Por Miguel Velarde, 20/06/2014
Venezuela demanda una Unidad amplia, donde
quepan todos!
Retrocedamos unos meses, hasta enero de este año. Tratemos de recordar cómo nos sentíamos y cuál era el ambiente que se respiraba en Venezuela. Si una palabra puede resumir el sentimiento generalizado de la mayoría de los venezolanos hasta hace poco tiempo era desesperanza.
Sin embargo, el movimiento social que surgió con una fuerza inimaginable en febrero -y que incluso hoy no comprendemos en su total dimensión- trajo consigo logros importantes que son imposibles de negar. Entre ellos, el más importante ha sido el surgimiento de miles de nuevos liderazgos con diferentes orígenes y perfiles a lo largo de todo el país.
El otro día, un padre de uno de los jóvenes muchachos que desde hace cuatro meses no abandona la lucha en la calle, me decía orgulloso: “Algo hicimos bien con nuestros hijos, porque a pesar de no haber crecido en democracia, la tienen muy arraigada dentro de ellos y no piensan renunciar a ella”.
Pero no son solamente los estudiantes, que con valentía y arrojo no dudaron en asumir el reto histórico de luchar por la libertad de su país, sino también las madres, los trabajadores, los profesionales y todos los sectores de una sociedad que, de una u otra forma, son víctimas de la terrible situación que vivimos.
Es en ellos que reside la esperanza del futuro de Venezuela. Sin embargo, para alcanzarlo, es fundamental la construcción de la ruta que nos lleve a él. Para esto, es imprescindible la consolidación de todas estas fuerzas en un gran cauce que las aglutine y en la que compartan objetivos. Una estructura que permita que se construya una unidad en la diversidad que haga posible alcanzar los objetivos en el menor tiempo posible.
Venezuela demanda una Unidad amplia, donde quepan todos, incluidos los partidos políticos, pero que la encabecen todos esos nuevos liderazgos de una sociedad civil que ha despertado.
El país se encuentra en un momento del que dependen sus próximas décadas. Asumirlo no es fácil, porque es tanto lo que está en juego que es normal sentir miedo. En vencerlo está justamente el punto de inflexión que definirá el camino que elijamos como país: el de la sumisión y pérdida total de nuestros derechos, o la ruta hacia la conquista de nuestra libertad.
http://guayoyoenletras.net/index.php/2012-08-06-05-07-46/editorial/1517-editorial-213-la-unidad-necesaria
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