Por Marino J. González R.
Al inicio de esta
semana, según el sitio web desarrollado por la Universidad McGill de
Canadá para el seguimiento de vacunas contra covid-19, las noticias son muy
alentadoras con respecto al control de la pandemia. Según se indica en este
sitio web, ya están aprobadas 11 vacunas anticovid-19 para ser administradas
según las respectivas prioridades de los países. Tres de estas vacunas están
aprobadas en cerca de 50 países. También se indica en el sitio web que existen
otras 79 alternativas de vacunas y 208 estudios en curso para comprobar su
seguridad y eficacia.
La gran disponibilidad
de opciones de vacunas anticovid-19 es una demostración contundente del
desarrollo científico global. En menos de un año se cuenta con alternativas
efectivas para controlar una pandemia que ha tenido efectos tan devastadores.
Solo con mencionar los
2,3 millones de fallecimientos por covid-19 hasta la fecha, se ilustran esos
efectos.
Garantizada la
disponibilidad de vacunas anticovid-19, la siguiente gran tarea es inmunizar a
toda la población del mundo. Este debe ser el objetivo a escala global, por
cuanto la persistencia de casos de covid-19 es un riesgo para todos,
especialmente por las posibilidades de mutaciones que ya ha demostrado el virus
causante de la enfermedad. Dadas las características de la gestión de vacunas,
fundamentalmente en la esfera de responsabilidades del sector público, los
gobiernos de los países son los actores claves para alcanzar este objetivo.
En la tarea de vacunar
a toda la población, países como el Reino Unido, Canadá, Israel, fueron los
primeros en iniciar estos programas a finales del año pasado. Israel ha logrado
un éxito sorprendente: para esta semana ya cuenta con 24,05% de la población
completamente vacunada según el protocolo respectivo. Otros países, aunque
cuentan con vacunas aprobadas, no han sido tan efectivos en alcanzar el nivel
de cobertura de Israel.
La gran demanda por
vacunas anticovid-19 ha significado que los países con más recursos para la
compra han conseguido abastecerse de grandes cantidades. Algunos de estos
países han adquirido vacunas para cubrir varias veces al total de sus
poblaciones. Se ha estimado que, si no existe un mecanismo de cooperación para
adquirir las vacunas, solo se podrá evitar el 33% de las muertes por covid-19,
mientras que si existe tal mecanismo se podría evitar 61% de las muertes.
Esta dinámica global
tiene especiales efectos en América Latina. Ya se ha registrado que la región
ha sido particularmente afectada por la pandemia, al tener a la fecha 30% de
los fallecimientos globales.
De hecho, en este
momento la mayoría de los países continúan en la primera ola, con cifras de
casos nuevos diarios de covid-19 muy superiores a los niveles de control
experimentados en la Unión Europea.
Todo esto se complica
mucho más si se consideran las perspectivas señaladas por el FMI de que la
recuperación del PIB per cápita, a los niveles previos a la pandemia, se
realizará en América Latina, al ritmo actual, en 2025.
El desafío de los
gobiernos de la región es garantizar la inmunización de toda la población en un
escenario global altamente competitivo. Hasta la fecha los resultados no son alentadores.
Según el sitio web de la Universidad McGill, cinco países todavía no
cuentan con ninguna vacuna aprobada (Cuba, Guatemala, Haití, Honduras, y
Uruguay). Por otra parte, solo cinco países (Argentina, Costa Rica, Chile,
México, y Brasil) registran datos en el sitio web Our World in Data sobre
la cobertura de la población inmunizada hasta la fecha. El país con mayor
porcentaje de cobertura es Argentina con 0,4% hasta el 7 de febrero de este
año. El de Brasil es 0,01%. La brecha que se tiene con el porcentaje reportado
por Israel (24,05%) es sencillamente abismal.
La pregunta es muy
directa: al ritmo actual, ¿en cuánto tiempo los países de la región alcanzarán
la cobertura de vacunación anticovid-19 que permita superar la pandemia?
Con las alternativas de
información disponible, cada ciudadano puede hacer seguimiento al cumplimiento
de esta meta, prácticamente en tiempo real. También está bastante claro, al
menos en estas primeras de cambio, que la brecha entre los países que logran
inmunizar a grandes proporciones de población y aquellos que lo hacen en
proporciones muy pequeñas, se debe fundamentalmente a la calidad de las
políticas públicas. Las sociedades deberían tomar en cuenta esta brecha de
políticas públicas todos los días.
Marino J. González es
PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional
de la Academia Nacional de Medicina.
10-02-21
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