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lunes, 5 de noviembre de 2012

No es Estado Comunal. ¡Es COMUNISMO!


Gabriel Reyes Publicado el 2 de noviembre de 2012

De manera preocupante pareciera que los resultados del 7-O, que en términos cualitativos revelan una diferencia mucho menor de la paliza que pretende proyectar el reelecto presidente y sus acólitos, son utilizados como una suerte de cheque en blanco para acelerar un nefasto proceso de profundización de reformas económicas, sociales y políticas que pudieran resultar extremadamente costosas para nuestra moribunda democracia.

No pretendo hacer juicio de valor sobre el efecto perverso que pudiera tener la tiranía de la mayoría en manos de un político sin escrúpulos quien, al margen de la Constitución que se hizo a la medida, y es sistemáticamente violada, pretende convertirnos en un émulo antillano, sin importarle que la mitad de los venezolanos rechazamos abiertamente las pretensiones autocráticas y hegemónicas del arquitecto de nuestra mayor desgracia como nación en los últimos 100 años de vida republicana y que hoy se atreve a comprometer nuestro futuro, como si lo sucedido en los últimos 14 años fueran detalles, simples nimiedades.

En ocasiones previas, el presidente Chávez ha señalado que la Constitución vigente ya cumplió con su cometido, hecho que supone que ya en los laboratorios legislativos de algún paraje caribeño se debe estar confeccionando el nuevo traje, Prêt-à-porter, que incluye la visión desfigurada del socialismo utópico en su contenido.

Los medios de comunicación, analistas y demás hombres y mujeres que nos ocupamos de reflejar nuestra agenda política nos mantenemos en el error de repetir el nominalismo que emplea el gobierno para disfrazar sus intenciones reales.

Entonces repetimos el desafuero de la IV República y V República como si fueran períodos reales de nuestra historia, y llamamos a este bodrio cleptocrático, “Socialismo del siglo XXI”. Creo que es hora de llamar a las cosas por su nombre.

El “Estado Comunal” no es otra cosa que COMUNISMO, y el gobierno no desea que el término sea manejado por una población que abiertamente rechaza la sola idea de vivir como los cubanos tiranizados.

En cualquier estudio de opinión pública cualitativo que consulte a sectores populares la diferencia entre socialismo y comunismo siempre converge en respuestas similares. “Socialismo es igualdad con dinero. Comunismo es igualdad en la pobreza”.

Y pareciera entonces, que con esa etiqueta deslucida de “Estado Comunal” desean que los venezolanos no entendamos que las pretensiones reales del gobierno están focalizadas en alcanzar el objetivo planteado por Carl Schmitt en su obra “El Concepto de lo Político”, manual totalitario del siglo pasado, libro de cabecera de Hitler, que entre otras perlas reza que “Entre el Líder y la Masa no debe haber intermediarios”.

Por eso, la eventual dilución de gobernaciones y alcaldías para convertirlas en estructuras comunistas, porque comuna no viene de comunidad, viene de comunismo. Por ello, el esfuerzo en colocar a 12 candidatos provenientes del sector militar aspirando esas posiciones.

Por eso el interés en desmoralizar a los demócratas en chapuceros artilugios de alteraciones extemporáneas del Registro Electoral, mientras estos, algunos ingenuos y otros perversos, se desgastan en una pelea intestina por repartirse una botija vacía y casi rota.

Algunos sectores jugando a CSI Caracas, para ser los forenses que revelen la autopsia del fraude, se olvidan que tal vez el próximo proceso electoral sea el último de su tipo, ya que el bodrio leguleyo comunista que fue aprobado por la AN no admite elecciones directas sino en segundo y hasta tercer grado, donde solo votan los comuneros comunistas, aprobados por el Ejecutivo Nacional.

Entonces, vamos a seguir con pataletas contra la MUD, insistiendo en demostrar lo que todos sabemos del lamentable y perverso sesgo del Poder Electoral.

Amigos, el adversario está del otro lado de la acera, y mientras un grupito intenta congraciarse con los más radicales, el chavismo no descansa en procurar las condiciones necesarias para transformar por vía constitucional a nuestro hermoso país en la República Popular Bolivariana de Venezuela, dándole a nuestros nietos la garantía de dos pares de zapatos al año y una carta de racionamiento para sus familias.

 Cuando nos toque hablar del tema, por favor, no digamos Estado Comunal, llamemos el monstruo por su nombre: ¡¡¡Es COMUNISMO!!!

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