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martes, 13 de noviembre de 2012

Planes chimbos y pomposos


Escrito por Fernando Luis Egaña Lunes, 12 de Noviembre de 2012

La “revolución” es ducha en anunciar planes chimbos con nombres pomposos. El de ahorita se llama “Constituyente para Plan Socialista”.

¿Cuántos planes de ínfulas épico-históricas han sido presentados en estos 14 años de reinados presidenciales del señor Chávez? Sería difícil precisarlo, pero de que son muchos, son muchos, y además empaquetados con la finalidad de encandilar a las audiencias.

Recordemos, por ejemplo, el llamado “Proyecto Nacional Simón Bolívar”, al que de cuando en cuando le sacuden el polvo, sin que aún se sepa si tiene algún significado distinto que el de encubrir el montaje de un proyecto de dominación... Y claro como ha pasado tanto tiempo desde su estreno comunicacional, entonces le colocan el apéndice de “primera fase, segunda fase”, etcétera.

Hace nada, durante la campaña electoral para el 7-0, el plan de la temporada se llamó: “Programa de la Patria”, y muchísimo antes se denominó: “Programa para la Refundación de la República”, y en el intermedio hubo otros con denominaciones aparatosas, tipo plan para el Socialismo del Siglo XXI, o plan para la construcción del Poder Popular, y más recientemente el plan para la transición hacia el Estado Comunal, y bueno pare usted de contar, si puede.

Como decía, el de ahorita mismo lo han bautizado como “Proceso Constituyente para el Plan Socialista 2013-2019”. Según algunos voceros rojos, incluyendo el vice-Maduro a quien su jefe le encomendó el asunto, se trataría de un gran mecanismo de consulta popular para que el pueblo soberano diga cómo quiere su socialismo y entonces se plasme el ideal bolivariano de la participación protagónica... O algo más o menos así...

La farsa será igualita a todas las anteriores: mucha propaganda por los medios, uno que otro simulacro de “democracia directa”, un acto solemne para celebrar el éxito del proceso, y después más nada, hasta que venga el próximo plan y se repita el operativo.

Pero ojo, una cosa es que sea una farsa y otra que sea una perdida de tiempo. Y es que con cada plan de estos, se acrecienta el poder personal del señor Chávez; qué para eso son los planes con nombres palabreros. Para concentrar más poder en la satrapía y hacer más dependiente a la población.

El plan Constituyente de 1999 sirvió para ello: establecer la reelección inmediata, aumentar el período gubernativo y fortalecer las atribuciones presidenciales. Y el plan de Reforma Constitucional de 2007, desaprobado y todo, ha servido para eso: ir montando el aparataje del “poder popular” que se maneja desde Miraflores, amén de consagrar la reelección indefinida a través de la Enmienda del 2009.

Y es que de esa jungla de planes, programas y proyectos con nombres alargados y grandilocuentes, lo que de verdad queda es un mandón empoderado que hace y deshace a su antojo, y una nación dividida, amenazada, aturdida y muy enfrentada entre sí.

Ese no puede ser el futuro de Venezuela. Y para que no lo sea, la lucha para superar la hegemonía de planes chimbos y pomposos tiene que adquirir sustancia política, ideológica e histórica.

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