Editorial El PAIS 29 de junio de 2014
Muy al estilo soviético, los regímenes
comunistas que surgieron en otras partes del mundo adoptaron la práctica de
purgar sus filas de elementos que podían ser un peligro para los dirigentes
supremos. Sin duda, el gran maestro que los guió por ese camino fue Stalin (...).
Ahora en Venezuela parece iniciarse
una purga en el seno del gobierno que (...) no es más que una opereta mal
montada. Era predecible que ello ocurriera en los días anteriores al III
Congreso del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) porque lo que
está en juego es (...) el control del partido y el rumbo futuro del gobierno.
Lo que se decida allí provocará el
desprendimiento de los integrantes de algunas corrientes que dentro del PSUV se
han mantenido subterráneamente y, de paso, se consolidará la corriente
mayoritaria que, si bien no acepta a Maduro, lo ven como el mal menor (...).
La carta de Giordani no fue un paso
apresurado sino una hábil jugada para abrir un debate público en el PSUV y
clavar una pica en Flandes. Con ello puso de manifiesto que Maduro no cuenta
con el apoyo irrestricto del partido y que su liderazgo no convence ni a sus
propios camaradas ni al país. Fue una estocada profunda que obligó a Maduro a
pedir lealtades, y si un jefe implora lealtades es porque carece de ellas entre
su propia gente.
El III Congreso del PSUV ahora se pone
interesante porque la sensación que había era que reinaría la aclamación de la
cúpula del gobierno (...). Pero los días que vienen pueden traer un vendaval de
(...) expulsiones para debilitar de antemano a la corriente adversa a Maduro.
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