Miguel Méndez Rodulfo Caracas 5 de octubre de 2012
Después de la segunda guerra mundial
Alemania quedó destruida en su infraestructura física, en su economía y en su
base social, además cargaba con una enorme culpa moral y por si fuera poco, fue
repartida entre las potencias victoriosas. En los dos años siguientes al
término de la conflagración, el modelo económico que adoptó la parte occidental
fue de corte intervencionista y regulatorio. Los controles de precio y los
controles a la producción, fueron el signo de la política del Estado alemán. No
sería sino hasta 1948, cuando de la mano del ministro de economía Ludwig
Erhard, se instrumentaron una serie de políticas públicas (con enormes y
múltiples resistencias provenientes de todas las áreas sociales y del sector
político) destinadas a desregular la actividad económica del férreo control de
precios heredado, así como de los controles que restringían la actividad
productiva. Además Erhard efectuó una reforma monetaria para introducir una
nueva moneda que tuviera el signo de la estabilidad: el marco alemán. Por otra
parte luchó por una liberalización extensa del comercio exterior para lograr
una mayor vinculación con el comercio internacional. Consideraba que los
obstáculos a la competencia entre las empresas y la cuestión de la inflación,
eran los mayores problemas de la economía. Para ello propuso, y logró que se
sancionara, una ley antimonopolio eficaz, así como también una ley del Banco
Central en la que el emisor se obligaba a perseguir la meta de la estabilidad
del nivel de precios.
Las reformas monetaria y económica
sancionadas el 20 de junio de 1948, fueron seguidas por una huelga general de
24 horas que convocó a diez millones de trabajadores, en noviembre de ese mismo
año. El Partido Socialdemócrata (PSD) exigió la renuncia de Erhard: “Esto es el
resultado claro de su política. Eso que usted llama libertad, causa la
desesperación de la gente”, le dijeron. Ni la huelga, ni la solicitud de
renuncia tuvieron éxito, ya que se cumplió el pronóstico del ministro de
economía de que los precios se estabilizarían a fines de 1948. Las leyes
sancionadas en 1949 consagraron en Alemania la economía de mercado. Luego en
una sucesión cronológica, bien planificada, entraron en vigor nuevas leyes que
dejaron sentado los preceptos de: garantía de la propiedad privada, libertad
contractual y de asociación, estímulo a la competencia, libre convertibilidad
de la moneda, liberalización gradual del comercio exterior, independencia del
Banco Central, estructura estatal federal, seguridad social y participación de
los empleados en las decisiones de la empresa
Durante las primeras elecciones
parlamentarias, en 1949, luego de la guerra, la economía social de mercado ganó
por muy pocos votos. Durante la campaña electoral el PSD había exigido la
planificación y el control de la producción por parte del Estado: preveía la
socialización de la gran industria, de la industria básica, de las entidades
financieras y de crédito, así como de las aseguradoras. Pero también una parte
del Partido Demócrata Cristiano (CDU), pedía
por lo menos la socialización de las industrias básicas, con lo cual
Erhard contaba solamente con el Partido Liberal (FDP), agrupación que se opuso
a esas tendencias.
Algo que hay que destacar es la convicción
del ministro de economía y como pudo mantener incólumes sus ideas sin transigir
en sus principios, sin mediatizar su programa lo cual hubiese tenido un inmenso
costo económico para Alemania y hubiese retrasado mucho su despegue firme al
desarrollo, a pesar de que los partidos tradicionales lo adversaban ferozmente.
Caracas 5 de octubre de 2012
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