Lester Toledo 01 de abril de 2022
@LesterToledo
¿Cómo
se arregla un país sometido a más de 20 años de abandono, anarquía, odio,
división, corrupción y violencia?. ¿Acaso creen que con bodegones, restaurantes
y dólares de dudosa procedencia, se puede arreglar tamaño desastre? Pues la
respuesta es un rotundo no y el único interesado en hacer creer esa tesis de
mejoría, es el régimen de Nicolás Maduro.
Pero
es que ni viviendo en la más mágica y enceguecedora burbuja de irrealidad,
ningún venezolano sensato, inteligente y honesto, se atrevería a hacer tal afirmación.
¿Se puede hablar de “mejoría” en un país con más apagones, más inflación, donde es un suplicio abastecerse de gasolina, con hospitales desabastecidos y desmantelados, un país en el cual nuestros abuelos no reciben en sus pensiones ni 9% de lo que necesitan para cubrir la cesta básica, donde lanzan granadas para extorsionar y sembrar el caos y del cual sus ciudadanos se arriesgan a perder la vida para huir de él?, ¿eso es mejoría?
Hablar
de mejoría, definitivamente, es prestarse a la narrativa de un régimen que se
ha enriquecido a costa del hambre y la necesidad de sus ciudadanos.
Francamente
no luché durante tantos años por la democracia, ni me dediqué a denunciar a los
corruptos y a los jerarcas de la dictadura que nos tiene oprimida, lucha que me
costó un exilio forzoso de seis años, para terminar diciendo que todo ese
sacrificio era para tener algo de gasolina, un par de bodegones y ciudades
burbujas por doquier. Además de representar una total injusticia para quienes
han arriesgado todo en esta lucha por la democracia, exponiéndose a la cárcel,
al exilio y hasta la muerte.
Una
cosa es querer ser optimista y mantener las esperanzas para que nuestro país
mejore, y otra muy distinta es pretender negar la realidad, la crisis y el caos
del día a día de los venezolanos.
Pregunten
a cualquier tachirense a ver si su país se arregló cada vez que se le va la
luz, o cuando tiene que pasar varios días en cola para surtirse de gasolina, o
madrugar con su bombona de gas a ver si pueden abastecerse, o pregúntenle a
cualquier maracucho, cada vez que pasa seis extenuantes horas sin electricidad,
o al ver sus electrodomésticos colapsar con las alarmantes fluctuaciones, o
cuando amanecen con granadas en sus comercios. Pregunten a los margariteños
cuando pasan más de un mes sin agua, o cuando tienen que acudir a un hospital y
tienen que llevar todos los suministros. Misma realidad crítica se reproduce a
lo largo y ancho de todo el territorio venezolano.
Hagan
la misma pregunta a las esposas, a las madres, padres, hijos y hermanos de los
presos políticos que permanecen en las mazmorras de la dictadura,
Lo que
sí debemos estar claros es que, quien ha generado toda esta crisis humanitaria,
todo este caos y ha llevado a Venezuela al foso, es el mismo y el más
interesado en generar una matriz de opinión que apunte a esa supuesta mejoría.
Pero
la gran verdad es que por muchos bodegones, grandes restaurantes y tiendas que
abran, si no se producen cambios reales y profundos desde todo ámbito,
político, social y económico, acá no va a mejorar nada.
Mejorará
cuando avancemos con pasos concretos, claros e irreversibles hacia la
democratización de Venezuela; que se avance hacia unas elecciones libres,
justas y verificables; cuando pongamos fin a este régimen oprobioso, logremos
la liberación de los presos políticos; y se establezcan garantías para la
restitución de los derechos humanos y la justicia para todas las víctimas. Ese
día, sí podremos decir que Venezuela mejorará. Los que sostienen que el país se
arregló, están viviendo en un espejismo o le están siguiendo el juego al
régimen.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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