Angus Berwick 28 de agosto de 2020
Un
empresario colombiano detenido en Cabo Verde en junio estaba al momento de su
captura en una misión como enviado especial del presidente venezolano, Nicolás
Maduro, a Irán para negociar combustible y suministros humanitarios, dijeron
sus abogados a Reuters.
Las
autoridades de Cabo Verde detuvieron a Alex Saab cuando su jet privado se
detuvo para recargar combustible poco después de las 8 de la noche del 12 de
junio, en cumplimiento de una orden de arresto internacional por cargos de
lavado de dinero presentada el año pasado en Estados Unidos.
Los
fiscales estadounidenses acusan a Saab de pagar sobornos a funcionarios
venezolanos para supuestamente obtener ganancias del diferencial cambiario
entre el tipo de cambio controlado por el gobierno y la tasa del mercado
paralelo, y transferir 350 millones de dólares en fondos obtenidos ilegalmente
a cuentas en el extranjero.
Saab,
que permanece detenido en una cárcel de Cabo Verde mientras lucha contra la
extradición a Estados Unidos, ha negado los cargos. Sus abogados dicen que los
cargos de Estados Unidos tienen “motivaciones políticas”.
El
bufete de abogados de Saab con sede en Madrid y que lo representa en Cabo
Verde, proporcionó a Reuters de forma exclusiva detalles de las visitas del
empresario a Irán y de su relación con el gobierno de Maduro, junto con un
relato de su arresto.
“El
enviado Especial Saab es la pieza clave para Estados Unidos en su afán de
derrocar a Nicolás Maduro y seguir estrangulando al pueblo venezolano”, dijo en
un comunicado el equipo de defensa de Saab, encabezado por el exjuez español
Baltasar Garzón
Los
abogados de Saab dijeron que el colombiano hizo una primera visita a Irán en
abril, cuando convenció a los funcionarios iraníes de que enviaran a Venezuela
tanqueros cargados con gasolina, junto con aviones que transportaban materiales
para una refinería, a fin de aliviar una crisis de escasez de combustible.
También
consiguió suministros médicos y alimentos para ayudar a Venezuela a enfrentar
la pandemia de coronavirus, que amenaza al débil sistema de salud del país,
dijeron los abogados.
Cuando
los abogados fueron consultados sobre los comentarios de funcionarios
estadounidenses de que Caracas pagó con oro a Teherán tales envíos, los
representantes legales de Saab solo dijeron que el empresario ofreció a Irán
los recursos propios de Venezuela, sin dar más detalles.
En
los últimos años, Washington ha impuesto duras sanciones al comercio de
petróleo y oro de Venezuela en un intento por presionar la salida del poder de
Maduro, cuya reelección en mayo de 2018 fue considerada un fraude. Estados
Unidos también tiene sanciones contra Irán.
El
gobierno de Venezuela, que tras la detención de Saab dijo que era su agente
para buscar asegurar suministros humanitarios con que enfrentar la pandemia, y
no respondió a las solicitudes de comentarios.
El
equipo legal de Saab está apelando la decisión de un tribunal de Cabo Verde de
extraditarlo, argumentando que tiene inmunidad diplomática y no enfrentaría un
juicio justo en los Estados Unidos debido a “pruebas ilícitas”.
En
una carta que Saab escribió al primer ministro de Cabo Verde a principios de
agosto, dijo que Venezuela ofrecería a su gobierno “más oportunidades” si las
autoridades lo liberaban. “Puedo ayudar a Cabo Verde más de lo que los Estados
Unidos lo harán en 100 años”, escribió Saab en la carta, vista por Reuters.
El
arresto de Saab fue un giro dramático para el hombre que había pasado de ser
dueño de una empresa textil en Colombia a convertirse en un poderoso
intermediario del gobierno venezolano, considerado una dictadura por gran parte
de los países occidentales.
En
la medida en que la administración de Donald Trump endurecía las sanciones,
Saab aprovechaba sus contactos internacionales para ayudar al dirigente
venezolano a intercambiar los recursos de su gobierno para obtener ayuda de
aliados como Irán.
La
relación de Saab con el gobierno venezolano se remonta a 2011, cuando obtuvo un
contrato para construir viviendas públicas, dijeron sus abogados. La acusación
de Estados Unidos contra Saab alega que realizó “pagos corruptos” en relación
con este acuerdo.
En
2018, Maduro nombró a Saab enviado especial para “colaborar” con gobiernos
extranjeros “para encontrar soluciones prácticas a situaciones complejas que
afectan a Venezuela”, dijeron sus abogados.
Cuando
la pandemia de coronavirus comenzó a extenderse por América Latina a principios
de este año, el Ministerio del Exterior le confió a Sabb “la responsabilidad de
adquirir recursos humanitarios de gran necesidad en Venezuela”, agregaron sus
abogados.
Los
iraníes acordaron enviar ocho petroleros, junto con 16 vuelos coordinados por
la aerolínea Mahan Air, dijeron sus abogados. El gobierno en Teherán no
respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Los
servicios de seguimiento de vuelos mostraron que 16 vuelos de Mahan Air
llegaron a Venezuela a fines de abril y mayo. En ese momento, un alto
funcionario de PDVSA dijo que los vuelos traían productos químicos necesarios
en el proceso de refinación para procesar gasolina.
Irán
envió cinco buques que transportaban gasolina a Venezuela en mayo, lo que ayudó
a aliviar temporalmente la escasez de gasolina. Sin embargo, Estados Unidos
incautó este mes cuatro cargamentos de combustible iraní con destino a
Venezuela, donde las fallas de suministro están empeorando.
Un
alto funcionario iraní involucrado en las conversaciones para estos envíos dijo
a Reuters que los aviones de Mahan Air regresaron a Irán con lingotes de oro
por valor de 200 millones de dólares como parte del negocio.
En
abril se retiraron unas siete toneladas de oro del banco central de Venezuela,
dijeron personas familiarizadas con las operaciones, aunque no sabían su
destino. El gobierno de Maduro ha vendido repetidamente sus reservas de oro en
los últimos años para obtener divisas.
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