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domingo, 15 de junio de 2014

Retórica de la tolerancia

FÉLIX PALAZZI sábado 14 de junio de 2014
Doctor en Teología Dogmática
fpalazzi@ucab.edu.ve
@felixpalazzi


Vivimos circunstancias históricas especiales que nos han permitido un amplio espacio para pensar, analizar y reflexionar conceptos básicos y vitales para nuestra convivencia social, tales como la tolerancia, el diálogo, la justicia, la verdad o la reconciliación. La producción de pensamiento, la delimitación de sus contenidos y la aplicación a nuestro contexto nacional evidencia el gran potencial intelectual y la capacidad de análisis que poseemos como sociedad. Sin embargo, persiste una cierta sensación de desasosiego, desesperanza y frustración al ver cómo estos mismos argumentos naufragan en su praxis y ejecución históricas.

Es fácil abusar del principio de la tolerancia, especialmente cuando se quiere justificar el hecho de apaciguar las tensiones existentes. El lenguaje de la tolerancia pareciera ser la táctica apropiada para ocultar la evidente crisis moral que atravesamos como sociedad, con sus consecuencias económicas, sociales y políticas. En consecuencia, ella es percibida como un término de fácil empleo que deriva en un "slogan" vacío y sin significado alguno para nuestra realidad. Pero como todo "slogan" o palabra de "moda", poco importa si se comprende el significado de la tolerancia y sus implicaciones. Lo que realmente pareciera importar es el uso del concepto como una mera palabra de moda, insertada en un discurso carente de toda referencia real y, con ello, desviar la atención de los verdaderos problemas que nos aquejan. Si esto se permite, la tolerancia sería un valor puesto en entredicho y acogido con cierta cautela y sospecha.

Ante esta retórica abusiva urge repensar el contenido de este concepto y liberarlo de un discurso carente de significado real. El Papa Francisco afirmó recientemente que "para conseguir la paz se necesita valor, mucho más valor que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la doblez. Para todo esto se necesita valor y una gran fuerza de ánimo". La paz, la tolerancia y la solidaridad son ideas que alientan nuestros ánimos, motivan nuestra disposición e increpan a nuestro espíritu. Pero, ante todo, deben incitarnos a una toma de postura existencial, a una puesta en acción.

La noción moderna de tolerancia se enriqueció cuando fue asociada a otros conceptos. Así lo hizo la Doctrina Social de la Iglesia al relacionarla con la dignidad humana, la búsqueda de la verdad, el diálogo, la construcción de la justicia y el bien común. Por ello, para evitar retóricas vacías al hablar de tolerancia urgen referentes concretos; hay que crear espacios de encuentro, reconstruir relaciones y modos de vida, apoyar y fomentar iniciativas. Todo ello con el fin de favorecer el reconocimiento, la búsqueda y la divulgación de la verdad junto a la exigencia de la justicia.

Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/140614/retorica-de-la-tolerancia

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