Carlos Romero Mendoza 25 de junio de 2014
@carome31
Era diciembre de 1930 y en Barcelona,
España, una Conferencia sobre los estudiantes Venezolanos era protagonizada por
el entonces estudiante Isaac José Pardo. Leer esta conferencia, permite
reflexionar sobre nuestro pasado y preguntarnos ¿qué hemos dejado de hacer?,
que otra vez, en Venezuela vuelven estudiantes a disentir del modelo político y
terminan privados de libertad.
Isaac Pardo, inició su conferencia
haciendo referencia a la presentación de la Memoria del Ministro de Relaciones
Interiores, Dr. Pedro Arcaya, porque en ella se afirmó rotundamente que en las
cárceles de Venezuela no había ni un preso político. Para el Ministro
–cita Pardo- Venezuela se hallaba en plena prosperidad económica, reinaba el
contento y la alegría en todos los hogares. No había para Arcaya el más
leve pretexto para formar agitaciones.
La Memoria presentada en 1929 por el
Dr. Pedro Arcaya, desconocía y silenciaba los hechos ocurridos como
consecuencia de la Semana del Estudiante organizada en febrero de 1928.
Para Isaac Pardo la voz de protesta de
los estudiantes del 28 “más que una diana fue una elegía por la Patría
vendida, por la libertad ausente, por nuestros jóvenes años condenados a
pasificades vergonzosas. Era durante los festejos de l Semana del Estudiantes y
no había en nuestra palabra, no había en nuestra actitud el fantasma político
que sobresaltó a los gobernantes.”
La celebración programada concluyó y
luego algunos estudiantes fueron privados de libertad; lo cual generó una obvia
reacción de solidaridad universitaria que no sólo llevó suspender la
celebración de los carnavales ese año; sino que además, se concretó en una
carta del 17 de febrero en la cual le informaban al General Gómez, que los
estudiantes universitarios, ya previamente habían acudido a la primera
autoridad del distrito para expresarle lo siguiente:
“Los estudiantes universitarios,
agotados todos los recursos para el logro de la libertad de las personas
detenidas con motivo de la Semana del Estudiante, y animados del más ardiente
espíritu de confraternidad, excitamos a las autoridades del Distrito Federal a
reducirnos a prisión en el término de la distancia para compartir con nuestros
compañeros su dolorosa situación”.
Esa carta terminaba diciendo: “Tal
irrevocable determinación desmiente de la manera más elocuente la falsa acusación que
pesa sobre nosotros de que nuestros festejos encubrían
planes políticos”.
Pardo recuerda en su conferencia, que
en total más de 200 estudiantes terminaron en las puertas de la prisión; pero
igualmente, reconoció que algunos de esos estudiantes fueron puestos en
libertad a los pocos días, pero muchos otros no.
Relata Pardo un episodio de aquél
1928, protagonizado por el Rector de la Universidad, Dr. Plácido Daniel
Rodríguez Rivero, quien prácticamente entregó a los estudiantes al gobierno,
luego de convocarlos a una reunión en el Salón Rectoral, para entregar una
respuesta del General Gómez a una carta enviada por los
estudiantes. En esa reunión, cuenta Pardo, se repitieron 56 veces
el siguiente diálogo a la entrada del Salón:
-¿Reconoce usted esta firma?.
-Si la mía.
- ¿Desea usted retirarla?.
- De ninguna manera.
-¿Sabe usted a lo que se expone?.
-Lo presumo.
-Entonces espere.
Terminada la pregunta y con un piquete
el propio Rector llevó a los estudiantes a las puertas de la prisión.
Sobre estos hechos de 1928, señala
Pardo, Gómez, señaló un 5 de noviembre que los estudiantes actuaron como
consecuencia de su actitud ilógica producto de la inexperiencia de sus
años, además, destacó Gómez, que su gobierno les ha “brindado todos lo
medios para que puedan estudiar, pero como no quieren estudiar, que aprenda a trabajar.
Los he tratado como un padre severo y temporalmente los he mandado a una
carretera de clima sanísimo, encomendados especialmente por mí mismo, con
tiendas y camas de campaña, y con orden de tratarlos con las mayores
consideraciones. Allí reflexionarán y comprenderán sus errores”.
Pardo relata que fueron 5 meses
incomunicados del resto del país, mal alimentados, enfermos y sin medicinas,
destrozadas las manos, los bustos torturados por el sol lacerante y por el
cintarazo canalla; aún así, advertía Pardo en su conferencia, no había ninguna
queja, sólo recordaban y repetían:
“Cada golpe de pico abre una brecha
hacia el destino,
Cada golpe épico hiere al Tirano”
Ante la negación a trabajar, Pardo
señaló que la orden del Gobierno fue sacarlos a trabajar a tiros.
En marzo de 1929 los trasladan a
Fortaleza de Puerto Cabello, durante cuarenta día con grillos hasta 75 libras,
luego 8 meses más de espera tras la pesadas puertas, tras lo muros
espesos, aislados del mundo como nunca.
La libertad llego el 19 de noviembre
de 1929, pero salían y otros llegaban nuevos presos, a quienes vieron
engrillar.
Fuente:
Congreso de la República. Conferencia de
estudiante Isaac José Pardo en Barcelona España. En: Oposición a la
Dictadura Gomecista. El movimiento estudiantil de 1928
Antología Documental. Ediciones Conmemorativas del
Bicentenarios del Natalicio del Libertador Simón Bolívar. No.10.
Caracas/ Venezuela 1983. Pp. 665-681
@carome31
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