José Luis Farias 09 de noviembre de 2012
@fariasjoseluis
Aunque usted no lo crea, Chacumbele, con su peculiar estilo, se puso
creativo para reconocer el fracaso de su gobierno. Se le puede criticar lo que
sea, menos la genialidad a la hora de las estupideces.
"Eficiencia o nada" ha
llamado la red de medios públicos, secuestrada por el PSUV, un video que recoge
su último gran disparate. Un slogan a lo Jalisco, en blanco y negro, todo o
nada, como si en las solas palabras estuviera la solución de los problemas. Así
son las cosas en esta revolución de comiquita.
Desesperado, Chacu ha llegado hasta
lanzar la amenaza contra sus propios funcionarios. Anunció "inspecciones
sorpresa e imprevistas" para supervisar "proyectos que deberían estar
en marcha". Creyendo que va a asustar a la pandilla de choros e incapaces
que el mismo ha sembrado en toda administración pública, comenzando por su
propia familia. Se ha hecho acreedor de trompetillas por parte de su gente.
La preocupación por la eficiencia al
parecer le surgió en los días finales de la campaña. Cuando el miedo recorría
su anatomía. Entonces decretó la creación de un ministerio para el seguimiento
de las promesas que no ha dado señales de vida. Vaya idiotez.
Anda atacado el hombre. Sabe muy bien
que su victoria del 7 de octubre se soportó sobre la nefasta combinación de
abuso, ventajismo, miedo y billete. Ingredientes perecederos cuyo efecto no
siempre se repite, mucho menos cuando el candidato no es el "Inspector
Sorpresa" sino sus amanuenses.
No quiere entender que la razón
principal de la ineficiencia de su gobierno viene de la combinación de los
incapaces y ladrones colocados en los puestos de mando con la destrucción de la
institucionalidad democrática propiciada por él. La impunidad generada por
semejante cóctel acabaría hasta con la muy organizada Suiza.
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