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martes, 31 de agosto de 2021

La adaptación, por @cgomezavila


Carolina Gómez-Ávila 29 de agosto de 2021

@cgomezavila

La estructura en el poder, con la colaboración de algunos empresarios y medios, está trabajando en la adaptación de la población a una nueva percepción de su realidad, una nueva lectura según otros códigos. Veamos un caso.

El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social1 registró 671 protestas durante el mes de julio de 2021, en promedio casi 22 diarias. Dos tercios de ellas —442, para ser exactos— se relacionaron con asuntos económicos, sociales, culturales y ambientales; allí entran los reclamos por salario, servicios básicos, combustible, internet, aguas servidas, alumbrado público y vialidad. El otro tercio —un total de 229— tuvieron relación con los derechos civiles y políticos, destacándose las que iban a favor o en contra de las votaciones pautadas para noviembre.


Una mirada al bosque, según la misma fuente: en 2017 se registraron 9787 protestas; en 2018, 12715; en 2019, 16739; en 2020, 9633 y en los primeros siete meses de 2021, 4064. Sí, a pesar de la sangrienta represión, las protestas aumentaron de manera sostenida entre 2017 y 2019 y decrecieron a casi la mitad en 2020 y 2021.

Digamos que si usted está fuera del país o viviendo su propia burbuja de bienestar podría concluir que esta caída abrupta sucedió porque también se redujeron los motivos para protestar.

Eso significaría que usted considera que el salario básico de la mitad de la población le alcanza para que no le apetezca quejarse, que los servicios de distribución de combustible, electricidad, agua potable e internet se han regularizado, que las aguas servidas, el alumbrado público y la vialidad han mejorado en las zonas donde se concentran más habitantes y que los planes de mantenimiento y contingencia les permiten estar a salvo ante imprevistos.

En resumen, digamos que usted olvidó que 2020 y 2021 han estado signados por la pandemia; que desestima los costos físicos, económicos y emocionales de la enfermedad, el duelo y el temor a todo ello, como razones para que se haya reducido la asistencia a las protestas.

O digamos que usted quiere ocultar que la incompetencia planificada por la cúpula en el poder, su discriminación y latrocinio, tendrían la curva de protestas en aumento exponencial mes a mes.

Este trabajo de ocultamiento, silenciamiento y focalización del interés de la opinión pública en asuntos que se dejen torcer para presentarse como mejoras en la calidad de vida, tiene un fin inmediato: hacerle sentir que todo está regresando —inevitablemente y a pesar de su sufrimiento— a la normalidad y que, por lo tanto, debe adaptarse a la tendencia mayoritaria. Desde ahí, lo normal sería que usted participe en las votaciones amañadas por venir.

Espero que estas líneas lo asomen al marco de referencia que usa para evaluar sus decisiones políticas. Si su cotidianidad parece ignorada por la mayoría, no se trata de negar su cotidianidad. Si su solicitud de justas reivindicaciones no es atendida por quienes ocupan el gobierno central, tampoco será atendida por amancebados gobiernos regionales. Las formas de protestar deberán ser reestructuradas antes de que usted decida adaptarse a la bota que aprieta su cuello con menos resistencia, gracias a la pandemia.

1Todos los datos numéricos utilizados en este artículo fueron tomados del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social y están disponibles en su sitio web

Carolina Gómez-Ávila

@cgomezavila

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