FÉLIX PALAZZI sábado 28 de junio de 2014
Doctor en Teología Dogmática
felixpalazzi@hotmail.com
@felixpalazzi
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Nos preguntamos por qué existe una
falta de conexión y claridad entre los ideales que deberían constituirnos como
cuerpo social. Existe una aguda des- vinculación entre las distintas lógicas
que nos conforman socialmente. La historia reciente nos ha demostrado que todo
intento por imponer una lógica absoluta como criterio único de veracidad de
nuestra realidad, está destinado al fracaso. Entender que la realidad sólo
puede ser interpretada desde un único punto de vista o forma de pensar es un
error abismal con terribles consecuencias prácticas, tanto en lo político como
en nuestra vida cotidiana.
Toda lógica absolutista busca bloquear y frenar todo esfuerzo o iniciativa de movilidad y protesta social. Por ello, implementa todos los medios posibles para generar miedo, represión, persecución, e incluso el cierre o control de los medios de comunicación que transmitan o favorezcan dicha movilidad. La consecuencia inmediata ante el bloqueo de toda posibilidad de organizar acciones que lleven a la consecución de un objetivo político, puede producir como consecuencia la resignación o evasión ante la realidad. La historia nos enseña que el mayor drama de un país no ocurre sólo cuando se ve postrado frente a sus recursos y posibilidades de crecimiento; sino también cuando dejamos que sus mejores recursos humanos lo abandonen.
La lógica del pensamiento absoluto es también capaz de fabricar y generar la sensación de que sólo ella puede satisfacer las necesidades de un pueblo y cumplir sus esperanzas. Tanto en el pasado como el presente este modo de pensar se ha servido del imaginario social que confía en que el poder militar puede solucionar los problemas de un país. No entiende que el éxito de un proyecto político depende, realmente, de poder conectar con las esperanzas y las necesidades reales de un colectivo, y darles solución, pues "no sólo de pan vive el hombre", y en nuestro caso, mucho menos "cuando no lo hay".
El debilitamiento de la lógica absolutista empieza cuando muestra señales en las que no logra satisfacer estas expectativas y necesidades del pueblo. El contrapeso a ella radicará en la capacidad de generar nuevas esperanzas y responder a la necesidades reales que nos aquejan a todos. Nuestra tarea y responsabilidad como sociedad civil consiste en formular y articular, de una forma efectiva, las esperanzas frustradas, conectándonos y vinculándonos con las demandas y necesidades reales que nos afectan. Así, la espera por un cambio o mejoría será transformada en una esperanza concreta.
La "tristeza política" que favorece el desencuentro y el desconocimiento de lo real, debe ser transformada en "astucia política", capaz de reabrir espacios de encuentro, diálogo y reconocimiento. Nuestro futuro dependerá de la capacidad de no dejarnos llevar por la indiferencia y el miedo, y construir espacios de solidaridad y encuentro entre todos.
Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/140628/no-solo-de-pan-vive-el-hombre
Toda lógica absolutista busca bloquear y frenar todo esfuerzo o iniciativa de movilidad y protesta social. Por ello, implementa todos los medios posibles para generar miedo, represión, persecución, e incluso el cierre o control de los medios de comunicación que transmitan o favorezcan dicha movilidad. La consecuencia inmediata ante el bloqueo de toda posibilidad de organizar acciones que lleven a la consecución de un objetivo político, puede producir como consecuencia la resignación o evasión ante la realidad. La historia nos enseña que el mayor drama de un país no ocurre sólo cuando se ve postrado frente a sus recursos y posibilidades de crecimiento; sino también cuando dejamos que sus mejores recursos humanos lo abandonen.
La lógica del pensamiento absoluto es también capaz de fabricar y generar la sensación de que sólo ella puede satisfacer las necesidades de un pueblo y cumplir sus esperanzas. Tanto en el pasado como el presente este modo de pensar se ha servido del imaginario social que confía en que el poder militar puede solucionar los problemas de un país. No entiende que el éxito de un proyecto político depende, realmente, de poder conectar con las esperanzas y las necesidades reales de un colectivo, y darles solución, pues "no sólo de pan vive el hombre", y en nuestro caso, mucho menos "cuando no lo hay".
El debilitamiento de la lógica absolutista empieza cuando muestra señales en las que no logra satisfacer estas expectativas y necesidades del pueblo. El contrapeso a ella radicará en la capacidad de generar nuevas esperanzas y responder a la necesidades reales que nos aquejan a todos. Nuestra tarea y responsabilidad como sociedad civil consiste en formular y articular, de una forma efectiva, las esperanzas frustradas, conectándonos y vinculándonos con las demandas y necesidades reales que nos afectan. Así, la espera por un cambio o mejoría será transformada en una esperanza concreta.
La "tristeza política" que favorece el desencuentro y el desconocimiento de lo real, debe ser transformada en "astucia política", capaz de reabrir espacios de encuentro, diálogo y reconocimiento. Nuestro futuro dependerá de la capacidad de no dejarnos llevar por la indiferencia y el miedo, y construir espacios de solidaridad y encuentro entre todos.
Tomado de: http://www.eluniversal.com/opinion/140628/no-solo-de-pan-vive-el-hombre
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