ALFREDO MEZA Caracas 21 JUN 2014
Con la caída de Jorge
Giordani, Rafael Ramírez, el ministro de petróleo, es el hombre más poderoso de
Venezuela
Con
la salida del economista Jorge Giordani del gabinete de Nicolás Maduro,
Rafael Ramírez se ha convertido en el ministro que más tiempo ha permanecido en
el gabinete chavista en tres lustros. Nombrado por Nicolás Maduro como
vicepresidente del Área Económica, Ramírez es además presidente de la compañía estatal
Petróleos de Venezuela (PDVSA), que aporta el 96% de las divisas que
ingresan al país desde 2004 y ministro de Petróleo y Minería desde 2002. En
torno a él se concentra un poder que nunca antes tuvo un funcionario público
alguno en Venezuela.
La cabeza sangrante de Giordani manda
muchos mensajes. Hay muchos modos de interpretar el legado de Hugo Chávez. En
la interpretación de Ramírez no hay que prescindir o minimizar la contribución
del sector privado a la economía, como pretendían las políticas impulsadas por
Giordani, que Chávez hizo suyas a partir de 2010 al liquidar el mercado de
capitales y fortalecer el peso del Estado. La muerte de Chávez en marzo de
2013 provocó que cada uno de sus más estrechos colaboradores trabajara
de acuerdo con su visión y tratara de imponerla. En el sector petrolero Ramírez
convenció a Maduro de que había que buscar financiación para incrementar la
producción petrolera, la única forma de manera de mantener el elevado gasto
social, el secreto de la larga permanencia del chavismo en el poder. El año
pasado Ramírez obtuvo préstamos por unos 10.000 millones de las empresas
National Petroleum Corporation (CNPC), Rosneft, Chevron, Gazprombank y
Schlumberger para encarar diferentes proyectos.
Ramírez, como lo indica el periodista
venezolano Juan Carlos Zapata, es clave para Maduro porque posee las conexiones
en el escenario internacional para oxigenar las arcas públicas y mantener a un
gobierno debilitado por su menguada popularidad. No es la primera vez que
Ramírez, ingeniero mecánico egresado de la Universidad de los Andes en 1989,
con maestrías de Estudios Energéticos en la Universidad Central de Venezuela,
demuestra su solidaridad en momentos de crisis con un presidente.
Durante el paro de la industria
petrolera (diciembre de 2002-febrero de 2003) ayudó al gobierno de Chávez a
conjurarla asestando golpes clave a la gerencia que entonces manejaba el
corazón tecnológico de la petrolera. Desde entonces fue una pieza inamovible
del gabinete a pesar de algunos escándalos ocurridos durante su larga gestión:
el hallazgo de alimentos básicos podridos que fueron importados a través de la
Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), una filial de
PDVSA, o la incautación en 2007 en un aeropuerto de Argentina de un maletín con
800.000 dólares en efectivo pertenecientes a la estatal petrolera venezolana y
destinados a financiar la campaña presidencial de la entonces
candidata Cristina Fernández. En todos los casos cayeron sus subordinados,
pero él se mantuvo firme. Los coletazos de la investigación jamás lo afectaron.
De esos contactos no podría presumir
Giordani, un viejo profesor de la Universidad Central de Venezuela, con fama de
honesto y casado con sus ideas marxistas. Sólo Ramírez, un conocedor de las
perspectivas del negocio petrolero, tiene dentro del chavismo la capacidad de
viajar por el mundo para enviar tranquilidad a los mercados. La semana pasada
estuvo en Londres donde garantizó que Venezuela en el corto plazo unificaría su
sistema cambiario en un esfuerzo por eliminar las distorsiones de su economía,
en torno al 15% del Producto Interior Bruto. En la época de Chávez esos
anuncios jamás los hacía un ministro.
Hay quienes advierten en ese modo de
conducirse las primeras señales de un proyecto propio. El artículo de Giordani
así lo señala. En silencio Ramírez se ha ido erigiendo como un polo de poder
que pocos tomaron en cuenta cuando se perfilaban los escenarios posteriores a
la muerte de Hugo Chávez. Hoy el presidente de PDVSA no solo tiene nombre
propio dentro del chavismo. A partir de esta semana habrá que decir que en
Venezuela no solo el poderoso presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado
Cabello, es candidato para suceder a Maduro.
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