Por Roberto Patiño
Durante el recorrido
que hicimos en el barrio Nuevo Horizonte constatamos que no existe
infraestructura vial para sus vecinos, lo que agrava mucho más las condiciones
de vida de las familias esta comunidad.
Daniel nos habló, en La
Vega, de su esfuerzo como vendedor de helados, un oficio al que se dedica para
apoyar a sus padres y que comparte con sus responsabilidades como estudiante de
4to año de bachillerato. En Carapita hablamos con una familia que está
decepcionada de la «peleadera» de la oposición; en el Barrio 70, en El Valle,
pudimos constatar cómo el miedo a la violencia sigue presente en una comunidad
que aspira al cambio para vivir en paz.
Esta ha sido parte de
la experiencia que hemos vivido durante los recorridos que hemos hecho por
Caracas, una ciudad abandonada por las autoridades en medio de una de las
mayores crisis que ha vivido nuestro país en su historia.
No somos ajenos a la
calle, el contacto directo con la gente es una constante en nuestra vida,
nuestra pasión ha sido el trabajo social, un esfuerzo que ha alentado la
organización popular y el apoyo a los nuevos liderazgos que surgen en los
sectores populares.
Conocemos muy bien las
aspiraciones de un verdadero poder popular que se organiza de abajo hacia
arriba, inspirados en los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la
democracia.
En Loma Grande y Brisas
de Propatria, en la parroquia Sucre, pudimos compartir con las madres del
sector la preocupación por mejorar la educación de niños y adolescentes. En La
Vega, una comunidad a la que estamos vinculados de un modo muy especial por ser
el lugar donde comenzamos hace unos años este camino por el cambio, pudimos ver
cómo los jóvenes se forman en oficios y hacen frente a las dificultades con una
voluntad propia de una generación que decidió no rendirse.
La idea que más se
repite durante estos recorridos es la necesidad del cambio, un cambio, nos
dicen todas las personas con las que hablamos, que va más allá de la sustitución
de las autoridades en el poder. Uno que se da con una mayor participación de
las comunidades para la construcción de un Estado nuevo, un poder popular
organizado que se hace dueño de su futuro cuando trabaja en la solución de sus
problemas cotidianos. Esta es la aspiración que encontramos en la calle.
En San José, en pleno centro de Caracas, conversamos con los comerciantes del sector, un gremio que lucha, como muchos venezolanos, por sacar adelante a su familia en medio de un clima poco propicio para la inversión y teniendo que lidiar con el abuso de las autoridades. A la señora Yelitza la conocimos en la avenida Fuerzas Armadas e inmediatamente se sumó a nuestra iniciativa de buscar el cambio que todos queremos para nuestra ciudad.
Todos los días cosechamos
historias como estas, otra evidencia de que la gente se está organizado mucho
más allá del reclamo por servicios públicos.
Hay un esfuerzo en las
comunidades para buscar alternativas para la solución de sus problemas, una
iniciativa donde la participación es espontánea, al entender que mientras más
luchan por la mejora de las condiciones de vida, más se hacen dueños de su
entorno y de su destino.
Seguiremos en nuestro
trabajo social en las comunidades, estaremos junto a nuestros líderes brindando
todo el apoyo que necesitan los caraqueños que sueñan con un cambio real para
su ciudad, seguiremos siendo parte de un movimiento que se extiende con fuerza
y que entiende que es el momento en que debemos unirnos y organizarnos, para
hacernos dueños de nuestro futuro.
Si quieres conocer más
historias como éstas, visítanos
en Instagram.
Roberto Patiño es Ingeniero
de Producción-USB. Magíster en Políticas Públicas-Harvard. Director|de Caracas
Mi Convive y Alimenta la Solidaridad.
21-08-21
https://talcualdigital.com/duenos-de-nuestro-futuro-por-roberto-patino/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico