Por Carlos Valero
El Esequibo es un tema de
nación y debería ser de Estado. Su reclamación debe ser tarea de todos los
venezolanos. No se trata de un asunto de discusión sino más bien de defensa de
nuestros derechos sobre este territorio. La lucha por la libertad y la
democracia en nuestro país no puede ser una excusa para descuidar nuestra justa
reclamación territorial.
Recientemente nuestra Armada
llevó a cabo una operación que fue respaldada por los sectores fundamentales de
la vida nacional. Interceptaron par de buques contratados por ExxonMobil que
exploraban en aguas territoriales de Venezuela, violentando nuestra soberanía.
Luego de esta contundente
acción por parte de la Armada venezolana se conoció sobre la suspensión del
patrullaje en la frontera con Guyana. Ni Nicolás Maduro ni Vladimir Padrino
López han dado hasta ahora alguna explicación sobre este retroceso.
Las vacilaciones, omisiones
y cesiones del régimen obedecen a una propia subordinación ante los intereses
de la política exterior de Cuba. La suspensión del patrullaje y la defensa de
la soberanía en aguas que son nuestras son inadmisibles. El Esequibo es
venezolano. Mantener una actitud de indiferencia ante la reclamación de
nuestros derechos es una afrenta al legado de Simón Bolívar.
El autoritarismo de Maduro,
así como sus ataques permanentes al Estado de Derecho, a las instituciones y a
la capacidad de los venezolanos de cubrir las mínimas necesidades básicas,
debilitan nuestra justa reclamación. El estado de confrontación perenne en el
cual se encuentra nuestra sociedad, resistiendo a los embates totalitarios del
régimen, obstaculizan la construcción de una unidad nacional en torno a temas
estratégicos como lo es la soberanía nacional. Sin embargo, debemos ir en
paralelo promoviendo el cambio político y simultáneamente atendiendo nuestros
reclamos territoriales sin supeditar un objetivo al otro.
Compartimos y requerimos el
apoyo de la comunidad internacional para recuperar nuestra democracia y son
bienvenidos todos los apoyos externos para solucionar nuestra grave crisis pero
la integridad territorial de Venezuela y la lucha por su soberanía legítima
nunca estará en discusión.
El fracaso de la diplomacia
venezolana en los últimos años es el único responsable de la actual situación
en el Esequibo, por lo que ahora Venezuela necesita una posición firme y
decidida
09-01-19
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