Por Simón García
Los errores de Maduro y los
vicios de su modelo comunista multiplican los sufrimientos de la gente, incuban
nuevas calamidades. La epidemia aplana al gobierno con un saldo de dolor
oculto. Hay hambre y desesperación esperando por una política que las exprese.
El informe de la ONU
describe la pavorosa indefensión de los opositores y de los sectores populares
azotados por razias que configuran una violación sistemática de derechos.
Desnuda la miseria represiva del régimen.
La imposición del hambre,
del quiebre de los servicios y la represión no coincide con los intereses
originales del proyecto chavista. Allí se revuelve un descontento
represado. Los seguidores honestos sienten la bofetada de los que flotan
en privilegios. Se está regando una fisura.
El ahogo gubernamental lo
induce a apelar a un entendimiento con la oposición y hay un sector que lo
procura, así sea con el objeto de aflojar algunas sanciones. El mismo
Presidente ha dado señales de abrir puertas a una negociación adelantando
medidas parciales como la excarcelación de más de un centenar de presos
políticos o la invitación a la ONU y UE a realizar una observación
independiente. Procesos en curso y bajo exigencias formuladas por Capriles.
La oposición no invadida por
la cultura autoritaria, que existe aún en distintas parcelas opositoras, exige
unidad. No se alcanzará sin superar las diferencias estratégicas y tácticas
sobre cómo lograr objetivos que todos comparten. El nudo en torno a la vía,
formas de lucha, alianzas y tipo de enfrentamiento al régimen, parece frigio.
Los hechos apuntan a buscar
acuerdos parciales sobre el combate a la pandemia o planes humanitarios para
hacer retroceder la masificación del hambre, como cemento de confianza para un
acuerdo nacional de gobernabilidad para salvar a Venezuela. Punto crucial de
este entendimiento es voto libre con resultados inalterables.
Algunas acciones deben ser
promovidas por todos, entre ellas:
1.
Crear un modus vivendi entre la oposición
mientras la gente decide cual estrategia respalda. Diálogo sin agresiones.
Apaciguar las brigadas de choque de cada bando y lograr que reconduzcan el
blanco.
2.
Dedicarse a fortalecer el tejido social y los
movimientos cívicos no partidistas.
3.
En un contexto de vida al borde de la
sobrevivencia la prioridad de la política es la gente.
4.
Rehacer una estrategia pacífica, democrática,
constitucional y electoral para organizar intereses, movilizar demandas,
ampliar espacios democráticos y acumular fortalezas en las fuerza de cambio.
Capriles arriesgó un paso en
esa dirección. Propone trascender los esquemas que no han dado resultado. Tras
unos éxitos iniciales anuncia participar en el proceso electoral con objetivos
no electorales, presencia autónoma y lucha por mejores condiciones electorales.
Su participación pone en marcha una estrategia de reemplazo a la que ya se
agotó. No puede ejecutar un juego lineal, sino entrar y salir según convenga al
propósito de salvar un país cuya destrucción tiene que cesar. El zigzag no es
vacilación.
Desafío difícil. Demostrarle
al país que la denuncia y el combate al régimen desde adentro, produce más
cambios internos que el poder dual y las rezagadas griterías surrealistas.
20.09-20
https://talcualdigital.com/el-recurso-zigzag-por-simon-garcia/
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