Analítica Editorial 27 de septiembre de 2020
@Analitica
El miércoles 23 de septiembre ocurrió un hecho
insólito en la historia de las Naciones Unidas. El mismo día, en la sede de la
ONU hubo dos discursos por parte de dos Presidentes de un mismo país. Uno, ante
la Asamblea General pronunciado por Nicolas Maduro, a quien más de 60 países no
reconocen como el legítimo Presidente de Venezuela, pero que debido a las
circunstancias aún conserva el sitial en la organización; y luego, en una sala
virtual, las palabras de Juan Guaidó, Presidente encargado, con base en lo
dispuesto en la Constitución venezolana.
El discurso de Maduro fue extenso y farragoso,
superando por mucho el lapso de 15 minutos asignado a cada Jefe de Estado de
los 193 que participan en esta Septuagésima Quinta Asamblea General de Naciones
Unidas. No faltó la retórica antiimperialista de hechura cubana, el supuesto
excepcional manejo de la pandemia, calificado por el cómo el mejor de América
Latina, y su decisión de llevar adelante, el 6 de diciembre, su peculiar e
ilegal elección parlamentaria.
A las siete de la noche habló Guaidó, ante una
significativa presencia de delegaciones de 35 países, que representaban una
muestra importante de países con regímenes políticos democráticos.
El discurso del joven Presidente encargado fue conciso
y breve, dentro de los lapsos previstos en esta excepcional ocasión, y denunció
las perennes violaciones a los DDHH que sigue cometiendo Maduro en contra de
cualquiera que lo adverse políticamente, haciendo hincapié en el reciente
informe del grupo de expertos independientes designados por la comisión de
derechos humanos de la ONU. Reiteró la comisión de delitos de lesa humanidad
cometidos por la cúpula del régimen que estaría usurpando el poder en Venezuela
y se dirigió a los países presentes pidiéndoles que apoyaran a nuestro país
exigiendo la aplicación de un R2P, para salvar a Venezuela de la catástrofe
humanitaria en ciernes.
¿Qué va a ocurrir? nadie lo sabe. Para que se lleve a
cabo una acción humanitaria de responsabilidad para proteger se requiere la
aprobación del Consejo de Seguridad y allí eso es sólo posible si no ejercen el
veto China y Rusia. Pero Guaidó hizo la solicitud reseñando de manera clara y
diáfana las circunstancias que la hacen necesaria para paliar la gravísima
situación que sufre actualmente la inmensa mayoría de la población venezolana.
¿Qué prevalecerá? ¿El juego geopolítico mundial o la
responsabilidad de las naciones de socorrer a una población que vive en una
situación desesperada controlada por una represion cada día más aguda por parte
de los cuerpos policiales?
Mientras eso se resuelve, la única respuesta viable
está dentro de Venezuela y que no es otra que la unidad de esfuerzo de todos
los venezolanos que desean vivir en libertad y democracia y luchar juntos para
derribar el muro de la dictadura que nos aísla del progreso y de la vida
civilizada.
Tomado de: https://www.analitica.com/el-editorial/los-dos-discursos-en-la-onu/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico