Ya lo confirmó hoy el Directorio del CNE: Las estaciones de Verificación son obligatorias. ¿Y a cuenta de qué el Directorio del CNE ignora las disposiciones legales según las cuales solo es necesario para votar la cédula de identidad laminada, vencida o no? ¿Dónde aparece en la legislación venezolana que ahora los electores necesiten “el papelito” de la nueva alcabala de Tibisay Lucena como requisito adicional para ejercer un derecho ciudadano?
Esta alcabala, que aparece como novedosa en este escenario, opaca en notoriedad a la que antes considerábamos como el principal escollo en toda esta trampa tecnológica que nos impusieron a los venezolanos desde el CNE, la captahuellas.
Varias observaciones en relación a este nuevo escollo. Luce sumamente sospechosa la insistencia del CNE en colocar como obligatorio ese instrumento que hasta donde hemos podido constatar solo le ha servido al gobierno para movilizar a su militancia del PSUV y obligarla a votar, y a la vez ralentizar las colas en los centros de mayoría opositora. Pero pudiera tener una razón técnica más de fondo y que se nos pudiera estar escapando.
Veamos técnicamente la cosa. Son estaciones conectadas a través de la red celular de la CANTV con los servidores principales del CNE. Transmiten al menos el numero de cedula de identidad de la persona que está llegando al centro a votar. Al menos eso es lo que “aparentemente” está pasando, de acuerdo a lo que uno visualiza externamente.
Sin embargo, me puedo permitir hacer especulaciones basadas en nuestro desconocimiento de la arquitectura técnica de las maquinas de votación, ya bien sea porque el CNE no le entregó las especificaciones técnicas a la oposición a través de “nuestra representación” técnica y estos avalaron algo que no vieron, o que si se las entregaron y por alguna razón se ha mantenido oculta a pesar de la insistencia en que se haga pública para el estudio de técnicos independientes. Amabas cosas son inaceptables.
Puedo imaginarme que las máquinas de votación tienen la electrónica interna necesaria para conectarse inalámbricamente, conformando una red interna, con esas estaciones conectadas a la red celular de la CANTV para la transmisión de algo más que cédulas de identidad para movilizar chavistas.
Eso podríamos saberlo fácilmente con un celular inteligente en la mano. Se podría detectar cuales redes están activas en un radio cercano con un simple celular inteligente. Podríamos probar eso cuando vayamos a votar y detectar si hay alguna red WiFi extraña dentro del centro que no debería estar allí. ¡Y denunciarlo!
¿Sabemos cuáles procesos se activan en las máquinas de votación además del proceso auditado de captura y resguardo de votos? ¿Es ese el único programa que hay? ¿Existe una auditoría que nos permita saber si el CNE coloca algo adicional dentro de las máquinas de votación sin el conocimiento de la oposición? Esas maquinas son computadores multitarea y eso lo saben tanto el gobierno como la oposición.
Y suponiendo que esto sea así, el CNE podría estar transmitiendo votos antes del cierre de las maquinas de votación, así de simple. O cambiarlos si conocen las claves de encriptado. Y así como puede haber transmisión hacia fuera, podría también haberla hacia dentro, precisamente para eso último. Esa es una duda perfectamente razonable, basada en el desconocimiento que tenemos de esos equipos comprados sin licitación. Al ser un proceso enteramente controlado por el CNE, ¿por qué no podríamos pensar mal y que estas maquinas están haciendo algo adicional? ¿Porqué no pensar que desde el CNE se envíen archivos completos que sustituyan los resultados de las máquinas?
¡Cuentos de camino! dirán quienes aun defienden ese sistema. Siempre insistiré: cualquier cosa se puede hacer con una maquina que se programa y que está hábil para comunicarse, y más aún si está protegida por quien debe ser su principal vigilante: ¡los técnicos de la oposición! Y si dicen eso entonces demuestren que no es así publicando las especificaciones de esos equipos y entregando uno de ellos para el análisis exhaustivo de parte de un grupo de expertos independientes calificados.
Las maquinas de verificación afuera funcionarían como una especie de puerto de comunicación de las máquinas de votación hacia y desde el CNE. De esa forma Tibisay, es decir el gobierno, quien es la única que puede totalizar, pudiera tener información acerca de lo que sucede en los centros que tienen esas máquinas de verificación conectadas a la red celular de la CANTV. Por lo mínimo, si no cambian los votos, podrán conocer en tiempo real los resultados intermedios de los centros que tienen esas máquinas.
Por principio natural, no debería existir NINGUN dispositivo que transmita nada al CNE hasta el cierre del proceso electoral. Esa es una exigencia mínima que debe realizar la oposición. Si nuestra queja fue que ralentiza el proceso, como en efecto pasó durante el pasado 7-O, la respuesta de estos delincuentes del CNE ha sido colocar más máquinas para acallar eso. Pero el fondo real sigue vivo y es que están violando de manera flagrante los Derechos Humanos de los electores de tener un proceso libre.
Y lo cierto es que el sistema electoral está en tal grado de descomposición que ya no es sostenible ni tragable por la población demócrata. Y lo peor es que está avalado y defendido por la propia oposición. De allí no puede salir nada bueno y cualquier cosa puede estar pasando con esas estaciones. Por eso la insistencia en ponerlas obligatorias. Un sistema electoral completamente corrompido y controlado, cuyas auditorías no establece sino el auditado, no puede garantizarnos nada más que trampa.
El venezolano común ya no confía en el sistema electoral. Pero lo que es más grave, ya no confía en quienes se supone deben defenderlo en contra de las imposiciones e irregularidades del ministerio de elecciones del gobierno. Ante este panorama sombrío de no tener a quien acudir ante estas arbitrariedades, a todas luces cada vez más descaradas de este régimen que dañó deliberadamente el sistema, las sociedades se construyen sus propios anticuerpos.
Si el sistema electoral, que es el mecanismo en democracia para decidir quiénes deben dirigir los destinos del país, fue deliberadamente descompuesto y quienes deben decir algo sobre eso no lo dicen, el ciudadano defraudado deberá entonces encontrar otros cauces democráticos para canalizar ese evidente descontento de la mayoría.
No es sólo que tenemos que ir a la desobediencia civil de no pasar por esa alcabala puesta como obligatoria por el CNE, es que debemos activarnos para CAMBIAR el sistema electoral COMPLETAMENTE y exigir Elecciones Auténticas. Esa alcabala de Tibisay no es el problema, lo es todo el sistema electoral venezolano. Movilicémonos para cambiarlo de raíz…
Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico