Omar Barboza Gutiérrez junio de 2014
Quienes de buena fe tenían dudas sobre
el hecho de que el llamado Socialismo del Siglo XXI fue un proyecto orientado a
la destrucción de nuestra economía y de las instituciones democráticas, con el
objetivo de lograr el control político de la población venezolana y ponerla al
servicio de un gobierno autoritario presidido por un caudillo, cuyo
fallecimiento ha devenido en una profunda crisis política y económica, agravada
por la impunidad ante una corrupción escandalosa, hoy tienen la oportunidad de
verificar lo afirmado anteriormente leyendo detalladamente la carta publicada
por el ex Ministro de Planificación Jorge Giordani una vez destituido de ese
cargo por el Presidente Maduro.
En su carta Giordani revela su falta
de escrúpulos cuando escribe que se logró el triunfo del Presidente Chávez el 7
de octubre de 2012 “… con un gran sacrificio económico y financiero que llevó
al acceso y uso de los recursos a niveles extremos”. Agregando también que
lograron el acceso a los recursos necesarios, con un aumento sustancial del
endeudamiento interno del gobierno central y de PDVSA.
Se refiere a la estrategia de
politizar las Fuerzas Armadas e incorporarlas al control político por parte del
proyecto en el gobierno. Más adelante, en alusión directa a Maduro afirma
Giordani: “El Comandante Chávez no evadía, resolvía”. Y agrega: “el legado no
puede ser confiscado a nombre del propio Chávez, ni pretender ser el actual
Presidente su único destinatario y delegado”. Y dice que en relación a la
subasta de divisas, Maduro en contra de sus recomendaciones asumió una “…
actitud por demás absurda”.
Por otra parte, hace afirmaciones
graves al expresar que “Resulta doloroso y alarmante ver una Presidencia que no
trasmite liderazgo…”, y más adelante continúa: “A la luz de estos hechos surge
una clara sensación de vacío de poder en la Presidencia de la República…”.
De manera expresa adelanta el
desarrollo de una grave crisis interna en el gobierno y en el PSUV, cuando
concluye afirmando: “La improvisación de cuadros sin experiencia y
designaciones poco adecuadas para el manejo de los grandes fondos del Estado,
pone en jaque la unidad de los cuadros bolivarianos”.
La carta de Giordani ha estremecido
las bases y la dirigencia del oficialismo; la reacción inmediata del gobierno y
sus voceros ha sido la de acusarlo de traidor. Pero, cuando decimos que sus
efectos pican y se extienden, lo hacemos con motivo de una nueva carta, esta
vez teniendo como remitente a Héctor Navarro, integrante de la Dirección
Nacional del PSUV, y 5 veces Ministro durante el chavismo, quien sale en
defensa de Giordani, de cuya carta cito parte importante de su contenido: “¿El
traidor es Giordani porque, por ejemplo, denunció la asignación de dólares a
empresas de maletín y propuso cursos de acción para impedir que eso siguiera
ocurriendo? O ¿Traidores son, aunque eso no se dice, los que asignaron los
dólares que hoy requieren los hospitales, o necesarios para la producción y
para satisfacer las necesidades del pueblo? Creo que estamos desviando la
atención de lo verdaderamente importante”.
“Es que no va a haber respuesta a las
denuncias de Giordani? ¿Nos conformaremos con señalarlo como traidor y en
consecuencia no discutiremos la denuncia sobre la presencia del “grupo
francés”, y lo que se estaba negociando a espaldas de los intereses de la
República?”
“Creo que nos corresponde exigir esas
respuestas así como la relacionada con la lista de empresas que se beneficiaron
con la entrega de los dólares”.
“Por último, una reflexión: ¿Por qué
será que la derecha financiera, tanto nacional como internacional, que son a la
larga quienes se benefician cuando los países equivocan sus políticas soberanas
en materia económica, están aplaudiendo la salida de Jorge Giordani?”
“Creo que nos corresponde discutir lo
sustantivo y creo que el Presidente debe, necesita reflexionar frente a todos
nosotros, actuar de acuerdo a la responsabilidad de Estadista que tiene y debe
asumir ese enorme reto, que sería además de enorme nobleza, en el sentido de
reivindicar al camarada Jorge Giordani, no en cuanto a su nombre que es
bastante conocido, amado por el pueblo, recordado en muchas situaciones
difíciles que tuvo que enfrentar junto a Chávez sin titubear, a diferencia de
muchos otros a los cuales no solo no se les ha calificado de traidores sino que
además se les ha premiado, sino respondiendo a las múltiples interrogantes que
surgen por la denuncia”..
Los dos grupos del oficialismo que hoy
se enfrentan tienen razón, ambos han traicionado, pero al pueblo venezolano que
les creyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico