Páginas

sábado, 29 de agosto de 2020

¿Generación perdida? Por @cecodap @fernanpereirav


Por Fernando Pereira


“Nos enfrentamos a una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, minar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades arraigadas. La pandemia ha causado la mayor disrupción que ha sufrido nunca la educación“. Esa contundente alerta sobre el efecto del cierre prolongado de las escuelas fue expresada recientemente por Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas.

Instó seguidamente a todos los países a dar prioridad a la reapertura de sus escuelas en cuanto tengan controlada la transmisión local del coronavirus.

Al mismo tiempo, la Unesco expresó su temor por que 24 millones de estudiantes abandonen su educación y exhorta para que se mantenga la continuidad en el aprendizaje, sobre todo para los más vulnerables.

Ese llamado va en concordancia con la voluntad expresada por más de 70 países de reabrir sus escuelas a partir de septiembre, según la encuesta del Banco Mundial, Unesco y Unicef sobre respuestas de los sistemas de educación ante el COVID-19 (junio 2020).  

Las medidas son diversas: incorporación progresiva por grados o grupos (Uruguay, Francia); aulas con menos estudiantes y contratación de más profesores (Escocia); asistencia por turnos (Alemania); control de temperatura, distanciamiento y proporcionar equipos de protección a docentes y estudiantes que no lo posean (Dinamarca, Finlandia, Corea, Singapur, Tailandia, Túnez); dejar que la decisión de reapertura recaiga en estados y municipios  (Brasil, Canadá, Reino Unido, Estados Unidos); combinar lo presencial con clases a distancia (Panamá, varias ciudades de Estados Unidos) y continuar con modalidad a distancia exclusiva a través de la radio y TV (México).

Kenia es el único país que tomó la drástica decisión de dar el año por perdido y que todos sus estudiantes deban volver a cursarlo.


Encontrar un equilibrio entre el aprendizaje y la seguridad es el desafío al que hacen frente todos los países que no pueden desconocer la exacerbación de las diferencias entre un sector de la población con acceso a los recursos de la educación a distancia y otro que está al margen de los mismos.

¿Reabrir las escuelas en Venezuela?

 “Un regreso a clases parcial, presencial y seguro que combine la educación a distancia que estamos llevando adelante a través de Internet, teleclases, con la presencia del muchacho”, expresó Maduro como una posibilidad para el mes de octubre.

Dijo que la modalidad online podría incrementar la deserción escolar. “Sobre todo en los más niños, en los liceos, sería doloroso porque después reponernos cuesta mucho esfuerzo e inversión”.

Hay un reconocimiento explícito por parte del ejecutivo de las limitaciones reales a las que está sometida la mayoría de la población. El Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos presentó un reciente reporte sobre la percepción de los usuarios a nivel nacional. Destacó que solo un 34% confirmó tener acceso al servicio de Internet fijo en el hogar, de ellos casi dos terceras partes indicó que su servicio no tiene capacidad suficiente para trabajar o recibir clases en línea. 

Coinciden estos datos con los levantados por Consultores 21 que revelan un 38% de entrevistados manifestó contar con Internet fijo. El  celular (75%) y cable y la TV (76%) son los medios más utilizados según el estudio Acceso a medios en Venezuela, cuyo trabajo de campo fue realizado en marzo de 2020 (antes del inicio del confinamiento).

El 80% de los centros educativos son públicos y además de concentrar la mayor parte de la población, tiene las mayores limitaciones para llevar adelante la modalidad de educación a distancia.

¿Se cumplen las normas de bioseguridad?

Ante el anuncio realizado por Maduro el 21 de Agosto, ya los gremios de la educación han manifestado su rechazo a un inicio presencial por los riesgos para la salud de los docentes y estudiantes. Manifiestan que los educadores no cuentan con los recursos suficientes para hacer frente a los requerimientos y los centros educativos carecen, en muchos casos, de servicio de agua potable. Hay temores reales a las consecuencias de no poder garantizar las medidas de bioseguridad en los centros en momentos donde la transmisión no ha sido controlada.

Pareciera que estamos atrapados entre la desconexión de la mayoría de la población y la incapacidad de garantizar las condiciones de bioseguridad en las escuelas. Urge buscar acuerdos que permitan acceder a los recursos de la cooperación internacional para minimizar el impacto de la pandemia en una generación que ya venía siendo negativamente impactada por los efectos de la emergencia humanitaria compleja.

28-08-20

https://efectococuyo.com/opinion/generacion-perdida-bioseguridad-para-volver-a-escuelas/


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico