La
historia es la memoria meditada de los pueblos,
la cual
debiera servir para el aprendizaje en lo que
respecta
a la selección de sus gobernantes y los
caminos
a recorrer
Por Carlos Balladares, 12/11/2012
La historia es la memoria meditada de los pueblos, la cual
debiera servir para el aprendizaje en lo que respecta a la selección de sus
gobernantes y los caminos a recorrer. En este sentido hemos querido dar nuestra
opinión en lo que respecta a los Presidentes que peor desempeño han tenido. El
criterio que hemos usado son los daños que han traído sus gestiones a la
nación.
Hoy en día muchos evalúan los gobiernos por las obras que
realizan y no por el desarrollo institucional, e incluso valoran más la
construcción de edificios vistosos y no de escuelas, hospitales o viviendas. Es
por ello que el dictador Pérez Jiménez goza de tan buena fama y la democracia
es maltratada. En lo que respecta a las muertes generadas por las políticas
represivas o por la omisión en el combate de la delincuencia por parte de los
Presidentes, incluso dejan en último lugar los perjuicios que se generan por
sus omisiones.
A continuación les ofrezco una lista elaborada
conjuntamente con un amigo que desea mantenerse en el anonimato.
1. Julián Castro (1858-1859). Hombre de armas como la
inmensa mayoría de los políticos del siglo XIX venezolano, llega al poder por
medio de la llamada “Revolución de marzo” de 1858. Movimiento que logró poner
de acuerdo al Partido Liberal y a los “conservadores” en contra de la dictadura
de José Tadeo Monagas. Buena parte de los historiadores lo han considerado uno
de los peores Presidentes porque desaprovechó el consenso existente entre los
dos principales “partidos” para evitar la guerra civil. Al contrario, tal como
dice el historiador Tomás Straka en la biografía del personaje en cuestión:
“intentó jugar con los dos bandos que pugnaban por el país quedándole tan mal
el juego que, en algún grado, apuró su caída al precipicio de la Guerra
Federal” (p. 11). A pesar de que se le otorgaron poderes especiales, y logra la
aprobación de una nueva Constitución; la situación de Venezuela se agrava por
su inoperancia para solucionar problemas y por sus maniobras para mantenerse en
el poder. Cuando la guerra comienza se declara enfermo, delegando el poder en
el vicepresidente. Ante sus ansias de mandar nuevamente busca alianzas entre el
bando contrario liberal demostrando su arribismo desmedido. Asume nuevamente en
junio de ese año. Dos meses después será derrocado por los conservadores,
mientras continúa la Guerra en Venezuela.
2. Hugo Chávez (1998-?). Nunca antes Presidente alguno de Venezuela contó con tantos
recursos financieros, apoyo popular y poder; y a pesar de ello los desperdició
intentando construir un modelo de gobierno y de sociedad inviable. Al mismo
tiempo que ha desarrollado una perenne apología al odio entre los venezolanos
basándose en las diferencias de clases, razas e ideologías en pleno comienzo
del siglo XXI.
Barinés de origen humilde, con formación militar hasta el
rango de teniente coronel, fue el instigador principal de los golpes de estado
de 1992. Después que el Presidente Caldera le concedió un indulto, logrará
ganar las elecciones de 1998. Su primer paso fue llamar a una constituyente que
concentró todos los poderes. Es un cultor chovinista del Libertador y enemigo
de las potencias occidentales democráticas y de economía de mercado, lo cual
destila en prolongados discursos a través de todos los medios de comunicación
que obliga a “encadenarse”. Mediante artimañas regulatorias cerró el canal de
televisión RCTV y decenas de emisoras de radio, enfrentó una masiva huelga
petrolera que terminó con el despido sin pago retributorio de 20 mil
trabajadores en 2002, luego siguió un férreo control cambiario denominado CADIVI
que redunda en manejos irregulares (solo Cuba y Venezuela lo tienen en todo el
continente americano). Los ingresos petroleros se beneficiaron de un salto sin
precedentes en la historia mundial logrando más de 975 mil millones de dólares,
pero esto no se ve en una mejora económica diferente a la renta por
hidrocarburos, el país sigue viviendo de un solo producto, el control cambiario
y los impuestos. El ataque a la iniciativa privada es constante, resultando en
expropiaciones y quiebras de más de 6 mil empresas. En el plano internacional
se ha asociado con las dictaduras y países más autoritarios del planeta como
Bielorusia, Libia (de Gaddafi), Irak (de Hussein), Irán y Siria.
Ha ganado cuatro elecciones presidenciales, revocatorios
y algunas enmiendas constitucionales mediante la amenaza y el envilecimiento a
la población más ingenua y mayoritaria del país a los cuales los mantiene
dependientes de dadivas gubernamentales; y con el uso de todos los recursos y
poderes del Estado. Esto le ha dado posibilidad de reelección indefinida y
aumento de periodos presidenciales a 6 años. Sus logros educativos son
masificaciones de instituciones mediocres sin aspiraciones de excelencia. Dobló
la burocracia y una deuda heredada de 34mil millones de dólares se estima alcanza
para 2012 los 200 mil. Auditar las cuentas del estado es casi imposible debido
a manipulaciones de un parlamento que ha logrado tener en su mayoría desde 2005
hasta 2010, además de mantener todas las instituciones públicas bajo su
control, no hay independencia de poderes. Ya con 14 años en el gobierno casi un
millón de venezolanos han emigrado debido a una criminalidad que han hecho de
Venezuela el cuarto país más violento del mundo y el primero con más inflación
de Latinoamérica luego de 3 devaluaciones. Ante la falta de construcción de
viviendas populares, menos de 19 mil por año, inició un plan acelerado que ha
resultado en un caos urbanístico en las ciudades. Sus obras de infraestructura
lucen de factura mediocre y mal planificada por su aversión al profesional
tecnificado de origen capitalista. Para el pueblo llano que lo sigue es un
nuevo mesías o Bolívar, ese personalismo se ha explotado hasta niveles odiosos.
El futuro nacional parece incierto… la esperanza es el cambio a un contrario
más progresista; u ocurra el milagro de un cambio en su personalidad lo cual
luce cercano a lo imposible.
3. José Tadeo Monagas (1847-1851, 1855-1858, 1868-69).
Tiene el único merito, como Presidente, de haber abolido la pena capital por
delitos políticos en Venezuela. Llega al poder gracias al apoyo de Páez y el
presidente Carlos Soublete, logrando ser elegido Presidente de la República en
1847 lo que da inicio al periodo llamado “Monagato”. Su primera acción
autoritaria es asaltar el Congreso Nacional para limitar la independencia de
poderes en Venezuela. Al final de su primer gobierno usa sus influencias para
lograr la elección de su hermano mayor. Posteriormente vuelve al poder en 1855
gracias al favor devuelto de su hermano. Inicia un segundo periodo más autoritario
y perfilado a eternizarse en el poder mientras ningún progreso nacional avanza.
Es derrocado por Julián Castro al tercer año de su gestión asilándose en la
embajada francesa y de allí al exilio.
Al terminar la Guerra Federal regresa al país seis años
después buscando grietas en la administración de Juan Crisóstomo Falcón por
donde promueve la Revolución Azul. A pesar de sus 83 años derroca al presidente
Manuel Bruzual mediante fuertes combates en Caracas en 1868. Reinstaura la
constitución de 1864 y convoca a elecciones que no logra ganar por su muerte
debida a una pulmonía cinco meses después. Lo sucede su hijo José Ruperto.
4. José Gregorio Monagas
(1851-1855). Se le conoce más por decretar oficialmente la libertad de
los esclavos lo cual es positivo, pero el primitivo sistema económico y social
del país hace esta conquista irrisoria. No obstante de luchar impecablemente a
favor de causa republicana en la Guerra de Independencia comenzó a manifestarse
dentro de las filas oportunistas del país y sin intensiones de construir una
nación moderna. Utilizó el poder que le facilitó su hermano para consolidar un
sistema de nepotismo sucesoral. Cuando su hermano es derrocado por Julián
Castro, él es apresado y conducido a Maracaibo donde enferma y muere. Los restos
de ambos hermanos se encuentran en el Panteón Nacional.
5. Jaime Lusinchi (1984-1989). Recibe del social
cristiano Luis Herrera un país que triplico sus ingresos petroleros pero
endeudado internacionalmente con 29 mil millones de dólares lo cual redundó en
una gran devaluación de la moneda nacional conocida como el Viernes Negro de
1983. Ante esta situación el social demócrata Lusinchi no hace los cambios
necesarios, propone una insincera austeridad y sensibilidad social. Su congreso
es controlado en su totalidad por su partido AD, y desarrolla la lamentable
partidocracia que llevará a la crisis de la democracia en la década de los
noventa y que permitió la llegada al poder de Chávez. La deuda alcanzó los 38
mil millones, mientras el bolívar siguió devaluándose y las reservas nacionales
fueron desfalcadas con 700 millones adicionales, impone un control de cambio
con manejos dudosos conocido por sus siglas, RECADI. La corrupción se
multiplica con empresas fantasmas que viven del control cambiario. En su
mandato destaca negativamente la inflación continua, aumentos inorgánicos de
salarios improductivos, y lo peor: mantiene la economía encadenada al petróleo.
Para añadir más problemas, su relación extra-marital luce como el verdadero
poder detrás de la presidencia lo cual es reflejado en la prensa nacional que
ocasiona problemas con el diario “El Nacional”. A su favor podemos decir
construyó el complejo habitacional Juan pablo II y amplió las obras del Metro
de Caracas, hizo la represa del Turimiquire, fabricó 335 mil viviendas
populares y permitió la fundación de la COPRE (propulsora del proyecto de
descentralización). Resalta el evitar un conflicto con Colombia por la
incursión de la corbeta “Caldas” en el Golfo de Venezuela. Entregó la
presidencia a quien intentará enmendar estos errores.
En general siempre será una tarea difícil e injusta el
culpar a una sola persona de procesos colectivos tan complejos, pero sin duda
que la responsabilidad de los Presidentes y las élites siempre es mayor que la
de las masas y los pobres. Y más aun si se trata de sociedades personalistas
con sistemas hiperpresidencialistas. Es por ello que hemos realizado esta lista
¿Y cuál es la suya?
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