Enrique Serbeto 24 de septiembre de 2020
@EnriqueSerbeto
Malestar en la presidencia de la Comisión Europea y en
la oposición venezolana por una gestión que el Alto Representante solo pactó
con Maduro
El Alto Representante para la Política Exterior
europea, Josep Borrell, pactó únicamente con la dictadura venezolana el envío
de una delegación oficial a Caracas, mientras que los dirigentes de la
oposición democrática y el presidente encargado, Juan Guaidó, solo fueron
informados cuando
la delegación ya estaba cruzando el Atlántico. En Bruselas, ni siquiera la
presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen estaba al corriente,
según aseguran fuentes de la mayor solvencia. De algún modo, la extraña
gestión diplomática y el modo en que ha sido llevada a cabo parece
haber irritado a todo el mundo, menos al régimen de Maduro. Varios
eurodiputados del Partido Popular Europeo le han enviado una carta a Borrell en
la que le piden explicaciones y no descartan obligarle a que las de en el
próximo pleno de la Eurocámara.
Funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior
que dirige Borrell justificaron ayer el gesto como parte del «del seguimiento
de la reunión ministerial del Grupo de Contacto Internacional celebrada el 17
de septiembre y el Consejo de ministros de Asuntos Exteriores del pasado lunes»
reuniones en las que fue reiterado el mandato que tiene Borrell para intentar
ayudar a superar el conflicto venezolano. La misma fuente confirmó que la
delegación ha sido enviada a Caracas «para tener contactos con todas
las partes interesadas, incluyendo todas las fuerzas políticas principales,
la sociedad civil y la iglesia». Sin embargo, los funcionarios europeos
partieron solamente con citas establecidas con JorgeRodríguez, ministro de
Comunicación y hermano de Delcy Rodríguez, y el responsable de Asuntos Exteriores,
Jorge Arreaza, ex yerno de Hugo Chávez. Estos dos dirigentes chavistas son de
los pocos altos responsables de la dictadura que aún no están en la lista de
sancionados que tienen prohibida su entrada en la UE. Habría sido difícil de
justificar que un representante de la UE acuda a reunirse en Caracas con
alguien que no puede entrar en Europa.
Cuando la embajadora europea en Caracas, Isabel
Brilhante, comunicó ayer a los dirigentes de la oposición democrática acerca de
esta gestión, la delegación ya había salido de viaje, lo que ha
sido considerado como un menosprecio. Brilhante fue amenazada de expulsión en
junio por Maduro, como un gesto para obligar a la UE a aceptar su autoridad de
facto, después de que 25 de los 27 países hubieran reconocido a Guaidó como
presidente encargado.
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