la ruta, pero cuando sientan cansancio
recuerden todo lo bueno que tiene Venezuela. Es más lo bueno que lo malo. Lo
malo es y será temporal. Lo bueno está allí esperando por ser apoyado y
desarrollado. Es cierto que a veces hemos tropezado, pero nos hemos vuelto a
levantar. Debemos continuar.
La comunidad internacional
sigue mirando lo que está pasando en Venezuela y está dispuesta a colaborar en
una solución. Si estamos solos es más difícil, pero acompañados tenemos el
apoyo de alguien que nos invita a continuar luchando.
No bajemos la guardia cuando
estamos cerca del final. Centremos todas nuestras energías en los próximos
pasos a seguir. Debemos seguir bregando una salida democrática para que el
cambio sea duradero. Pongamos la mirada en conseguir condiciones para tener
elecciones presidenciales democráticas. Los venezolanos nos merecemos ese país
de progreso. ¡Dios los bendiga!
26-11-17
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